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La música al estilo Hell Beer Boys

El grupo goierritarra Hell Beer Boys vuelve al ruedo de la música con su sexto disco ‘Cuando ya no quede nadie’, compuesto por ocho canciones, después de un parón de ocho años.

La música al estilo Hell Beer Boys

Hace cerca de cinco años que el grupo goierritarra Hell Beer Boys no pisaba los escenarios para ofrecer lo mejor que tienen, y ya hace ocho de su último disco. Pero al final, dicha espera ya ha terminado ya que el grupo ha vuelto más fuerte que nunca con su sexto disco Cuando ya no quede nadie, compuesto por ocho canciones.

Aunque durante estos años han ido cambiando de algunos componentes, hoy por hoy, es el beasaindarra Gorka Garcia el que pone la voz a las canciones y el creador de muchas de las letras, el ordiziarra Hodei Garcia y el beasaindarra Iker Martin están al mando de las guitarras, el tolosarra Javi Blasco es el bajista y para completar el grupo, el ordiziarra Eneko Marsall se encarga de la batería. Un grupo variado donde, sobre todo, reina el buen ambiente entre ellos. Esta vuelta a la dinámica de los conciertos y el disco en si, reconocen, que ha sido “mucho mejor” de lo que se esperaban y agradecen la buena acogida que está teniendo su trabajo.

apostando por ellos Este grupo goierritarra es más que conocido en la zona y también fuera de ella. Hell Beer Boys puso banda sonora a muchas noches de fiesta y todavía algunos se lo recuerdan cuando se topan con ellos por la calle. De hecho, cuando ya había pasado un año sin que hubiesen sacado un disco, algunos se lo pedían por la calle.

Aun así, para entender sus comienzos hay que trasladarse al año 2002, cuando nació el grupo. “Comenzamos una nochevieja y a los seis meses ya estábamos dando nuestro primer concierto en el Gaztetxe de Ordizia”, relata el cantante. El debut lo hicieron con el disco Ratas del Oria, compuesto por nueve canciones. “Ese disco se vendió muy bien y hoy en día no existen copias”, añade. Pero no todo fue fácil, ya que ellos mismos fueron los que grabaron las canciones pero después no sabían muy bien qué había que hacer para sacarlos. “Se puso en contacto con nosotros chico de Toledo, de Urban Rebolt Records, al que le gustaron las canciones y al final el disco vio la luz”, cuenta. Y en esos años trabajaron sin cesar, ya que un año después, volvieron a grabar el disco junto con el grupo Des-Kontrol, A.C.A.B, y dos años después llegó Mi Crew, en el 2008 No penséis por mí y el último antes de esta nueva etapa fue en el 2010, con el disco Héroes de la noche. Después, algunos de los componentes tuvieron familia y vieron que el ritmo que llevaban era incompatible, por lo que el grupo decidió realizar un parón. También es verdad que años atrás habían hecho alguna intentona que otra para volver, pero al final no pudo ser. Al final, quedaron para decidir sobre el futuro de Hell Beer Boys. “La decisión era o dejarlo o volver a empezar”, detalla García y reconoce que aunque la opción de que el grupo dejase de existir estuvo sobre la mesa les daba “mucha pena dejarlo bruscamente”.

De esa reunión salió el volver a ensayar. Iker Martin: “Pasamos de no ensayar a grabar”.

letras sinceras El mismo título del disco ya releva que más que un grupo de música Hell Beer Boys es un grupo de amigos que hacen música. “Cada uno lo puede interpretar de una manera”, apunta Martin, a lo que Marsall añade que es “un abanico de opciones”: “yo lo interpreto como que pueden pasar mil años que nosotros seguiremos aquí”.

Cuando ya no quede nadie es un disco más bien corto. Ocho canciones que en total completan como 30 minutos de música. “Queríamos que se nos escuchase de principio a fin, no que el oyente se aburriese en una canción y la pasase”, reconoce García. Pero no se equivoquen, ya que ese tiempo es más que suficiente para que le conmueva de alguna forma al que lo escucha. Así lo explica el cantante: “a la gente le gustan las canciones que llegan, las letras sinceras. Nosotros en este disco tenemos como un estilo nostálgico”. Martin, por su parte, también cree que son “letras abiertas”: “antes quizás teníamos letras más reivindicativas pero ahora son letras que están abiertas a un montón de cosas y lo bueno es que cada uno pueda interpretarlas a su manera”. Pero en ese tiempo que dura el disco, revelan, que también hay canciones que son algo ficticias: “no todas tienen que decir un montón de cosas”.

con límite Todos ellos han vivido en sus carnes la constancia y dedicación que supone que el grupo vaya bien, pero esta vez han pensado poner un límite. “Hemos decidido tocar uno o dos conciertos al mes, esa es la regla. La verdad es que ya tenemos la agenda completa como para estar tocando durante todo un año, incluso nos ofrecieron realizar una gira por Latinoámerica que al final rechazamos porque aquí también tenemos responsabilidades tanto de trabajo como de familia”, remata Marsall.