- ¿Qué nos vamos a encontrar si vamos a visitar ‘Hondalea’?

-Nos vamos a encontrar con una obra de arte realizada por una insigne donostiarra. Una obra con un significado muy especial, porque es una intervención hecha sobre un punto que es central pero que tampoco es tan cercano y desde el exterior no se percibe, hay que entrar al interior. Es una obra que lanza un mensaje cultural, de apuesta por las manifestaciones artísticas en esta ciudad, en la que ya tenemos un largo historial, y un mensaje de conservación de los mares, que es en lo que quiere hacer énfasis esta obra.

-Usted, que ha seguido todo el proceso de creación, ¿cuando la vio acabada qué impresión le causó?

-Desde el principio ya veía que iba a ser una intervención importante pero, francamente, visto el resultado, ha superado mis expectativas.

-¿Cómo ha sido la relación con Cristina Iglesias?

-Muy buena. No diría entre Eneko Goia y Cristina, sino entre la ciudad y Cristina, y entre todas las personas que han estado implicadas y la artista. Creo que Cristina es una persona con una enorme sensibilidad, con muchísimos valores pero no tiene esos rasgos que suelen ser tópicos de los artistas, de ser personas difíciles. Sé que es lo que opinan todos los que han intervenido en la obra. Ha sido muy fácil trabajar con ella.

¿Qué le ha llamado la atención de su forma de trabajar?

-Pues algo que dicen los propios trabajadores de Alfa Arte, que es una persona muy in situ, que participa continuamente en el proceso de creación. Está permanentemente encima para que el resultado sea el que ella busca.

Cuando le propone que elija un emplazamiento y ella señala la isla. ¿Tierra trágame?

-No me arrepiento en absoluto. Tiene un componente de riesgo, de aventura si se quiere, pero yo creo que la creación artística es así. Las creaciones artísticas no se pueden poner en cualquier sitio. Esta tiene significado en la isla, no tiene significado en cualquier otro lugar. Ha tenido sus dificultades, sus desvelos, no es un ámbito fácil, pero no me arrepiento en absoluto. Ella tuvo una buena idea, además en el momento adecuado, porque fue una conjunción de astros. Teníamos un ofrecimiento del puerto para cedernos el edificio del faro, no sabíamos qué hacer con él, era un edificio que necesitaba ser rehabilitado y a ella se le ocurrió un fin, un destino que creo que es perfecto.

Con esta obra se completa una línea de costa formada por

-Supone una apuesta por manifestaciones artísticas en el espacio público porque, aunque esa obra está en el interior de un edificio, sigue siendo una obra en el espacio público. Reafirma la apuesta que se inició con Chillida y ahora se da un nuevo paso protagonizado por una mujer.

¿’Hondalea’ va a ser una marca, un distintivo para el relanzamiento turístico de la ciudad?

-Aunque algunos para descalificar la obra han afirmado que es un reclamo turístico, yo nunca lo he visto así. Esta es una obra que representa la apuesta por la cultura y la creación de nuestra ciudad, parte de nuestra identidad, y, si después eso gusta a los de fuera, perfecto. Si hubiéramos buscado la explotación turística, habríamos buscado un sitio más fácil para hacerla.

¿Es un gasto de 5 millones o una inversión de 5 millones?

-Claramente es una inversión de 5 millones y confieso que cuando iniciamos este camino nadie pensaba que nos íbamos a encontrar con esta situación, hace ya catorce meses. Pero cuando se tomó la decisión no estábamos en esta coyuntura y, además, para cuando se produjo la pandemia ya no había vuelta atrás. La vuelta atrás era mucho peor que terminar el proyecto. Hubiera supuesto desperdiciar una inversión ejecutada en más de la mitad y perder ese valor añadido que ahora sí tenemos. Era nuestra obligación terminarla. Además, el 90% de la inversión se queda en Euskadi, sobre todo en Gipuzkoa. Han sido empresas y proveedores del territorio los que han trabajado para que este proyecto salga adelante: desde la obra, la ingeniería hasta el documental que se está realizando, todo son empresas de aquí.

Históricamente, la isla ha tenido un uso popular y playero. Ahora va a conocer otro cultural y turístico. ¿Son usos compatibles?

-Deben ser compatibles y además la gestión que nosotros ya hemos diseñado de la visita a este recurso lo va a hacer sostenible, porque estamos pensando siempre que sea de una forma controlada. Todo va articulado a través de inscripción previa. Creo que es perfectamente compatible con otros usos de la isla y no supone una presión insoportable, que es lo que algunos agoreros aventuraban.

El ecologismo también ha levantado la voz de alarma por su impacto en el ecosistema de la isla

-No voy a negar que a veces en esta ciudad resulta un poco exasperante el ver que cuando se propone un proyecto se buscan argumentos de todo tipo, color y condición para oponerse a él. La isla tiene 90 mesas y es utilizada como merendero. Nunca he oído una preocupación sobre el impacto que esa utilización puede tener en el medioambiente de la isla.. Yo creo que la isla debe ser cuidada en cualquier caso, pero precisamente la intervención artística puede ayudarnos a cuidarla un poco más.

La obra es de Cristina Iglesias pero su empeño es incuestionable. ¿Lo ve como un legado de su mandato?

No, y sería cretino por mi parte pensar así. Ha surgido en unas determinadas circunstancias en un momento puntual en el que me ha tocado estar a mí, pero podría haber sucedido sin estar yo. Fue en el contexto de 2016. Cristina recibe el Tambor de Oro, se pone de manifiesto que muchas veces esta ciudad peca de no valorar lo suficiente el talento que tiene por el mundo y eso da pie a que surja la oportunidad de que Cristina haga esta obra en su ciudad y además la done a su ciudad, lo que quiero poner en valor porque es un gesto de una enorme generosidad. Una ciudad no puede dejar pasar una oportunidad así.