“Está limpiando el pueblo y los militares, en casa”. Ayer se coló este mensaje, entre otros, en el Telediario mientras Alejandra Herranz, que se ha destapado en esta tragedia a pie de barro como la joya de la corona de los informativos de TVE, lo justificaba por el cabreo que lleva la gente afectada por la catástrofe provocada por la DANA en esos pueblos valencianos donde la ayuda, 72 horas después, no había llegado y se han tenido que apañar entre vecinos y voluntarios. Poco antes, había preguntado a una persona autorizada por qué no había llegado el Ejército y otros estamentos de forma más rápida y numerosa a esos pueblos aislados para ayudar a la gente que no tiene luz, ni agua potable, ni comida... y algunos ni techo. La respuesta fue una evasiva sobre un protocolo que no entiende de urgencias y la promesa de que se quedarán hasta que haga falta, pese a que el protocolo ante una gran catástrofe debería priorizar la actuación urgente y profesional en busca de supervivientes, y con suficiente alimento, agua y cuidados para los que se han quedado sin nada. Sin embargo, quien sí acudió fue un político de la oposición que no gobierna porque no quiere para embarrarlo todo un poco más. Lo que hemos visto parece más propio de un país tercermundista, donde vecinos superados por la tragedia se autogestionan sin ayuda, después de que se les avisara tarde y mal de lo que se les venía encima, y con la factura que ha supuesto en vidas. En Europa tienen que estar flipando.
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