- San Martín se reivindica y se reinventa. Se reivindica como barrio, como zona de negocio y de comercio singular, como ámbito con personalidad propia. Se reinventa de la mano de una asociación que quiere poner a San Martín en el centro del mapa de la ciudad, porque geográficamente le corresponde y porque, lo tiene muy claro el grupo impulsor de la asociación, lo merece.

Karmele Egues, presidenta de la junta directiva de la asociación, ha nacido en San Martín y en el barrio tiene su comercio, Un rincón para ti, en la calle Triunfo. Como barrio ha sentido un ámbito que, en la actualidad, no tiene tal reconocimiento por parte del Consistorio algo que, admite, le da mucha rabia. Por ello, en plena pandemia, comenzó a mover los hilos para crear una asociación a la que se han sumado ya más de 60 negocios del entorno.

Es San Martín, entre la esquina de la cuesta de Aldapeta (Reparadoras) hasta el hotel Londres y de “ahí hasta el túnel”, una zona que los promotores de la asociación aseguran que está algo olvidada y que presenta una oferta, “de negocios, que no solo de comercios”, singular y alejada de la masificación.

Con objeto de poner en valor el barrio, de que se hable del mismo, un grupo de entusiastas comerciantes y empresarios puso en marcha una asociación que va mucho más allá de un colectivo que quiere promocionar la actividad comercial de la zona y que también demanda mejoras urbanísticas a corto, medio y largo plazo.

Son muchas las propuestas con las que están trabajando las tres mesas que integran esta asociación: la de urbanismo, la del de eventos y la de marketing y comunicación.

Sobre la mesa de la primera de las tres mesas, en la que participa entre otras personas Ignacio Barayazarra, de B+C Arquitectos, se halla la tarea de recuperar y dar mayor protagonismo a futuro a las plazas Zubiri y Zaragoza.

De momento, y hasta que las obras del Topo finalicen, demandan al Ayuntamiento que se habilite un paso a la altura del Hotel de Londres que amplié el existente. Plantean que se añada una paso de cemento, similar al que se ha puesto junto a los arcos del Buen Pastor, para eliminar esa barrera que aísla al barrio. Es esta “la demanda más urgente” de la mesa de urbanismo.

Más adelante, cuando las obras finalicen, la asociación quiere que las plazas antes citadas dejen de ser una mera zona de paso y tomen vida, acojan actividades, mercados, conciertos...

Aunque reconocen que es un objetivo complejo de conseguir, también se plantea la recuperación de una calle San Bartolomé que vivió tiempos de gran actividad hace unas décadas y que en la actualidad muestra un aspecto desolador con muchos locales cerrados. “En San Bartolomé planteamos una intervención conjunta entre lo privado y lo público. Son distintas las propuestas que se podrían desarrollar, como ubicar en la zona un vivero de empresas o utilizar las lonjas para en momentos concretos realizar mercados singulares como en otras ciudades de Europa”, explica Barayazarra.

“Está siendo complejo incluso contactar con los titulares de los locales, porque llevan muchos años cerrados”, lamenta.

Mucho trabajo, pero también muchas ganas de hacerlo y de ir dando pasos hacia adelante para que el barrio brille con luz propia con un comercio y un negocio singular, con hostelería de la calidad. “El barrio ha tenido y tiene comercios y negocios de especial calidad y la gente cada vez los aprecia más, no solo los extranjeros que vienen a los hoteles de la zona (la mayor parte de los cuales pertenecen a la asociación) sino también los y las donostiarras y el turismo de proximidad”, explica Egues.

“Queremos construir, aportar en positivo. Si algo no se puede hacer, buscamos alternativas”, añade. “Trabajamos a dos velocidades: en lo inmediato, proponiendo mejoras como el pasillo peatonal desde la calle San Marcial, y a medio y largo plazo, con propuestas como las que planteamos en las plazas Zaragoza y Zubiri. También queremos que la boca de metro se llame Concha/Barrio San Martín”, apunta Barayazarra.

Lo que tienen claro los integrantes de la asociación es que entre ellos, y en el barrio en general, reina un buen ambiente. “Nos ayudamos unos a los otros, entramos en los comercios y hacemos encargos, nos mandamos clientes unas a las otras”, explican.

Lo que quieren es distinguirse y darse a conocer. “Si no se pasa por aquí por algo en concreto se desconoce lo que hay”. Quien así habla es Oihane Hernaiz, de Tocados OH, de la calle San Martín.

En el confinamiento se trabajó para activar la asociación, y “poco a poco” fue Egues, junto a Hernaiz, quienes contactaron con los negocios de la zona, logrando muy buena respuesta. Eran consciente, subraya Hernaiz, de que pese a estar situados en una excelente localización “no nos identificábamos” con el Centro, con que se incluyera a San Martín en esa zona.

“Hemos hecho un gran trabajo de documentación y seguimos comunicando las historias, las anécdotas del barrio, por las redes”, explica. Una curiosidad, el barrio San Martín, en su esencia, llegaría hasta la acera de los número pares de Easo, los impares corresponderían a Buen Pastor, aunque los hayan acabando adoptando. Todas las demarcaciones inicialmente respondían a las parroquias.

Han peleado por la asociación en tiempos de pandemia, cuando ni tan siquiera tenían seguro el porvenir de sus negocios. Pero han seguido y, apuntan,“ya hemos hecho casi un doctorado en asociaciones” con la ayuda de la coordinadora de la asociación, Marta Henández.

De momento, quieren llevar a cabo distintas actividades para llamar la atención sobre un barrio rodeado y cerrado por las obras

“Ya hemos parido el bebé, ahora tiene que crecer. Estamos en ello y trabajando también para que el euskera tenga cada vez más presencia en nuestras comunicaciones”, subrayan.