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“En el caserío me dijeron que tocara la trikitixa, pero yo les respondí que quería tocar el clarinete”

La clarinetista urretxuarra Sara Zufiaurre actuará el sábado en La Antigua, con el quinteto Sariranaga. Este conjunto lo forman cinco miembros de la Orquesta de Euskadi, entre los que se encuentra su marido Gabriel Mesado

“En el caserío me dijeron que tocara la trikitixa, pero yo les respondí que quería tocar el clarinete”Asier Zaldua

Zumarraga - ¿Cómo se aficionó a la música?

-Mi madre cantaba en la coral Goiargi y recuerdo que en los conciertos solía jugar con los hijos del resto de los integrantes de la coral. Creo que fue en esos conciertos donde me aficioné a la música. Le dije a mi madre que quería ir a la escuela de música y hasta hoy.

¿Por qué eligió el clarinete?

-Tenía 8 años cuando me tocó elegir instrumento. Los alumnos más veteranos presentaron sus instrumentos. Nicolás Elgea habló sobre el clarinete y tocó una pieza. “Ese es el instrumento que quiero tocar”, me dije. En el caserío me dijeron que tocara la trikitixa, pero yo les dije que quería tocar el clarinete.

¿Dónde estudió?

-Mi profesor fue Juan Navarro, solista de la Orquesta de Euskadi. Tuve una gran suerte, pues desde el principio conté con un gran profesor. También estudié magisterio musical, pues no me quería cerrar ninguna puerta. Mi sueño era ser músico profesional, pero sabía que era muy difícil. En un conservatorio, en una orquesta, en una escuela de música... lo más importante era tener un trabajo relacionado con la música. Me tiré dos años yendo y viniendo de Donostia a Bilbo: del conservatorio a la universidad.

¿Qué hizo cuando finalizó los estudios?

-Finalicé los estudios con 22 años y me trasladé a Pamplona. Durante dos años fui profesora de clarinete en la escuela de música de Barañain. En aquella época fui colaboradora en la banda de Pamplona, la Orquesta de Navarra y la Orquesta de Euskadi. Fueron años muy bonitos. Aprendí y disfruté mucho.

¿Cuándo logró la plaza en la Orquesta de Euskadi?

-Hace diez años. Convocaron el concurso y recibieron 90 currículum de gente de todo el mundo. Nos llamaron a 40 para hacer las pruebas. A la cuarta ronda llegamos un músico de Burgos y yo. Los dos éramos colaboradores y, por lo tanto, conocidos. Cuando me comunicaron que había logrado la plaza me llevé una gran alegría. No me lo podía creer.

¿Cómo han sido estos diez últimos años?

-Han sido unos años muy buenos. Subir al escenario y actuar es un placer. Disfruto mucho haciéndolo.

¿Cuántos recitales ofrecen al año?

-Muchos. Tenemos 55 actuaciones fijas y también solemos hacer tres óperas. Este verano hemos hecho Las bodas de Fígaro y ha recibido muy buenas críticas. También hemos grabado la música compuesta por Fernando Velázquez para una película. Estamos participando en proyectos muy bonitos. La Orquesta de Euskadi tiene un gran nivel. Tenemos nuevo director, el estadounidense Robert Treviño, y nos han dicho que viajaremos muchos. Buscan la proyección de la orquesta.

Tocar en una gran orquesta será muy enriquecedor.

-Así es. En la Orquesta de Euskadi toca gente de todo el mundo: Italia, Rusia, Francia, Polonia, Suiza... Solo el 25% de los músicos somos vascos.

El sábado va a actuar en Zumarraga, pero lo hará con el quinteto Sariranaga.

-La Orquesta de Euskadi suele ofrecer matinées los sábados por la mañana, en su sede de Miramon. Los músicos formamos un grupo y presentamos un programa y un comité hace la selección. Una compañera me dijo que quería tocar el quinteto para clarinete y cuerdas de Brahms y su propuesta fue aprobada. Actuamos a finales de mayo y de allí a los pocos días me llamaron de la casa de cultura de Zumarraga ofreciéndonos tocar en el ciclo de la Antigua. Me hace mucha ilusión actuar en el pueblo. Además, en el primer concierto no te sueles quedar a gusto. A La Antigua iremos más rodados.

¿Qué les ha dicho a sus compañeros acerca de la ermita de La Antigua?

-Todos los compañeros conocen La Antigua, excepto el polaco Pawel Krymer, que acaba de conseguir su plaza en la Orquesta. Saben que es un sitio maravilloso, con una acústica fabulosa. Además, el ciclo musical de La Antigua es muy importante.