Esta vez, EH Bildu se ha convertido en el acusado en materia de gestión de residuos. El alcalde de Hernani, Xabier Lertxundi, compareció ayer en la Comisión de Sostenibilidad de las Juntas Generales de Gipuzkoa para explicar lo ocurrido en la planta de compostaje de Santa Bárbera, donde un técnico de URA (Agencia vasca del agua), denunció el pasado mes de enero la presencia de lixiviados (líquido residual, generalmente tóxico, que se filtra de un vertedero).

Según el regidor hernaniarra, la gestión de la instalación donde se depositan los residuos orgánicos comunitarios del municipio para su transformación en compost reutilizable cumple con la normativa y ha descartado que se haya producido la emisión de lixiviados. Las conclusiones expuestas por el alcalde hernianiarra son las que figuran en el informe de las diligencias llevadas a cabo por los técnicos del Ayuntamiento y que por la tarde fueron comunicadas al resto de grupos políticos municipales.

Inspección

Los hechos se remontan a mediados del mes de enero. Tras una inspección rutinaria de la zona por parte de un técnico de URA se envió un requerimiento al Ayuntamiento en el que se señalaban diversas irregularidades, como la acumulación de residuos orgánicos y la presencia de lixiviados, emplazando al Consistorio a acometer una solución encaminada a derivar estas emanaciones líquidas al sistema de saneamiento.

La comparecencia de Lertxundi en las Juntas Generales, a instancias del Grupo Socialista, coincidió con el cierre de las diligencias abiertas por el Ayuntamiento.

Según relató el alcalde, la investigación dice que el compost no produce lixiviados si está bien estabilizado e higienizado “como ha ocurrido en este caso”. El líquido acumulado en una balsa y que URA atribuyó a una emanación de lixiviados, se debió, según el informe municipal, a “la gran cantidad de lluvia que se produjo en la época en la que se localizó el charco, el compost se embarró y se mezcló con el suelo. El líquido introducido tras mezclar esta agua procedente del exterior con el compost es percolado, no lixiviado”.

Esta afirmación, no obstante, fue puesta en duda por algunos de los grupos políticos, ya que, como admitió Lertxundi, el análisis del líquido no es el que provocó el requerimiento de URA, porque cuando el cuerpo técnico municipal acudió al lugar, se encontraba seco. “Cuando ha vuelto a llover se han tomado muestras de otro charco similar y el laboratorio ha llegado a la conclusión de que en él no se han encontrado ni lixiviados ni ningún otro material tóxico, y todos los parámetros están por debajo de los límites establecidos por el Reglamento del Dominio Público Hidráulico”, señaló.

Réplica de la oposición

Ante su intervención, la pregunta que se hizo Susana García Chueca (PSE) es por qué los técnicos municipales no tomaron muestras cuando URA alertó del incidente. Para la juntera socialista, este hecho se suma a otros en el entorno de la cantera de Santa Bárbara, sobre los que exigió a EH Bildu más “transparencia”. De hecho, recordó que la anterior alcaldesa, Marian Beitialarrangoitia, está encausada por “presuntos delitos por prevaricación y contra el medioambiente”.

Xabier Otxoa, del PNV, criticó que el compost se deposite a la intemperie, sin que exista un cobertizo. Por eso, aseguró que el compost estabilizado no genera lixiviados, “pero al contacto con la lluvia, sí”.

Jon Altolagirre (EH Bildu) criticó, a su vez, la incoherencia de quienes en la misma comisión en la que se aprobó la comparecencia del alcalde de Hernani rechazaron la del consejero de Medio Ambiente del Gobierno navarro para explicar su versión de lo ocurrido con los residuos enviados por GHK a Navarra.