Bomberos donostiarras en la explosión del vapor ‘Cabo Machichaco’
Se acaban de cumplir 125 años de una desgracia ocurrida en Santander en cuya resolución participaron los bomberos donostiarras.
El mediodía del 3 de noviembre de 1893 el vapor Cabo Machichaco que se encontraba atracado en el muelle Nº2 de Maliaño, Santander, sufrió un incendio en cubierta que acabó afectando a la carga de 51 toneladas de dinamita (no declarada) que llevaba en la bodega con dos tremendas explosiones sobre las cuatro de la tarde.
Las explosiones fueron de tal magnitud que varios edificios colindantes se desplomaron, se desarrollaron varios incendios en la ciudad y se generó un torrente de agua de varias toneladas que arrastraron al mar a muchas de las personas que se encontraban viendo el acontecimiento desde los alrededores. El balance final de víctimas, de una población de 50.000 personas, fue de 590 muertos y 525 heridos.
Don Diego Echeverría, alcalde de San Sebastián de origen santanderino, recibió un telegrama urgente desde Barcelona dando cuenta del suceso y de la terrible situación en la que se encontraba el municipio cántabro, ante lo que alcalde donostiarra ordenó que un equipo de 20 bomberos partiese hacia allí a la mayor brevedad. Entre los bomberos se presentaron más voluntarios de los necesarios habiendo de realizar un sorteo entre ellos.
La tarde-noche del día 4 partieron del puerto donostiarra en el vapor de cabotaje Mechelin, colocándose al frente del grupo el concejal señor Macazaga. La travesía nocturna hasta Santander debió ser bastante complicada llegando a destino la mañana del día 5. Durante todo el día y la noche colaboraron en las labores de extinción de los numerosos incendios declarados así como en el salvamento de víctimas, retornando a lo largo del día 6 cuando la situación ya estaba controlada.
El Ayuntamiento de Santander agradeció mediante una moción la ayuda del Cuerpo de Bomberos de San Sebastián e incluso una comisión municipal acudió varias semanas después del siniestro a nuestra ciudad para condecorar a los bomberos participantes en el grupo de ayuda.
Sirvan estas líneas de recuerdo y homenaje, tanto a las personas que en Santander sufrieron aquel dramático suceso como a los bomberos donostiarras que acudieron en auxilio de ellas. No sería la última vez que el Cuerpo de Bomberos de San Sebastián acudiese en auxilio de Santander, volviendo a hacerlo en el gran incendio que sufrió la ciudad en 1941. Pero esa es otra historia.Director del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos del Ayuntamiento de Donostia