¿Cómo nació hace 50 años la floristería Mari Carmen?

La floristería fue una aventura de mis padres, Mari Carmen y Jose Luis. Mis padres ya tenían una floristería en Amara, en Sancho El Sabio, que se llamaba Villa Rosa. Eran tres socios y cuando lo dejaron, mis padres vinieron a Errenteria. Crearon la floristería en 1974 y fue la primera floristería de Errenteria. Mis padres trabajaron solos hasta que mi hermano Juanjo y yo nos hicimos mayores y empezamos a ayudarles y a trabajar con ellos. Es una pequeña empresa familiar.

Ahora es usted la que se encarga de la tienda.

Cuando mis padres se jubilaron en 2001 y mi hermano decidió tomar otro rumbo, me quedé yo al mando del negocio. Hago de todo, soy gerente, hago los ramos, llevo la parte creativa, limpio la tienda... En 2006 se incorporó mi marido, Toni Tamarit, y él se encarga de la logística y de los repartos. Hacemos repartos por Donostialdea y Bidasoaldea.

¿Siempre tuvo claro que iba a ser florista?

Sí, pero eran otros tiempos. Tus padres ponen una floristería y te dicen que tú vas a ser florista. Aunque es un trabajo que me encanta: creativo, diferente todos los días... muy bonito.

¿Hay alguien en su familia que vaya a seguir sus pasos?

Mi hija Irati también es florista y hubiera sido una tercera generación aquí, pero ella ha tomado otro camino. Tiene ahora 31 años y con 18 se fue a Barcelona y es profesora de arte floral. Siempre tiene un aire fresco, siempre nos informa de las tendencias, de lo que tenemos que hacer y de lo que no.

En estos 50 años la tienda habrá ido evolucionando. ¿Ha cambiado mucho?

Ha cambiado mucho. En el trabajo floral antes los ramos eran muy planos, muy verticales, ha cambiado incluso el tipo de flores. Ahora los ramos se prefieren más pequeños, más redondeados... son más vistosos. El trabajo es más definido, más armónico y a mí me parece más interesante de cara al público. No son todos los trabajos iguales.

¿Cuál es su especialidad?

Trabajamos con regalos y ramos para el día a día, hasta bodas y eventos y funerarios. También hacemos trabajos de exterior y portales.

¿Y qué es lo más demandado por los clientes?

Ahora para hacer un regalo tienes un ramo de flores tratadas y preservadas y que no se estropean, también hay cestos con varias plantas y siempre es un punto el tema de orquídeas. Llevan años, pero siguen gustando porque siempre son elagantes. Tienen fama de delicadas, pero para cuidarlas solo hace falta regarlas poco y ponerlas en un lugar cálido al que le dé la luz.

¿Cómo ha conseguido la floristería Mari Carmen perdurar 50 años en estos últimos tiempos tan difíciles para el pequeño comercio?

Nos hemos ido adaptando y formando. Nos hemos adaptado al gusto del cliente. Al final es no quedarnos estancados.

¿Qué tipo de clientela es la que acude a su establecimiento?

Tengo una clientela fija. Tengo clientes a los que he visto nacer, les he hecho las flores para la comunión, para su boda y han tenido hijos. Tengo clientes de mis padres que siguen viniendo. Pero sobre todo hay mucha gente joven que se acerca para hacer regalos o para preparar las flores para su boda. Estoy muy contenta. La gente responde y eso que estamos en un barrio, en Iztieta, lejos del Centro. Y la gente viene expresamente aquí.

¿Cómo ve la situación del comercio local de Errenteria?

El comercio está como está, pero en todos los lados. Es muy complicado poner en marcha hoy en día un negocio. Ves que abren una tienda y al año cierran. Desde que levantas la persiana tienes gastos. Nosotros en 50 años hemos tenido de todo, épocas buenas y otras peores, incluso una pandemia. Tienes que invertir muchas horas y mucha ilusión para salir adelante. Los floristas en general trabajamos muchas horas, porque tenemos que montar todo: los ramos, los cestos...

¿Cuáles son los meses con mayor carga de trabajo?

Mayo con las comuniones se trabaja mucho y también empiezan las bodas que ahora la temporada se prolonga hasta octubre, que suele hacer buen tiempo. Junio también es un buen mes, ya que hay muchas despedidas de andereños.

Una de las recomendaciones para que los establecimientos pequeños perduren es que tengan presencia en Internet.¿Qué opina de las redes sociales?

Son muy útiles, aunque no les dedico todo el tiempo que quisiera o debiera. La gente ve las fotos de los ramos o montajes que hago en Instagram y nos suele llamar. Gracias a las redes sociales no hace falta que vengan hasta aquí. Ayudan mucho a los negocios y todo son ventajas.

Es miembro de la asociación de comerciantes Errenkoalde.

Sí, participo en lo que puedo porque me parece que hacen muy buen trabajo.