El teatro Soreasu de Azpeitia acoge el sábado la Gran Gala de Txisteratik, el broche final de un festival que ha inundado de magia las calles y distintos escenarios de la localidad este fin de semana. Las 19.00 horas marcará el inicio de un festival que tiene como cabeza de cartel al ilusionista gallego Joshua Kenneth y en el que también actuarán los magos Enzzo, Julen Magoa, Tor y Txoborro. Kenneth ha actuado en escenarios de renombre como el Magic Castle de Hollywood y en programas como Got Talent España y Fool Us, en Las Vegas, y ha logrado premios en importantes competiciones de Portugal, España, Bulgaria e Italia.
¿Qué va a encontrarse el público de Azpeitia en la Gran Gala de Txisteratik que va a tener lugar en el teatro Soreasu?
Voy a presentar la rutina de magia con pompas de jabón con la que conseguí el premio al segundo mejor mago de Europa en el FISM Europeo en Turín y con la que estoy recorriendo el mundo. El montaje gira en torno a un hombre necesitado que, para su sorpresa, descubre la capacidad de generar dinero a partir de pompas de jabón. A medida que hace más pompas, consigue más dinero. Pero no sabrá parar y, al final, se volverá a demostrar que la avaricia rompe el saco.
Un largo viaje para llegar a Azpeitia
Llega a Azpeitia desde el otro extremo del mundo, tras participar en un festival de magia en China. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
He completado una gira País Vasco-China-País Vasco en una semana. La semana pasada participé en el Festival de Magia Magialdia de Vitoria, luego viajé a China y, tras poner el pie en tierra, vuelvo al País Vasco para actuar en Azpeitia. Participar en un festival de magia en China ha sido una experiencia muy interesante, aunque es cierto que es un público un poco especial. Coreanos y japoneses, por ejemplo, son más expresivos y reaccionan de manera más visible a los trucos. El público chino no interacciona tanto. Durante las rutinas permanece callado e impasible, aunque eso no significa que no les esté gustando lo que están viendo. A la hora de actuar, hay que saber qué tipo de público te vas a encontrar.
“Con 11 años fui a ver al mago Antón y quedé fascinado; quería tener los ‘superpoderes’ de aquel hombre”
¿Recuerda el momento exacto en que nació su pasión por la magia?
Muchos magos te dirán que se sintieron atraídos por la magia gracias a los famosos juegos de Magia Borrás. No es mi caso. Yo caí atrapado por ella cuando fui a una actuación del mago Antón, toda una leyenda de la magia en Galicia. Tenía 11 años y quedé fascinado al verle actuar. Aluciné y me pregunté por qué aquel hombre —que hoy en día es mi amigo— tenía superpoderes y yo no.
¿Cómo reaccionaron sus padres al ver ese interés tan temprano?
Me animaron y me llevaron a ver otros espectáculos. Eso me dio la oportunidad de conocer a más magos y empezar a hacer mis primeros pinitos en el mundo de la magia con la familia y los amigos. Más adelante me apuntaron a una escuela de magia en A Coruña y años después terminé estudiando Madrid, en la que fue la primera Universidad de Ilusionismo de España.
Magia e ilusionismo
Usted prefiere definirse como ilusionista. ¿Qué diferencia hay entre la magia y el ilusionismo?
Obviamente, nadie tiene esos superpoderes que se les presuponen a los magos…que yo sepa. El ilusionismo es el arte escénico de lo imposible, y el ilusionista la persona que, en esencia, parece que hace magia. En realidad, la magia sucede en la mente del espectador y se debe a las limitaciones del propio cerebro. Los ilusionistas somos conscientes de sus debilidades a la hora de percibir lo que pasa delante de sus ojos. Por eso hay tanta psicología y neurociencia detrás de muchos de los trucos que hacemos. Aprovechamos que el cerebro es un poco limitado para generar sorpresa en el espectador, haciéndole preguntarse si es real lo que ha visto.
“El ilusionismo es el arte escénico de lo imposible y el ilusionista la persona que, en esencia, parece que hace magia”
¿Ha utilizado alguna vez esas carencias del cerebro para obtener alguna ventaja fuera del escenario?
Alguna vez, sí. (Ja, ja, ja) En los botellones me ganaba el favor de la gente con mis trucos y así tenía barra libre. También me beneficié de ello en los estudios. Utilicé el ilusionismo para copiar en algún examen. Solía llevar la chuleta escrita en el tubo del bolígrafo. Alguna vez se me acercó un profesor intrigado por mi comportamiento para preguntarme si estaba escondiendo algo en la mano, pero cuando la abría, ya no había nada allí.
Magia y redes sociales
Hoy en día, muchos magos utilizan las redes sociales como escaparate. Sin embargo, también hay quienes se dedican a revelar los secretos de los trucos. ¿Eso no supone una amenaza para el gremio de magos?
Yo no lo veo ni como un factor positivo ni negativo. Es una realidad que está ahí y hay que saber adaptarse a ella. Hay magos que se quejan y tratan de luchar contra esa situación, pero no le veo sentido. Procuro que los trucos que hago en mis rutinas de magia no estén explicados en YouTube. Toca evolucionar e ir más allá, porque por mucho que te quejes siempre habrá gente dispuesta a ganar seguidores sacando a la luz trucos de magia. De hecho, las redes sociales se pueden considerar como una rama más de nuestro trabajo. Yo me defino como mago de salón y no he tocado mucho ese campo, pero hay otros magos que utilizan las redes sociales para hacer sus trucos, igual que si estuvieran en el escenario.