Me pregunto para qué lleva TVE dos comentaristas a Eurovisión si no retransmiten lo que pasa. Cuando actuó la cantante de Israel, y como ya sabían lo ocurrido en el ensayo, la realización del festivalero festival de Eurovisión evitó enfocar a la gente y bajó el sonido para que no se colaran los pitidos (los primeros se oyeron) y se limitaron a enfocar el escenario y poner planos lejanos de la gente de espaldas, que no se viera ningún gesto de protesta. Los comentaristas de TVE no hablaron de la polémica, tampoco de la reacción del público, ni de la extraña realización, ni tampoco de las muchas protestas habidas en Malmö y Europa en apoyo a Palestina y contra la participación de Israel en Eurovisión. Dos días antes en la semifinal, y en el turno de Ucrania, tampoco mencionaron la dura situación bélica que sufren por culpa de Rusia, que al menos no puede salir a cantar y bailar ante Europa, como sí le permiten a Israel. Una cosa es que la UER diga con la boca pequeña que Eurovisión no es un festival político y otra que los comentaristas de TVE no pongan ni en contexto lo que está ocurriendo en este extraño certamen de la canción y el blanqueo de Israel, que esta noche vuelve a subirse al escenario ante un público mayoritariamente disconforme. Ojalá lo puedan demostrar con más abucheos, poniéndose espaldas al escenario y con un brutal silencio llevándose las manos a la cabeza en el turno de los aplausos.