El lunes, la gala del reencuentro de Betizu Taldea será una oportunidad única para revivir el fenómeno que marcó una generación. A 20 años de su éxito, los zumaiarras Telmo Idigoras y Jon Urbieta comparten en esta entrevista los recuerdos, la emoción de volver a interpretar canciones icónicas, y cómo aquella experiencia dejó huella en la música y la televisión de Euskal Herria.
¿Cómo se planeó la gala del reencuentro?
Nos llamaron antes de verano. Nos dijeron que estaban pensando en hacer un reencuentro y que estaban llamando a todos para ver si iríamos. Yo (Jon) ya estuve proponiendo por el 2017 el reencuentro del grupo Betizu, inspirado por el reencuentro de Operación Triunfo, pero nunca llegó a cuajar mi idea. Así que la llamada me sorprendió muchísimo, pero me alegró mucho también. Después de verano nos volvieron a llamar para confirmar que la gala seguía adelante y finalmente la grabamos el 12 de noviembre.
En su día fueron estrellas televisivas con Betizu.
Betizu era una marca que hacía muchos proyectos en la televisión. En 2001 se estrenó Operación Triunfo y, tras su éxito, un año más tarde Betizu creó un concurso llamado BT (Betizu Taldea). En la primera edición participó y ganó Mikel Zubimendi, un zumaiarra que no ha podido asistir al reencuentro. Los ganadores de la primera edición fueron los primeros integrantes del grupo Betizu Taldea. En 2003 participamos Jon y yo (Telmo) y ganaron otra chica y él. Los ganadores de la segunda edición entraron a Betizu Taldea, junto a los ganadores de la primera edición, y estuvieron un año de gira. En mayo del año siguiente decidieron cambiar las caras y poner caras más adultas. Ahí entró Zuriñe Hidalgo, por ejemplo, junto a más personas y también me eligieron a mí (Telmo).
¿Cómo recuerdan aquella época?
Había una especie de “academia”. Éramos menores de edad, así que no podían encerrarnos demasiado tiempo porque teníamos que ir al colegio. Grabábamos los viernes por la tarde y los sábados por la mañana. Durante la semana, Joxe Mendizabal, nuestro profesor musical, venía a casa para ensayar las canciones de la próxima gala. Ese formato duró dos ediciones, después cambió. Se convirtió en un híbrido entre concurso y serie, donde cada uno tenía sus historias.
¿Qué tal fue el reencuentro? Sería como un viaje al pasado.
Fue eso, sí; viajar al pasado. Veinte años después, volver a vernos y cantar aquellas canciones fue increíblemente emotivo. No sólo fue bonito el reencuentro con los demás, sino también volver a conectar con esa música que marcó nuestras vidas.
Para mí (Telmo) fue muy emotivo también. Fue como un golpe de energía que necesitaba. Como dice Jon, fue volver a nuestra infancia.
¿Por qué decidieron apuntarse al concurso siendo tan pequeños?
A mí (Jon) desde pequeño me ha gustado cantar. Veo vídeos de pequeño y salgo cantando. En mi casa siempre se ha escuchado música y yo he tenido la suerte de tener poca vergüenza y que me guste este mundo. Yo no seguí mucho la primera edición, pero cuando vi que iban a grabar la segunda me apunté. Después me enteré que había un zumaiarra, me animé y sonó la flauta.
En mi caso (Telmo), vi el anuncio en la televisión y de manera impulsiva le dije a mi madre que me llevara a Miramon (ríe). El casting lo hice con Zuriñe y mira... todavía mantenemos una gran amistad.
Telmo, con Zuriñe crearon una de las canciones que aún la conoce todo el mundo.
Sí, Lokaleko Leihotik. Esa canción se ha vuelto un referente en la música en euskera. Estoy muy orgulloso de cantar esa canción con Zuriñe y la volvería a grabar todas las veces que hiciera falta. No sabes la ilusión que hace que pongan esa canción y que todo el mundo la cante.
En aquella época tenían unos 15 años y no existían las redes sociales aún. ¿Cómo creen que habrían gestionado la fama en la actualidad?
En aquel entonces, el programa fue un auténtico fenómeno televisivo. Si se hiciera hoy, que existen las redes sociales y tienen mucho peso, sería aún más grande. Pero también sería más duro para los participantes, porque hay muchos haters y a menudo las críticas son más fuertes que los elogios. Con 14 años, no estoy muy seguro si lo habríamos gestionado bien. El ejemplo más claro es la serie Go!azen, que ha sabido explotar muy bien las redes sociales. Los participantes de hoy son auténticas estrellas en Euskal Herria.
Yo (Telmo) creo que me habría costado manejar esa exposición, pero no hay duda de que habría potenciado aún más el programa. Ése es el doble filo que tienen las redes sociales.