Poco a poco la Semana Grande encara su recta final, pero quedan aún muchos actos del programa de los que disfrutar. Detrás de cada uno de ellos se esconde el ingente trabajo de un gran equipo. NOTICIAS DE GIPUZKOA lo comprueba en el concurso de menestra de cordero en Amara.

Joseba Sáenz, de Donostia Festak, explica cómo va la cosa, ya que sobre él recae, entre otros cometidos, la organización de los actos vinculados con la gastronomía. Para poner en marcha el concurso, que comenzaba a las 17.00 horas, las tareas de montaje se iniciaron en torno a las 15.00 horas, colocando todo lo necesarios: las bombonas de gas, las mesas, los contenedores, las carpas, el puesto de bar, la ubicación del jurado...

Poco a poco todo va tomando forma, porque cada cual conoce muy bien su cometido y porque hay también un animoso equipo de voluntarios que se suma al equipo de Festak para contribuir en la organización.

Mientras Joseba explica el funcionamiento de la maquinaria festiva van llegando los suministros que aportan los colaboradores. En el caso del concurso de cordero (que ha ganado la pareja donostiarra formada por Ibon Sarasola Monzón y Pernas Gleig, del equipo Bardulia), el principal es Súper Amara, que aporta el grueso de los ingredientes de la receta, además de algunos premios.

Pero antes, mucho antes, ya se había diseñado “cómo va a ser cada concurso, se ha hablado con los sponsors y se busca el jurado. Para ello trabajamos con las asociaciones de los barrios, etc.”, explica Sáenz.

Los concursos “se atan en julio”, las actuaciones musicales “muchos meses antes”, pero en el día llega la vorágine del montaje.

En cadena Cientos de detalles

Mientras todo se va montando Edu Bengoa no para. Es su empresa la que se encargará del sonido y, ya por la noche, de amenizar con un DJ la noche de Amara.

“Nosotros nos ocupamos de iluminar, sonorizar y ambientar eventos”, explica Bengoa, que reconoce que el verano es para su empresa la temporada estrella en trabajo.

Su relación con Donostia Festak viene de largo y tienen la lección aprendida. En días como el de ayer lo primero que se hace “es ver cómo es la zona” para saber para cuánta gente es el evento, todo ello antes de poner “baffles, luces o máquinas de humo”.

Se valora también el tipo de público que acudirá, para adecuar el DJ y el repertorio a los gustos y edades de la concurrencia.

Para montar todo el tinglado el equipo de Bengoa llega tres horas antes, dejando dispuesto lo necesario para responder a las necesidades de sonido del concurso y para la noche, cuando otro equipo especializado les toma el relevo antes de que llegue el DJ. Después, otra hora y media para desmontar.

La labor de las personas voluntarias, en torno a una veintena, es impagable, y así lo reconoce el personal de Donostiako Festak. Aimar Zabalegi es uno de estos voluntarios que, pese a su juventud, lleva “unos años” en estas tareas.

“que como joven está guay tener algo que hacer por la tarde. Aunque hay tiempo para todo, también para la juerga”

Empezó de la mano de amigos de sus padres y reconoce “que como joven está guay tener algo que hacer por la tarde. Aunque hay tiempo para todo, también para la juerga”. Zabalegi echa una mano en los concursos gastronómicos, en la Holi Fest y otras actividades y no se aburre, todo lo contrario. “Estamos por todos los lados, donde haga falta que echemos una mano. Si no no se llegaría en Semana Grande”.

Otro voluntario vocacional es José Luis Astigarraga, un veterano en estas lides que fue responsable muchos años de la tamborrada de Euskal Billera. “Desde que se recuperaron los carnavales, que entré en una comparsa, comencé a colaborar en la organización y de ahí pasé a involucrarme en muchas otras cosas, desde regatas al Olentzero. Pero esto es algo que me viene de familia”, asegura.

“Antes hacía más cosas, habré movido miles de vallas. Ahora hago más funciones de relaciones públicas y lo que salga”, destaca este veterano que ya este año se ha apuntado solo a las propuestas gastronómicas.

Ángel Martín lleva siete años en estos asuntos, mientras que Maite Tramoix se estrena este año como voluntaria. “Sale de cada uno querer ayudar y participar. Un amigo me lo propuso y aquí sigo, porque en ésto quien entra ya no sale” destaca Martín, que pone el acento sobre lo bonito que resulta vivir las fiestas desde dentro.

Su animada tía consiguió que Maite Tramoix entrara como voluntaria. “Parece que es algo contagioso, porque estamos casi toda la familia”, añade. “Hablan tan bien que me he animado. Creo que seguiré”, reconoce. Ambos coinciden: “Te lo pasas bien”.

Las gentes de Streetmarketing, que trabaja para alguna de las empresas patrocinadoras y otras muchas marcas, cuando empieza el concurso se pueden tomar un respiro, ya que antes ya han colocado las carpas y otras estructuras necesarias. Montan carpas, ponen vallas, etc. A veces el equipo está formado por doce personas, otras por algunas menos.

Para colocar todo en el lugar y en el momento oportuno se coordinan con Donostia Festak aunque, Iñigo Elarre lleva ya “20 años” realizando estos cometidos, entre los que se halla el montaje del vallado de los fuegos artificiales y su posterior desmontaje. “Nosotros empezamos el primer sábado por la mañana y acabamos el domingo por la mañana”, explica Elarre. Poco tiempo les queda para el descanso con las regatas a la vuelta de la esquina.

Mónica Gracia es la presentadora de este y otros eventos festivos. “Llevo varios años presentando el concurso de paella, el de menestra de cordero, el de merluza en salsa verde y el de cocina en familia”.

Gracia primero presenta el concurso, explica las bases, premios y patrocinadores y después se encarga de animar “y xirikar por aquí y por allí”. Esta profesional, que viene del mundo de la radio, reconoce que estar con la gente “le encanta” y prefiere pasar páginas sobre los recuerdos de cuando la animación se realizaba tras una mascarilla. “Yo vivo todo esto con mucha ilusión,” añade.

Pero si alguien sabe mucho de todo es Marije Torres, directora de Donostia Festak, que explica sobre el terreno las numerosas tareas que asumen los integrantes once integrantes de su equipo, de los que ocho son “técnicos de fiestas” que realizan “el trabajo ejecutivo de calle”. En Semana Grande se suman al equipo tres personas de refuerzo para ocuparse de Sagüés, Kursaal y la Plaza de la Constitución.

Donostia Festak reparte el trabajo de forma previa y ya en el equipo hay especialistas en distintas materias: gastronomía, juegos infantiles, herri kirolak, pruebas deportivas. música, fuegos artificiales... También hay miembros del equipo que asumen la tarea de controlar las actividades en un barrio. En el caso de Amara esta tarea recae en Denis Claraco, que también lleva sobre sus hombros el control de las actividades de la comparsa de gigantes y cabezudos

Para que todo salga bien “hace falta mucho trabajo previo”, subraya Torres. “Hay que saber qué va cada día porque un escenario no siempre es el mismo, ni las necesidades de quienes actúan lo son”. “Hay que estar también durante la actividad por si surge algo”, destaca.

“La Semana Grande tiene dos partes, la programación y los fuegos artificales” que comienzan a contratarse en el mes de octubre. Con la organización de las actividades “lo duro y lo fuerte” llega tras el día de San Sebastián y sobre todo tras Carnavales.

“El equipo de fiestas no puede tomarse vacaciones desde el 24 de julio hasta después de la segunda regata. Ni entre el puente de diciembre hasta después de Carnaval”, explica Torres. Es este un ejemplo de la dedicación que se requiere.