La diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, ha anunciado que el próximo viernes presenciará el Alarde tradicional y también el desfile de la compañía Jaizkibel en Hondarribia junto a la Corporación municipal. Se trata de la primera ocasión en la que la Diputación reconoce oficialmente las dos formas de vivir la celebración, un paso adelante que responde al nuevo tiempo que parece abrirse tras 27 años de desencuentros

"Soy mujer, vivo en Hondarribia, tengo tres hijos y una hija y conozco muy de cerca la situación. Es un problema que tiene muchos nudos muy difíciles de desatar”, ha reconocido Mendoza, que a preguntas de este periódico no ha querido trasladar su opinión personal sobre las distintas maneras de entender la celebración y ha preferido ceñirse a la decisión que, siempre con un “afán constructivo”, adopta ahora el Ejecutivo foral. 

Lo cierto es que se acerca el día grande de Hondarribia. Este viernes, día 8, la localidad celebrará su histórico alarde. El municipio se engalana estos días, fiel a su voto de gratitud a Guadalupe tras la ocupación francesa, y la presente edición llega tras “diferentes movimientos en estos tiempos que facilitan un entendimiento. Se está pidiendo diálogo, entendimiento y una solución”, ha remarcado la diputada en la rueda de prensa celebrada hoy tras el Consejo de Gobierno. 

El Ejecutivo, en esta vuelta del curso político tras el descanso estival, se ha propuesto colaborar en la resolución de un conflicto que ha seguido muy de cerca durante los últimos años, con una labor de intermediación, en respuesta a la solicitud de los grupos municipales. Se da la circunstancia de que, tras las elecciones del 28-M, la alcaldía ha pasado a manos de Igor Enparan Araneta, de 46 años y cabeza de lista de Abotsanitz, plataforma surgida tras la escisión de Sortu hace diez años, y que ha pasado de tener cuatro concejales a siete. Se trata del primer alcalde de Hondarribia que, en 28 años, no pertenece al PNV.

Entre otros cometidos, se plantea la necesidad de aunar sensibilidades enfrentadas en un municipio con distintas maneras de vivir la celebración, lo que plantea un equilibrio entre el respeto a las personas y la libertad de expresión. Término medio que, hasta ahora, se ha antojado complejo después de casi tres décadas, como pudo comprobar la propia Jenny Pearce, experta en mediación de conflictos, que llegó a trabajar en el proceso de pacificación de Colombia. Su concurso fue necesario en Hondarribia. No consiguió su objetivo. Tras su intervención reconoció que “aún se necesita más tiempo y trabajo para abordar las fases del diálogo” entre ambas partes.

Sentimientos a flor de piel

Visto desde fuera, puede resultar llamativo que, tratándose de una fiesta, sea necesaria la figura de una mediadora en conflictos internacionales. Pero son sentimientos a flor de piel. Parte del municipio dice estar cansado de injerencias externas, a sabiendas de que el posicionamiento institucional mayoritario se inclina en favor de la participación de la mujer como escopetera, es decir, en igualdad de condiciones que los hombres. Desde Emakunde defienden que las tradiciones surgen en contextos históricos “determinados”, pero entienden necesario “adecuarlas a los nuevos tiempos”. Desde el Alarde replican que el día que quiera cambiar el pueblo el modelo, “se hará”, pero que lo que no aceptan es una imposición. 

El último intento de acercar posturas vino de la mano del documento Saindua proposamena, hecho público en junio, que recoge la propuesta de incorporar una compañía mixta al Alarde de Hondarribia. En el documento se recoge la siguiente reflexión: “La sociedad está cambiando, las legislaciones varían. Una nueva conciencia de igualdad se ha instalado en todo el mundo. Un nuevo contexto donde apenas queda margen para otorgar un futuro digno a nuestro Alarde si no lo adecuamos a los tiempos. Esa es nuestra mayor responsabilidad como transmisores del legado: dotar de futuro al Alarde”.

En ese contexto, la Diputación Foral de Gipuzkoa ha anunciado este martes que “va a hacer un movimiento. Yo, como diputada general, presenciaré el Alarde tradicional y el desfile de la compañía Jaizkibel junto a la corporación municipal", ha enfatizado Mendoza. La máxima mandataria del territorio ha recordado que la Diputación ya presenció los dos alardes de Irun en junio, el día siguiente de su investidura (ella no pudo asistir al estar en plena formación del Gobierno), y se ha mostrado confiada en que este gesto ayude "en la resolución del conflicto".

EH Bildu de Hondarribia, por su parte, ha emitido un comunicado este martes en el que señala que los dos concejales de coalición acudirán a las escaleras de la iglesia, “en la primera recepción oficial que realizará el Ayuntamiento de Hondarribia a la compañía Jaizkibel a lo largo de la historia”. Bildu añade que, “por coherencia”, no hará lo propio con “el Alarde excluyente”, al entender que supondría ser “cómplice de una postura machista”.  

Entretanto, Alarde Fundazioa también ha seguido en los últimos meses con la ronda de contactos que mantiene desde el año pasado con fuerzas políticas, asociaciones y colectivos hondarribiarras. Muestra su satisfacción por la vuelta a la normalidad que supuso la pasada edición, tras dos años sin Alarde debido a la crisis sanitaria, y hace hincapié "en la tolerancia y el respeto que se vivió el pasado septiembre y que viene siendo la tónica general de los últimos años".