Han transcurrido dos años desde que Román Huarte se aventuró a lanzar Mery Ann se aparece, su primer gran reto literario. En aquella épica underground, alejada de los convencionalismos, Huarte llevó a los lectores a sumergirse en las vidas subterráneas y en la marginalidad. Ahora, el autor irundarra regresa al mercado de la mano de la misma editorial, Apache Libros, presentando Tattoo, una nueva novela en la que, sin renunciar a los matices del terror sobrenatural ni a la exploración de la marginalidad, otorga protagonismo a elementos distópicos y a la épica urbana. Y no sólo eso. En su segundo libro, Huarte hace uso de la Realidad Aumentada, para ofrecer a quien se adentre en su lectura una experiencia única e innovadora.

¿Qué tal está funcionando Mery Ann se aparece?

Ha tenido muy buena acogida, de hecho vamos ya por la segunda edición. La crítica ha sido bastante buena, tanto personas de la comarca que lo han leído y me lo han trasladado en persona, como otras que me han escrito por redes e incluso me han preguntado si habrá segunda parte. Lo cierto es que al publicar de la mano de la editorial Apache, que está muy enfocada al nicho que corresponde al terror, se me ha tenido más en consideración y he tenido acceso a escenarios a los que de otra forma no hubiera podido acudir. He viajado muchísimo, he ido a todas las ferias de libros principales de España, incluyendo la de Madrid y el Celsius 232 de Avilés.

¿Cómo han influido esas vivencias en la creación de Tattoo?

En todo ese recorrido de ferias en las que he estado he aprendido un montón, tanto de autores que he conocido como de libros que no pensaba que iba a leer… Gracias a ello he abierto el abanico y he salido del terror sobrenatural para acceder a la fantasía oscura, pero también a la distopía y a la épica humana.

¿Ha contribuido esa experiencia a afrontar de manera más eficaz desafíos que previamente representaron un obstáculo?

Me he encontrado básicamente con los mismos problemas. Quería que la novela fuera redonda, es decir, atar todos los cabos para que no fuera una historia más. Así que el reto ha sido el mismo, porque superar esa barrera de la creatividad no es fácil. Me he dado con la cabeza contra la pared durante muchísimas horas, pero al final lo he resuelto de manera satisfactoria y creo que me ha salido una novela muy original, canalla y redonda.

¿Qué va a encontrar el lector en ella?

Es una novela muy ecléctica, inspirada en El hombre ilustrado, un libro de Ray Bradbury, el autor de Crónicas Marcianas. A grandes rasgos, Tattoo es una novela sobre tatuajes que cobran vida, a través de la magia vudú, en un futuro cercano, en el año 2030, donde la tecnología convive con esa magia ancestral.

Mery Ann se aparece se desarrolla en la comarca del Bidasoa, ¿también Tattoo?

No, se desarrolla en Vallecas, que es donde nació mi cuñado Aurelio, que falleció nada más empezar la Covid y es a quien dedico el libro. De hecho, la novela tiene su arranque en el comienzo de la pandemia, y hasta el año 2030 ocurren una serie de cosas que nos llevan a un entorno distópico. Digamos que en 2030 nada ha ocurrido como tenía que ocurrir, esos arcoíris de “todo va a salir bien” no se hacen realidad, todo sale mal y la sociedad se ha convertido en un ente distópico. La calle no exhibe más que drogadictos, tipos noctámbulos, todo tipo de adicciones… Vidas perdidas, básicamente. Normalmente esos entornos son los que aprovechan las mafias para ganarse a la gente, y en la trama entra de lleno una mafia haitiana que es la que trae a este entorno tecnológico de nuevo la fuerza de la magia, de lo espiritual.

En la trama subyace una invitación a la reflexión, ¿verdad?

Quien quiera reflexionar podrá hacerlo, pero no es mi intención. Igual que con mi primera novela, mi objetivo es entretener. Yo no aspiro a crear una gran literatura. Si he conseguido escribir de manera que al lector le resulte una lectura provechosa, incluso satisfactoria, pues mejor, pero mi intención es entretener. Y con los QR intento aportar un poquito más de entretenimiento.

¿Ha sido suya la idea de incorporar en el libro códigos QR que dirigen al lector a un universo de Realidad Aumentada?

Sí, no se habían hecho antes, es una idea original mía y tuve la ayuda de Bidasoa Activa para desarrollarla. Hay novelas con códigos QR que te derivan a música, información o fotografías, pero no a objetos animados que tengan relación directa con la novela. Lo curioso de este libro es que es una historia de tatuajes que cobran vida, y cobran vida no sólo en la imaginación del lector, sino que también en su teléfono, para poder proyectarlos donde quieras y verlos en tres dimensiones. Ahora que el debate está entre el papel y los libros digitales, he querido conjugar lo tradicional con una nueva tecnología.

¿Cómo ha sido el desarrollo creativo de esos personajes en Realidad Aumentada?

Desde el principio pedí al diseñador que no fueran animaciones terroríficas, porque no quería que el libro, aunque tiene un fondo tenebroso o fantasmagórico, diese miedo. Quería que los personajes fueran simpáticos, así que le dije que se imaginara las calaveras de Hello Kitty.

¿Cuáles considera que son los desafíos y oportunidades que esta tecnología puede aportar al ámbito literario?

Hay muchos. A mí de hecho se me ha abierto un mundo muy grande. Por ejemplo, tengo un boceto ya escrito en el que esta tecnología se puede implementar, para darle muchísima más fuerza al argumento. También tengo en mente otras formas de uso, porque las hay infinitas, pero a partir de la que he utilizado ahora puedo usar otras todavía más dinámicas, que pueden ayudar al lector a interactuar todavía más. Así que voy a profundizar en eso.

La semana que viene presentará su libro en el Festival de Fantasía, Terror y Ciencia Ficción Golem Fest de Valencia, ¿verdad?

Sí. El Golem Fest es el segundo festival más importante de España, después del de Avilés, así que estoy muy contento de poder ir. Además, presentaré Tattoo en una mesa redonda sobre distopía en la que va a estar mi editor, pero también Víctor Balcells, un escritor muy famoso que publica con Anagrama.

Supongo que Irun también será una parada dentro de sus planes de presentación de ‘Tattoo’.

Así es. El 14 de diciembre estaré en el CBA.

¿Le acompañará Santiagoko Deabruak, igual que sucedió con Mery Ann?

Sí. El formato va a ser más pequeñito, porque la última vez lo hicimos en el Amaia. Y aunque queremos intentar que sea una sorpresa, puedo adelantar que vamos a intentar hacer lo que no nos dejaron en la pandemia. En su día la idea era simular el pasaje del terror de Santiagoko Deabruak, pero como entonces no se podía interactuar con el público, tuvimos que darle una vuelta. Ahora queremos retomar esa idea, que en la presentación haya espíritus burlones y canallas, como los del libro, e intentar fastidiar al público.