donostia - En Donostia se generó el pasado año un 1% más de residuos que en 2015. La subida, en sí, puede no parecer significativa, pero tiene su importancia si se toma en cuenta que rompe con una tendencia de descenso que se ha mantenido durante varios años. Y es que, además, tampoco los datos de la recogida selectiva permiten ser muy optimistas, dado que la tasa se mantiene en el 38%, muy lejos del objetivo del 60% que el Consistorio se viene marcando ya hace años.

Cada donostiarra genera 1,19 kilos de residuos al día, de los que 0,45 kilogramos corresponden a la recogida selectiva (vidrio, plástico, papel...), cifra que en este caso se mantiene como en 2015. En cambio, suben un 1% los residuos que acaban en el vertedero, primer aumento desde 2007, lo que supone el depósito de 0,75 kilos por vecino y día.

En la actualidad, 22.030 familias y 1.569 establecimientos toman parte en el programa de recogida de materia orgánica. En 2016 se computaron 1,9 millones de kilos de este desecho. un 3% más que el año anterior. Además, 739 hogares donostiarras cuentan con un compostador individual y son 103 las familias que participan en el compostaje comunitario que funciona en una decena de barrios de la ciudad.

El tema de la recogida selectiva, más en concreto el de los contenedores de orgánico, es uno de los que más consultas ciudadanas ha generado, aunque el número total de estas ha bajado un 16% respecto al ejercicio anterior. Cabe destacar que, tomando en cuenta el total de las consultas, el 56% han sido realizadas por mujeres.

Estos son algunos de los datos que se recogen en el Informe Anual de Sostenibilidad que elabora la Fundación Cristina Enea, en el que se toman en cuenta un total de 48 indicadores entre los que se halla el de la calidad del aire, que ha sido “buena” o “muy buena” en el 97% de los días y nunca ha bajado de “mejorable”.

Tanto el edil de Ecología, Alfonso Gurpegui, como los miembros del Observatorio de la Sostenibilidad, Manu González y Leire Sarobe, destacaron el esfuerzo que el Consistorio ha realizado, por ejemplo, para lograr un claro descenso del consumo de energía y agua en sus instalaciones. Entre los ciudadanos, el consumo eléctrico vuelve a bajar, en un 2%, como también desciende el consumo de gas, en un 1%.

Se reduce asimismo el consumo del agua, en este caso un 2%. Cada donostiarra gasta al año 207 litros, de los que 141 corresponden al consumo doméstico y su calidad se mantiene satisfactoria en el 100% de las analíticas efectuadas. Disminuye en un 20% respecto a 2015 el volumen de agua que no se factura, gracias a las mejoras en la red de suministro, el uso de agua de lluvia en las fuentes ornamentales y las medidas de control que está llevando a cabo el Ayuntamiento. De los 18 millones de metros cúbicos gastados en 2008 se ha pasado a 14 millones en 2016, un descenso equiparable al volumen de agua necesario para “llenar 1.600 piscinas olímpicas”.

En cuanto al agua del Urumea, las mediciones dan buenos resultados en los distintos puntos controlados, excepción hecha de la zona de Loiola, donde es “deficiente”, hecho que se atribuye a las obras para evitar inundaciones realizadas cauce arriba. Por contra, se constata una recuperación de la calidad del agua en la regata de Añorga, que ha pasado de “escasa” a “media”.