La curiosidad por comprobar en primera persona aquello que leyó en una revista sobre la transexualidad y homosexualidad en Irán le puso rumbo al país asiático. La fotógrafa Ura Iturralde documentó en imágenes su inmersión en un colectivo que se ve obligado a vivir su identidad y orientación sexual en secreto, un impactante reportaje fotográfico que se puede ver durante todo el verano en los jardines del Árbol de Gernika.
Hasta el 6 de septiembre se podrán contemplar en gran tamaño seis de las fotografías de la colección. El 12 de julio y el 6 de septiembre, además, tendrán lugar visitas guiadas, a las 19.00, que dirigirá la propia autora. “Contaré la historia que hay detrás de cada persona que aparece en la fotografía”, avanza.
La fotógrafa tolosarra reconoce que viajó a Teherán sin poder creerse la realidad que quiere vender al mundo sobre la vida que viven los transexuales y homosexuales en Irán. “Sabía que la homosexualidad estaba castigada en algunos casos con la pena de muerte, pero no sabía que la transexualidad era legal. Leí que después de Tailandia Irán es el país con más operaciones de cambio de sexo del mundo y que, incluso, el gobierno financia parte de la cirugía. Pintaban un panorama tan bonito, que no me lo creí y quise preguntar a la gente cuál es su día a día”, explica la joven.
Realmente, la operación de cambio de sexo no es una opción, es prácticamente una imposición si se quiere ser aceptado por la sociedad. “Los jóvenes con los que traté y que protagonizan las fotografías no quieren operarse, lo cual les hace estar en una situación de ilegalidad, sin que nadie les acepte. Solo una de ellas ha conseguido el objetivo, que es irse a Tailandia”, explica.
La parte más complicada del proyecto fue realizar los contactos con las personas. “Las fotografías están tomadas los últimos días de mi estancia, porque lo que más me costó fue acercarme a ellos y acompañarles en su día a día”, reconoce la fotógrafa.
Las fotografías están realizadas todas en la intimidad, en fiestas privadas, muchas de ellas de noche, porque tanto los jóvenes como Ura podían tener graves problemas si la policía de la moral los hubiese descubierto. Sin embargo, la tolosarra vio en ellos una necesidad de contar al mundo la situación de opresión a la que están sometidos. “Querían mostrar su cara, para ellos y ellas era una especie de liberación y para mí también es activismo”, declara.
Ura Iturralde estudió fotografía en Madrid y se ha especializado en documentales y fotografía de viajes. Ha publicado sus trabajos en varias revistas como Interviú, 7K, 7 Haizetara, Vice España, Vice UK o Al Jazeera. Entre otros premios, el año pasado ganó el festival BAFFEST como mejor fotógrafa emergente del País Vasco. Hoy en día, es fotógrafa independiente y no tiene dudas de que volverá a Irán. “Tengo material y ganas como para continuar con este trabajo. Sigo manteniendo el contacto con los protagonistas de las fotografías, que hoy en día los considero amigos y amigas”, concluye la fotógrafa tolosarra.