Diestralandia celebra —no en todas las cabeceras con igual intensidad, ojo— la tregua entre Génova y Sol, escenificada en un paseo sonriente de Díaz Ayuso y su inquisidor García Egea con Mañueco como atrezzo. "El valor añadido de la unidad en política", aplaude el editorialista de La Razón. Así sí, les regala un azucarillo a los contendientes: "La imagen de cohesión ofrecida ayer por el PP en torno a Isabel Díaz Ayuso en un acto informativo, que fuera definida como «el modelo de éxito» y sus políticas un plana imitar, parece significar que los populares han comprendido que lo inteligente y lo sensato es que las batallas se den fuera y que el interés general se dirime en la confrontación contra el frente gobernante y sus políticas, en la que nadie sobra y todos están llamados a sumar hacia el único objetivo, poner fin a la etapa de Sánchez en la Presidencia".

¿Y cuánta verdad habrá en la cosa? Eso es lo de menos, corre a apuntar con cinismo de talla grande Jesús Rivasés en el periódico azulón: "Ayer, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, el castellano-leonés, Alfonso Fernández Mañueco -en plena precampaña electoral- y el número dos del PP, Teodoro García Egea, aparcaron diferencias, cerraron filas y mostraron concordia -auténtica o fingida, lo importante es lo que parezca- en un acto público en Madrid para, sobre todo, evitar distraer a los adversarios políticos". Ya lo han leído: auténtica o fingida. Al final, todo se explica en el titular de primera: "PP: «Seguir con la crisis nos costaría dos puntos el 13-F»".

Marhuenda canta al rojo de Ayuso

El director, Francisco Marhuenda, se apunta a la fiesta con una oda a la lideresa por la elección del color de su atuendo: "No quiero excitar a la izquierda política y mediática, pero Ayuso eligió ayer un rojo deslumbrante para presentar una batería de propuestas sociales que serán muy positivas para los madrileños. Es verdad que decir su nombre consigue provocarles todos los males, pero que se fastidien. El rojo se asocia al progresismo, aunque la realidad es que el socialismo radical y el comunismo no han traído progreso en ningún país del mundo". Toma razonamiento.

"Tregua entre Ayuso y Génova", anuncia El Mundo en una información que contiene una frase muy significativa, aunque, cómo no, sin atribuir autoría: "«No hay nada como unas elecciones para colocarnos a todos», señalaban ayer fuentes del PP sobre el nuevo clima de apaciguamiento con el que se quiere abordar el inicio del ciclo electoral". Más claro, agua. Al pille.

A falta de editorial festejante, Jorge Bustos hace los honores con un requiebro a Ayuso y un coscorrón, faltaría más, al ministro más mentado estos días: "Allí aparece Garzón preocupándose por el bienestar de los cerdos, no por el bolsillo de los pobres que pueden comerlos gracias a la crianza intensiva. Y al fondo aparece Ayuso presentando un ambicioso plan de apoyo a las familias. Luego dirán que nadie lo vio venir".

Pedro J. Ramírez también está de enhorabuena. "Dos buenos gestos de Génova para pacificar el PP", titula (o manda titular) el editorial de El Español. El texto es una versión del cuento de La lechera: "El fin de la guerra cainita entre Ayuso y Génova es un problema añadido para aquellos que deseaban que esta se prolongara lo máximo posible. Si Casado se apoya ahora en Ayuso, como seguro lo hará en Alfonso Fernández Mañueco y Juan Manuel Moreno Bonilla si ambos ganan las elecciones en sus respectivas comunidades, la Moncloa estará un poco más cerca de sus manos".

En El Debate también reina la alegría. Y para que se note, se distingua a Teodoro García Egea con una flechita verde hacia arriba. Aqui tienen el argumento: "Por fin se vio un gesto de sentido común en la crisis del PP madrileño y el secretario general del partido compareció ayer en el desayuno informativo en el que la presidente de la Comunidad de Madrid presentó un ambicioso programa que era, realmente, un programa alternativo al del Gobierno de Pedro Sánchez. Ya era hora de que en Génova empezaran a remar todos en la misma dirección". A ver cuánto dura.