Hace unos días leí que una denominada “artista multidisclipinar” va a ser la primera mujer en casarse con un holograma generado por Inteligencia Artificial. Resulta que tal maravilla de matrimonio se va a celebrar en el museo Depot Boijmans Van Beuningen de Róterdam. ¡No me lo pierdo! Voy a por el modelo. ¿Con pamela o sin pamela?. En fin, que poco nos pasa para lo que somos. Llegas a casa y ahí está Don Holograma, esperándote (sin la cena en la mesa), sin impaciencia pero sin paciencia, sin na de na. Pero bueno, limpio como la patena. De momento, dice la artista, lo que se plantea es una perfomance, aunque por si acaso anuncia que está preparando su traje de novia . Va la señora Alicia Framis, que así se llama la artista, y se construye el holograma basándose en perfiles de parejas pasadas. Bueno, ¡qué suerte ha debido tener que quiere repetir pero en plan Ghost!. Hace no tanto casi me caigo de la silla al ver a unos individuos que querían vivir a lo perro. Se paseaban a cuatro patas (no me quedé a ver si levantaban una para orinar), se revolcaban, ladraban y jugaban con la versión original disfrazados con gran detalle. Y nada, tan ricamente. ¡Una pena de humanidad deshumanizada que prefiere ladrar que hablar!. Poco nos pasa, muy poco.