“Horrible”. Así resumía la vida en una entrevista Francisca Viveros, la cantante mexicana conocida como Paquita la del Barrio. Así que no es de extrañar que pusiera tanto sentimiento al cantar sus canciones, en esos puñales que lanzaba al aire con el rostro de su exmarido u otros en la mente. Estos días se ha hablado mucho de la canción Rata de dos patas, escrita, en realidad, por el compositor Manuel Toscano contra el expresidente mexicano Carlos Salinas de Gortari. No importa. Sus característicos insultos han quedado ligados para la eternidad como un himno al despecho gracias a Paquita, esa mujer que se hizo a sí misma cantando en cantinas y alzando la voz por aquellas mujeres que sufrieron y sufren por amor.

Experiencia propia. Más allá del desengaño fue, entre otras cosas, víctima de malos tratos en una época en la que las mujeres callaban y aguantaban. Pero ella no lo hizo. Huyó y clamó contra “los inútiles” del mundo. En otra canción no tan conocida, Las mujeres mandan, Paquita lo dejaba claro: “Hoy las mujeres no somos conformistas”, “de ti depende que esas bestias anden sueltas”, “hay una celda y solo tú tienes la llave”. No tuvo una vida ejemplar, ni mucho menos, pero si ofreció un desahogo musical al sufrimiento. “¡Compañeras no se rajen!”. Va por ti Paquita.