Un joven de 18 años ha denunciado a seis agentes de la Guardia Municipal de Donostia por un presunto delito de lesiones, otro de detención ilegal y un tercero de denuncia falsa tras ser arrestado el pasado 7 de abril, cuando intentó identificarse con una tarjeta de transporte, al no llevar consigo el DNI. Fuentes municipales, en cambio, han asegurado que el detenido habría agredido a varios policías después de que este se negara a ser trasladado a dependencias policiales.

Según la denuncia, a la que ha tenido acceso EFE, los hechos se produjeron sobre las 16.30 horas de aquel día, cuando el joven se encontraba en compañía de tres amigos menores de edad, sentados en el lavadero de la calle Autonomía y se personaron en el lugar un agente de Movilidad, de una parte, y un coche patrulla, por otro, del que descendieron otros cuatro guardias.

Por indicaciones del agente de Movilidad, estos últimos pidieron a uno de los reunidos que se identificara, circunstancia ante la que el denunciante les pidió que "dejaran en paz a su amigo".

Por este motivo, los policías le solicitaron también a él que se identificase pero, como en ese momento no llevaba consigo su documentación, les mostró su tarjeta de transporte, en la que además de su número de DNI, también constaban su fotografía, nombre y apellidos.

La denuncia precisa que, como "al parecer dicha identificación no les fue suficiente", los agentes le dijeron que "tendrían que llevarlo a comisaría", por lo que el joven intentó contactar telefónicamente con su madre para que aportara su número de DNI.

Un contexto en el que, según el escrito, "los agentes empezaban a mostrarse cada vez más agresivos" con él y presuntamente habrían comenzado a "empujarle" hasta una esquina de la calle Autonomía.

El documento aclara que en el momento en el que madre e hijo lograron establecer conexión telefónica y el joven le pidió a su progenitora que facilitara a los policías su DNI porque si no le iban a "llevar detenido", uno de los guardias lo habría reducido "violentamente", sin mediar "ninguna actuación agresiva, de resistencia ni de defensa" del joven hacia los agentes.

La denuncia detalla que mientras el teléfono móvil del joven "volaba por los aires", este habría sido "tirado al suelo para ser inmovilizado y engrilletado" por cuatro de los guardias, uno de los cuales le habría sujetado las piernas, mientras otro presuntamente mantuvo "su rodilla contra el cuello" del joven, "a pesar de que este le solicitó varias veces que dejara de hacerlo porque no podría respirar".

Asimismo, otro de los policías presuntamente se habría arrodillado "sobre su cabeza" a pesar de que el detenido "se quejaba y le pedía que dejara de hacerlo por el dolor que le estaba produciendo tener la cara presionada contra el suelo por la fuerza de los agentes".

El texto indica que, al estar el teléfono del chico tirado en el suelo, la madre escuchó los gritos de su hijo y al oír que "no podía respirar" alertó al 091, tras lo que acudió al lugar una dotación de la Ertzaintza que luego habría decidido "marcharse" al ver que se trataba de una actuación de "otro cuerpo policial".

La denuncia, acompañada por dos vídeos y un reportaje fotográfico de la detención, así como por un parte de lesiones, asegura que una tercera grabación de lo sucedido realizada por los amigos del arrestado habría sido "eliminada o requisada" por los guardias municipales.

El escrito precisa que durante el traslado del joven a comisaría uno de los policías lo habría golpeado "con el puño" en la boca, mientras que otro lo habría hecho en el estómago.

Una vez en los calabozos, donde pasó cuatro horas, el documento señala que uno de los guardias le habría amenazado, tras lo que el joven habría perdido la consciencia, hasta que fue puesto en libertad con cargos por un presunto delito de atentado a agente de la autoridad.

Además de los cinco guardias citados, la denuncia incluye a un sexto agente al que responsabiliza de denuncia falsa por mantener que el joven "faltó al respeto" a los policías durante la actuación al decirles que no valían "para nada" y que eran unos "inútiles".

La versión de los agentes

Fuentes municipales han aclarado, por el contrario, que los hechos se iniciaron en el momento en el que un agente de movilidad observó a un cicloturista, menor de edad, circulando por la acera con auriculares, por lo que le requirió para informarle "sobre dicha infracción".

Según esta versión, el ciclista no se detuvo y respondió de forma "despectiva" al agente, que le siguió y volvió a darle el alto un poco más adelante y le solicitó que se identificara, momento en el que otras tres personas se le acercaron "para reprenderle su actitud, llegando a insultarle".

Ante esta situación, el agente solicitó "apoyo" a la Guardia Municipal, dos de cuyas patrullas acudieron al lugar, donde fueron recibidas "entre insultos".

Los agentes pidieron entonces a varios de los presentes que se identificaran, aunque uno se negó, por lo que iniciaron su traslado a la comisaría "para ser correctamente identificado", si bien, según las fuentes, volvió a negarse e inició "un forcejeo" en el que presuntamente llegó a "agredir a varios agentes", uno de los cuales habría recibido un puñetazo en un ojo, "provocando su detención por agredir a agentes de la autoridad".