Dos empresas pujan por acometer la reurbanización de la calle Barrenkale de Bergara, cuyas obras, según ha avanzado este miércoles el alcalde Gorka Artola, se esperan poner en marcha “a finales de enero”, con un plazo de diez meses para su materialización y una inversión de algo más de 1,6 millones de euros.

Una de las 'patas' del plan de legislatura, como recuerda el primer edil, es la revitalización del Casco Histórico, sus calles y negocios, y en este contexto, se ha querido “adelantar a 2025” la ejecución de la actuación urbanística de Barrenkale, para después desarrollar las acciones dirigidas a prender la chispa y dinamizar las calles del Casco Antiguo.

Recuperar el adoquín existente bajo la capa asfáltica

La intervención que va a llevarse a cabo abarca el recorrido desde la plaza San Martín hasta el palacio de Egino-Mallea. El 'lifting' al que se someterá la calle consiste en adecuar una plataforma única, con un itinerario peatonal accesible mediante aceras de 1,20 metros a ambos lados, habilitadas a base de baldosas de piedra caliza o granito (es una de las cuestiones que se decidirá con la empresa adjudicataria). Para la calzada se recuperará el adoquín existente bajo la capa asfáltica actual. No obstante, como precisa la arquitecta municipal Leticia Álvarez, se evitarán las irregularidades que presentan en otras zonas del Casco, como es el caso de Artekale, que también provocan un ruido considerable cuando pasan los vehículos.

Álvarez reconoce que han aprendido “de las cosas que no se han hecho bien”, y para lograr una superficie sin resaltes se cortarán los adoquines por la mitad para colocar la cara plana resultante hacia el exterior. "Barrenkale tendrá la estética de Artekale, pero el material será similar al de la calle Komenio”, apunta el alcalde bergararra.

Renovación de todas las infraestructuras soterradas

La nueva urbanización se realizará de acuerdo al proyecto redactado en 2017 por el estudio BEB Arkitektoak, aunque, como indica la arquitecta municipal, se han introducido mejoras que han encarecido en unos 500.000 euros el presupuesto. Así, junto con las aceras y ajustes en alturas con portales y otros accesos, la reformada calle contará con una banda central, y se renovarán el alumbrado y todas las infraestructuras soterradas. Aprovechando esta última intervención, se instalará una red separativa de aguas residuales y pluviales, con una solución más general que mira a futuras actuaciones en la plaza San Martín, Bidekurutzeta y Komenio. 

Por su parte, la plaza de Egino-Mallea mantendrá su diseño actual, con las cenefas que parten radialmente desde el frente de la fachada del edificio.

Con su nueva imagen, Barrenkale conservará su carácter semipeatonal, si bien podrían estudiarse otras opciones al horario actual de apertura al tráfico motorizado.

Arqueólogo en las labores de apertura de zanjas

En otro orden de cosas, se cuenta ya con la correspondiente autorización de la Diputación Foral de Gipuzkoa para realizar la obra, teniendo en cuenta que se trata de una zona arqueológica. Esta condición ha llevado a contratar los servicios de un arqueólogo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi que estará presente durante las labores de apertura de las zanjas. En cualquier caso, Álvarez sostiene que solo se prevén “encontrar instalaciones subterráneas”. 

Este martes el Ayuntamiento ha presentado el proyecto de Barrenkale en dos reuniones que han congregado a una quincena de comerciantes y hosteleros, y una veintena de vecinos. Tal y como señala el alcalde, las dos empresas que han concurrido al concurso de litación de las obras “nos dan seguridad, porque conocen bien Bergara”. 

Las obras se adjudicarán "antes de fin de año"

Con el contratista se concretarán las fases de la intervención urbanística, aunque el Gobierno municipal ha dejado claro que “en todo momento se deberá garantizar la accesibilidad de la calle, especificando las entradas y salidas”. Pero pare definir todos estos detalles, previamente habrá que adjudicar las obras, un trámite que se formalizará “antes de fin de año”.

El regidor bergararra explica, asimismo, que el grueso de las inversiones previstas se afrontará el próximo año y, en consecuencia, exigirá una planificación económica. “El Ayuntamiento también tiene sus limitaciones y esto nos lleva a un contexto de endeudamiento de cara a los presupuestos; algo que entiendo que es razonable, ya que cuando coinciden distintos proyectos estratégicos, en ciertos plazos hay que buscar otras vías de financiación”, defiende Artola.

La plaza San Martín, la siguiente

Si todo marcha sin contratiempos, la nueva Barrenkale estará lista para finales de 2025 y, a continuación, será la plaza San Martín la que pase por el 'quirófano' de las reformas urbanísticas, a partir del proyecto que en 2019 diseñó el estudio de arquitectura Vauum. “La idea es ejecutar una detrás de otra; en términos de eficiencia es lo mejor, pero habrá que ver cómo condicionan la ejecución y la financiación de ambos proyectos”, concluye el alcalde bergararra.