La zona playera de Orio es durante todo el año escenario de cómo parapentistas sobrevuelan el paisaje para posteriormente tomar tierra. En invierno, los deportistas deben aterrizar en la zona cercana a la playa de Antilla, y durante la época estival, lo hacían tradicionalmente en las zonas verdes cercanas al albergue de Txurruka. Este año, sin embargo, la zona de aterrizaje que se utiliza en verano se ha modificado y trasladado al otro lado de la carretera, entre el puerto deportivo y un grupo de villas adosadas.

Antonia Rodríguez, vecina de las casas contiguas a esta nueva zona de aterrizaje, asegura que ve pasar a muchos parapentistas “demasiado cerca” de su tejado. “Antes aterrizaban lejos de las casas, pero ahora los tenemos encima”, afirma. El miedo ha ido en aumento desde que hace semanas un parapentista no logró completar su maniobra de aterrizaje correctamente y terminó estrellándose en en el jardín de Antonia, rompiendo varios tiestos y quedando envuelto en la tela del parapente en la zona verde de su domicilio. “Nos da miedo. Nos sorprenden de repente, y aparecen cerca de la ventana”, explica. Para esta vecina, la práctica es peligrosa, y un accidente podría resultar fatal.

La vecina lamenta que, a la hora de ceder el espacio provisionalmente a la Federación Guipuzcoana de Deportes Aéreos, no se haya tenido en cuenta la proximidad de las viviendas ni el impacto en su día a día. “Creo que la zona no es segura ni para los vecinos ni para los deportistas”, expresa con preocupación. Además, asegura que días después del incidente mencionado, presentó un escrito al Ayuntamiento de Orio pidiendo explicaciones y soluciones, para que volviesen a estudiar la idoneidad de la zona.

Federación

Desde la Federación, en cambio, defienden que el nuevo espacio habilitado por el consistorio es adecuado. Sostienen que el accidente del pasado más de julio fue un caso puntual y que todos los deportistas que aterrizan en la zona están federados y asegurados. “Cuentan con seguros de responsabilidad civil, a terceros, y dominan bien la técnica. Es una zona nueva, y puede que el accidentado no la conociera del todo bien, pero hay que dar un margen para que se familiaricen con ella”, explican. Añaden que el Ayuntamiento consideró esta franja como una opción cómoda, segura y de poco tránsito de personas, idónea para que aterrizaran los parapentistas.

Un parapentista se prepara para aterrizar en la nueva zona habilitada Ruben Plaza

Aun así, la Federación reconoce la necesidad de atender las preocupaciones vecinales y asegura haberse puesto en contacto con el Consistorio para tratar de nuevo el tema y buscar posibles ajustes. Mientras tanto, la sombra de los parapentes continúa sobrevolando las casas de Orio, dejando en el aire preguntas sobre la seguridad, la convivencia y el uso compartido del espacio.

El Ayuntamiento, pendiente

Desde el Ayuntamiento de Orio, piden “tranquilidad” a los vecinos que se han podido asustar hasta ahora por el cercano paso de los parapentistas por sus casas. Aseguran que “el terreno, que no es de la zona protegida, se escogió después de realizar un estudio” y creen que “acotar una zona para todos los aterrizajes es lo adecuado, porque de no ser así, habría parapentistas aterrizando en diferentes zonas”.

El cambio de la zona de aterrizaje “se realizó después de comprobar que en los aledaños del albergue de Txurruka, la ladera creaba un remolino de aire que podía desestabilizar a los deportistas”, explican desde el Ayuntamiento. Además, desde el consistorio insisten en que “la nueva zona no la frecuenta tanta gente en invierno, aunque en verano pueda pasar más gente por sus alrededores”. Tras el incidente en el que un deportista se chocó en el balcón de Antonia, el Ayuntamiento se ha puesto en contacto con los vecinos de la zona para analizar la situación y asegura que “después del verano se volverá a estudiar la idoneidad de la zona, ya que la concesión que se le ha hecho a la federación, es provisional”.