El pan es uno de los reyes de la gastronomía. Históricamente, su papel ha sido fundamental en nuestra dieta y por eso, imaginarse una vida sin pan se hace casi imposible. Sin embargo, entre pan y pan hay una gran diferencia. Con el tiempo, algunas características más importantes del pan se han ido perdiendo. Y por eso, en el obrador Endaia Okindegia de Urretxu decidieron hacer algo al respecto.
Endaia es el nombre en euskera de la pala que usan los panaderos para introducir y sacar el pan del horno, y no es por casualidad que escogieran este nombre. Y es que los panes Endaia, naturales, sanos y sin aditivos, destacan por su gran calidad y por su elaboración tradicional.
La línea cuenta con una gran variedad de panes tanto ecológicos como no ecológicos, de harina de trigo blanca e integral, panes de cereales (espelta, centeno, avena, kamut, soja o maíz), con frutos secos y también panes de legumbres. Además, la forma del pan se adapta a las necesidades del cliente, ofreciendo desde hogazas a panes largos, pasando por chapatas, panes de molde y muchas formas más. Todos ellos son saludables, elaborados en un obrador que cuenta con las mejores instalaciones, sin aditivos ni mejorantes, y en los que la calidad de las materias primas está asegurada.
Y es que el uso de productos 100% naturales se nota. Los procesos y la elección de las mejores materias primas son elementos claves en la búsqueda constante del pan de calidad. De hecho, en el caso de los productos ecológicos, su actividad viene avalada por el Consejo de Agricultura y Alimentación Ecológica de Euskadi (ENEEK).
Asimismo, un amasado óptimo facilita la unión perfecta de todos los ingredientes de la masa. Se evita así la oxidación de las masas para obtener migas muy húmedas, esponjosas y con un sabor característico. Además, en Endaia dejan reposar la masa, sin prisa, porque saben que el proceso del pan no es alterable. Y es que durante este reposo se forman los componentes del sabor, el aroma y la conservación del pan.
El formado de los panes Endaia se hace casi siempre a mano. No hay nada como las manos del panadero para saber si la masa está o no en su punto. Además, fermentan el pan a temperaturas muy suaves y en las mejores condiciones, ya que durante la fermentación, la levadura se nutre de los azúcares de la harina y se produce una reacción extraordinaria, casi mágica. Así, la masa toma el volumen y la consistencia necesarios para ir al horno.
En función del tipo de pan, la cocción se realiza en distintos tipos de hornos: desde su horno de suela de piedra refractaria, hasta los hornos eléctricos más modernos. Las altas temperaturas garantizan una corteza caramelizada, crujiente, con todo el sabor de los azúcares tostados.
Endaia usa, además, harinas 100% naturales, sin aditivos ni conservantes. Con las provenientes del cultivo ecológico, elaboran toda la gama de panes ecológicos de Endaia. Con los agricultores que cultivan el trigo y con las harineras que elaboran las harinas comparten los mismos valores de respeto a la tierra, al oficio de panadero, a la calidad y al consumidor.
También usan una masa madre natural elaborada en su obrador. Con este cultivo natural, desde Endaia quieren conjugar acidez, aroma, sabor y conservación para sus panes. La levadura se usa siempre fresca y en muy poca cantidad. Eso permite dar fermentaciones largas y tranquilas, donde el tiempo se convierte en el elemento clave para conseguir los panes Endaia. La sal también tiene gran importancia en el proceso, y solo se usa sal marina no refinada, sin aditivos ni procesos industriales que deterioren su calidad.
Un pan de los de toda la vida, hecho con los conocimientos y la tecnología de hoy, pero respetando su elaboración tradicional.