Si echamos un ojo al callejero tolosarra encontramos nombres de calles para todos los gustos; algunos controvertidos, otros rezuman historia, los hay de reciente denominación y también varios llamativos o curiosos. Inpernu, Letxuga, Maria Luisa Agirre Doktorearen kalea (o Tontokale) son algunas de las calles por las que transitan todos los días los tolosarras.

Uno de los viales más nuevos es Inpernu kalea (calle Infierno), que fue objeto de polémica cuando se aprobó su nombramiento por parte del Ayuntamiento. Por sus “connotaciones negativas” parte de la corporación no vio con agrado esta denominación para la calle paralela a las vías del tren, que une la calle Andia y la plaza Iturritxiki, surgida del proyecto urbanístico Prolongación Beotibar.

Sin embargo, la elección de este nombre, con numerosas referencias en toponimia, encierra una entrañable y popular historia. Hace tiempo existían en Tolosa los bares Zeru Txiki y Zeru Haundi, y en esta zona se abrió un nuevo bar al que se le llamó Inpernu taberna. Cabe destacar, además, que el establecimiento perteneció al aitona de la actual alcaldesa de Tolosa. La gente entonces txikiteaba “del cielo al infierno y del infierno al cielo”.

Letxuga se llama otro de los viales del casco histórico de Tolosa. Popularmente se dice que su apelativo hace referencia a que es “la calle más fresca de la parte vieja”. Sin embargo, se desconoce el origen de su nombre, aunque haya especulaciones carentes de fundamentos documentados.

Llamada también Letxu kalea, esta preciosa calle discurre desde la calle Mayor, en su entronque con la plaza Vieja y la calle Correo. En ella se encuentra el escudo correspondiente al solar de Olazábal y haciendo esquina con la calle Correo, la casa Ambrosinea, posiblemente el palacio de Lapaza. Durante años, fue la única calle que guardó la tradición sanjuanera de decorarla con ramas de fresno, y fue gracias a los hermanos Garikano Solabarrieta. También se dice que en esta calle nació la costumbre de decorar con telas de colores los balcones en Carnaval, aunque en su origen eran “sobrecamas” lo que se colgaban.

Escasísimos son los nombres dedicados a las mujeres en Tolosa. Maria Luisa Agirre Doktorearen kalea es de los únicos, por no decir el único y, para más inri, popularmente esta plazuela es mucho más conocida con otro nombre: Tontokale. En este emplazamiento tuvo su consulta la doctora tolosarra, que fue una adelantada a su tiempo. Bien merecida tiene su calle, pues logró estudiar la carrera de Medicina en la dura época de la posguerra y durante muchos años convirtió desinteresadamente su casa en un hospital para los niños de Tolosa y de su comarca.

Hay otras calles que han tenido diferentes denominaciones a lo largo de su historia. Una de ellas es la calle Zerkausia, que es el nombre oficial actualmente, aunque hay quien sigue refiriéndose a ella como calle Solana. El nombre fue registrado por Gorosabel en 1853 y bautizada por el de Conde de Ibar. Hoy en día vuelve a ser oficialmente Zerkausia, por discurrir junto al Tinglado o Zerkausia, lo cual en euskera significa cerco roto, refiriéndose al cerco o muralla que rodeaba Tolosa hasta principios del siglo XIX. En esta calle se ubicó durante más de 100 años la imprenta de Ixaka Lopez-Mendizabal, autor de Xabiertxo.

La calle Mayor o Nagusia también ha tenido varias denominaciones en diferentes épocas. En el año 1900 el Ayuntamiento aprobó cambiar su nombre por el de Felipe Dugiols, militar e hijo predilecto de Tolosa, pero el pueblo la siguió llamando kale Nagusia. En 1977 la nueva corporación, formada tras las primeras elecciones democráticas, le devolvió su nombre histórico.

La calle Korreo también ha tenido varios nombres. En principio se llamaba calle Laskorain o Laskoain, haciendo referencia a la vega de su mismo nombre. Más tarde se le llamó calle del Correo, ya que era el tránsito natural de postas y correos a través de la villa. Con este nombre, calle del Correo o Posta kalea, fue rotulada oficialmente en 1896. Más tarde pasó a llamarse calle Antonio Elosegi, en honor a este ilustre tolosano, pero posteriormente, en 1979, se volvió al nombre de calle Correo o Korreo kalea ya que los tolosarras siempre la llamaron de ese modo.

La calle Errementari debe su título a que, posiblemente, fuera el asentamiento preferido de los herreros de la villa, aunque se sabe que antiguamente se denominó calle Miqueo.

Por su parte, la calle Aroztegieta antiguamente recibía el nombre de Arpauso kale. El motivo de este singular apelativo se debe, a buen seguro, a las piedras o arripausoak que se acostumbraba a poner para que la gente pudiera transitar sin mojarse por los suelos húmedos o inundables, como lo era esta calle, debido a su cercanía con el foso denominado Erretengibel.