DONOSTIA- Las obras del metro de Donostia han llegado hoy al Parlamento Vasco, donde el sindicato ELA ha alertado de una nueva paralización en las obras en el frente de Miraconcha, en la zona donde se abrieron los socavones anteriormente, debido a las dificultades técnicas con las que se estaría encontrando también el nuevo proyecto constructivo adjudicado antes del verano, el segundo. Según ELA, las obras solo están activas en la parte de Morlans, no en La Concha, donde el comienzo de los trabajos ha sido retrasado. La respuesta de ETS ha sido clara: las obras no están paradas, solo lo está la excavación bajo la playa, donde se inyectará relleno antes de continuar con el túnel.

Según la central sindical, las obras, que en ese punto debían haber comenzado el pasado mes de septiembre, siguen paradas a la espera de poder superar las exigencias que habría planteado la dirección general de la Costa y el Mar del Miteco (Ministerio de Transición Ecológica) para dar el visto bueno a los trabajos de excavación. ELA afirma que el proyecto actual no cumple con las necesarias garantías de seguridad y pide su suspensión. En su opinión, el trazado debería transcurrir "mucho más abajo", en roca firme, para ofrecer garantías, pero ello supondría un coste aún mayor.

Preguntada por esta cuestión, Euskal Trenbide Sarea (ETS) acaba de asegurar este periódico que la obra continúa con normalidad en la mayoría del tramo, aunque reconoce que, en ese punto, "bajo la playa", se van a aplicar en primer lugar inyecciones de lechada de mortero antes de continuar con la excavación. "No estamos excavando, lo que estamos haciendo es inyecciones de lechada de mortero para mejorar la impermeabilidad del macizo rocoso, es decir, de lo que está encima. Excavando no estamos, pero la obra no está parada", aseguran fuentes oficiales de ETS.

Según las mismas fuentes, esta inyección previa antes de continuar con la excavación no altera de forma significativa los planes de la obra. Las obras de este tramo del Topo bajo el centro de Donostia quedaron en suspenso el verano del año pasado, desde el 5 de junio de 2020, tras la apertura de un socavón bajo un edificio de la calle Zubieta, que estuvo causado por la entrada de agua y arena en agujeros del subsuelo kárstico, que no habían sido localizados en los estudios previos. Más adelante se volvieron a detectar otros dos socavones.

Según recordó entonces el gestor de infraestructuras ferroviarias del Gobierno Vasco, ETS, "se detectó la presencia de roca permeable y se estimó que era necesario impermeabilizar el terreno, mediante la ejecución de un tratamiento específico sobre la clave del túnel, para mejorar su capacidad resistente".

Por eso se resolvió el anterior contrato y se articuló el actual, adjudicado por 47.846.896,74 euros a la UTE compuesta por las empresas Acciona, Iza y Altuna y Uria. Ese montante se suma a lo invertido anteriormente en el proyecto original, ya suspendido (35,3 millones entre las obras ejecutadas, las modificaciones y las obras de emergencia que se tuvieron que ejecutar tras la aparición de los socavones).

En consecuencia, el segundo tramo de la variante ferroviaria del Topo en Donostia tendrá un coste total de 83,1 si no hubiese imprevistos con este segundo proyecto. Ya son 30 millones más que el precio inicial; es decir, un 56% más de lo inicialmente previsto: la primera adjudicación fue de 53,2 millones. Pero ELA apunta a que las constructoras están encontrando nuevos problemas y la cifra podría seguir aumentando.

Denuncia ante el Parlamento Vasco

Según el sindicato, el nuevo proyecto redactado tampoco ofrece garantías suficientes a nivel de seguridad. Así lo han asegurado el responsable de la Construcción de ELa, Igor San José, y el abogado de la propia central sindical David Pena en la comparecencia llevada a cabo en la comisión de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Parlamento Vasco este mediodía; en ese foro, el PSE especialmente ha acusado a ELA de hacer "demagogia" y "generar alarmismo", aprovechando denuncias sindicales para hacer oposición política a una obra que han decidido ejecutar los representantes de la mayoría de los cuidadanos vascos.

San José, en nombre de ELA, ha dicho que lo ideal sería que el trazado continuase varios metros más abajo (actualmente se trabaja a 34 metros de profundidad), ya que ahora "estamos entre la arena y la roca". Pero eso conllevaría, según el propio sindicalista, otro tipo de problemas, ya que el trazado superaría en algunos tramos el porcentaje máximo de pendiente permitido, un 10%, ha dicho: "La obra está parada" y "pedimos un informe de cómo se va a seguir trabajando", ha asegurado.

Si este parón que apunta ELA fuera significativo, las obras podrían sufrir algún retraso y no estar completadas para finales de 2024, tal y como especifica el contrato firmado con las constructoras que antes del verano se adjudicaron los trabajos con el compromiso de completar este tramo por 47,8 millones de euros en un plazo de 40 meses.

Tras la paralización inicial de los trabajos en 2020, el consejero de Transportes, Iñaki Arriola, ya advirtió de que los nuevos métodos constructivos serían más caros y más lentos. El tramo Miraconcha-Easo tiene una longitud de 2,1 kilómetros y forma parte de un trazado total de 4,2 kilómetros, entre Lugaritz y Easo, que pasa bajo el centro de Donostia y parte de la playa.

Denuncias sindicales versus crítica política

En su comparecencia en el Parlamento Vasco, ELA ha remarcado que ha presentado 14 denuncias ante la Inspección de Trabajo y más de 40 demandas ante el Juzgado de lo Social por "inaplicaciones del convenio, jornadas abusivas, falta de seguridad y salud laboral, camiones con siobrecarga por la vía pública" y un sinfín de irregularidades, incluida lo que califican de "fraude a las arcas públicas". "Pagar un 60% de lo que dice el convenio", tal y como asegura que llegó a hacer una de las empresas subcontratadas, "es fraude", han reiterado los representantes de ELA.

San José ha acusado a las administraciones de inacción y asegura que en estas obras hay "seguridad cero" para los trabajadores y que "se han pretendido ocultar graves accidentes laborales catalogados como incidentes leves para que no se investigue".

Los grupos políticos de EH Bildu, Elkarrekin-Podemos y PP han asegurado que toman nota de las "graves acusaciones" y que pedirán explicaciones a los responsables de la obra, además de mostrar su apoyo (EH Bildu y Elkarrekin-Podemos) a los trabajadores y el sindicato; mientras que los partidos que sostienen el Gobierno, PNV y PSE, han destacado las complejidad de una obra de esta envergadura, en la que según han subrayado, no se han producido accidentes muy graves por el momento; y han reprochado a ELA que está aprovechando las denuncias sindicales y laborales para hacer política y oposición a un proyecto estratégico como el metro.