El viernes comienza la campaña electoral y uno de los asuntos estrella será la política de salud y, más concretamente, Osakidetza, en el ojo del huracán desde la pandemia. De hecho, ya lo está siendo en esta larga precampaña. Pero más allá de la primera línea de fuego en la que se enfrentan los candidatos a lehendakari, en un segundo nivel se desarrolla una pugna que, para la gente, puede pasar más desapercibida pero que es indisociable del contexto electoral en el que se encuentra Euskadi.

En el último mes ha habido varios ejemplos, tanto a nivel foral como municipal, con mociones y declaraciones institucionales que inciden en la merma en la calidad del servicio que el sistema público de salud ofrece a los usuarios y en el consiguiente malestar ciudadano; iniciativas que mantienen viva la polémica sobre la supuesta ‘crisis de Osakidetza’ en esta recta final antes de ir a votar. 

Moción en Irun

En Irun, hace tiempo que existe un fuerte desencuentro con el departamento de Salud por las infraestructuras sanitarias y, en concreto, por el emplazamiento del nuevo ambulatorio. Lo singular en el caso de Irun es que el enfrentamiento con Osakidetza lo está liderando el gobierno del PSE, antes con José Antonio Santano y ahora con Cristina Laborda al frente de la alcaldía. 

En el último pleno, que se celebró hace dos semanas, la polémica volvió a ser rescatada con una moción “sobre la mejora de la atención primaria en Irun”. PSE, EH Bildu, Podemos y PP suscribían un texto en el exigen una solución que el departamento de Salud ya ha advertido que colisiona con lo planificado en el Plan Director de la OSI Bidasoa

En este plan, Osakidetza pide al Ayuntamiento un espacio en el centro de la ciudad para levantar un gran ambulatorio de “alta resolución, con capacidad para realizar pruebas diagnósticas que actualmente solo se realizan en el hospital comarcal”. El nuevo edificio tendría un volumen de unos 10.000 metros cuadrados construidos y debería edificarse en el centro “para evitar los desplazamientos de la población”, señala el plan director. El Ayuntamiento se resiste a atender esta demanda y ofrece en solar en Oinaurre, una zona alejada del centro, lo que le convierte en inadecuado para Osakidetza. 

El grupo municipal del PNV respondió a la moción con un texto propio en el que emplaza al Ayuntamiento a que ofrezca a Osakidetza un espacio donde construya el gran ambulatorio del centro y, mientras se tramita toda la operación, ponga a su disposición locales municipales en los que ubicar servicios que en la actualidad se ofrecen en el actual ambulatorio de forma deficiente; y es que este ambulatorio no da más de sí.

Arremetida contra el PNV

En este contexto, en el debate plenario, el portavoz municipal del PSE Miguel Ángel Páez, arremetió duramente contra el PNV, se negó a discutir el contenido de su moción y rubricó su discurso con un deseo que da munición a la oposición del ejecutivo de Gasteiz : “La mejor cosa que le puede pasar a este país es que a partir del 21 de abril la consejería de Salud no siga siendo gestionada por ustedes, porque son capaces de desmantelar lo poco que aún queda de Osakidetza”.

Xabier Iridoy, portavoz municipal del PNV, trató de situar el debate en el marco de los datos y replicar el intento de difundir “por medio del engaño una situación falsa sobre la estado de la sanidad pública en la comarca del Bidasoa e intentar obtener por medio de la mentira un puñado de votos”.

Iridoy recurrió a los datos oficiales recientemente publicados por la OSI Bidasoa: las listas de espera quirúrgicas han pasado de los 85 días en el pico de la pandemia, a los 68 de 2023; las consultas externas, de 130 días de 2022 a 104 dias de finales de 2023; la plantilla estructural de profesionales sanitarios de la OSI Bidasoa ha aumentado en 46 (14 médicos y médicas y 12 enfermeros y enfermeras); los gastos totales en los últimos cinco años se han incrementado de 52 millones hasta 78 millones en 2023 y los gastos de personal han pasado de 41 millones a más de 54.

También en Debagoiena

Tres días después del pleno de Irun, al otro lado del territorio, en Arrasate, los alcaldes de la comarca de Debagoiena, todos pertenecientes a EH Bildu, comparecieron juntos para denunciar el “declive” de Osakidetza, una situación que particularizaron en la OSI de Debagoiena y que ejemplificaron con lo ocurrido algunos días antes: “En la última semana, la ambulancia medicalizada de Arrasate ha estado varias veces sin médico: el 19 de marzo, por la noche; el 21 de marzo por el día; el 22 de marzo, por la noche; y ayer domingo, por la noche. Es preocupante. Inaceptable”, denunciaron.

Entre los regidores se encontraba la parlamentaria y candidata Rebeka Ubera, que es la responsable de la coalición para los asuntos relacionados con la salud. Ubera intervino para presentar la propuesta con la que su partido quiere “poner en pie Osakidetza”, la misma expresión que empleó el candidato Pello Otxandiano unos días antes.

Moción en Juntas Generales

Ese “poner en pie” transmite la imagen de que hay que levantar algo que se ha desplomado, idea que refutó María Eugenia Arrizabalaga, portavoz del PNV en las Juntas Generales, en su respuesta a Maddalen Iriarte, en el debate sobre Osakidetza que planteó Bildu en la cámara guipuzcoana el 20 de marzo. “La única verdad es que estamos en campaña y que Osakidetza está de pie también es verdad. ¿Hay problemas?, sí, pero los solucionaremos”, garantizó la juntera jeltzale.

Antes, la portavoz de EH Bildu explicó las razones de su moción: “Todos sabemos los problemas que tiene Osakidetza, y todos sabemos cuánto cuesta coger una cita por teléfono; todos sabemos las veces que nos han cambiado el médico de atención primaria y todos sabemos, porque nos lo ha dicho el médico de atención primaria, que igual es mejor que cuando necesitamos una especialidad vayamos a la privada; desgraciadamente es algo que pasa todos los días”.

Según Iriarte, estas deficiencias provocan la huida a la sanidad privada. “La crisis de Osakidetza está abriendo una brecha en la sociedad vasca”. Según dijo, en cinco años, el número de personas cons seguro médico privado ha aumentado un 9,5%.

En su réplica, Arrizabalaga respondió que toda esta serie de diagnósticos sombríos sobre la salud de Osakidetza le dan “pena” por lo que supone de “sembrar desconfianza entre la gente”.

Precariedad, desmantelamiento y privatización son las tres acusaciones que refutó Arrizabalaga en su respuesta. “En 2011, el Gobierno de Madrid impuso tasas de renovación equivalentes a cero y Osakidetza no pudo realizar contratos fijos, lo que infló la temporalidad. Ahora, se han estabilizado 11.000 trabajadores, lo que ha situado la tasa de temporalidad por debajo del 8% que recomienda Europa”.

Arrizabalaga aseguró que la inversión en Osakidetza crece año a año. “este año, 1.000 más que hace cuatro años”, al igual que el número de profesionales, “un 10% desde el inicio de la pandemia. En este momento, la plantilla estructural cuenta con 32.500 trabajadores, más que nunca”.

Y sobre la privatización, comparó la situación con Catalunya, donde gobierna ERC. “Allí la contratación de la sanidad pública con agentes privados es del 24%, una cuarta parte del presupuesto. Aquí no llegamos al 5%”.