Es el cuarto sábado de mayo, y como cada año por décimo cuarta vez el equipo Igarondo Urpekoak recuerda al que fuera su propulsor y eterno entrenador, Roberto Jáuregui. La jornada de hoy reunirá a las 10.00 y a las 16.00 horas a cerca de 150 jóvenes de categorías cadete e infantil amantes de la monoaleta en el centro deportivo de Usabal en Tolosa, Una concentración siempre especial para sus organizadores, en la que no habrá medallas para repartir cuando se acabe el día, porque así lo hubiera querido el homenajeado, Roberto Jáuregui.

Patxi Monge, presidente de Igarondo Urpekoak y antiguo alumno de Jáuregui, recuerda con cariño aquellos inicios de la natación subacuática y la filosofía de un entrenador entregado a los niños. Aunque estuvo ligado a la vida deportiva del municipio y fue querido por todos, a quienes se dedicó en cuerpo y alma fue a los más pequeños.

"Unos pocos alumnos de natación empezamos a probar las aletas con Roberto", cuenta Monge. "En el 81 el equipo se volvió oficial. Pasaron un par de años hasta que comenzamos a traer monoaletas a casa. Salíamos fuera a competir con nuestras pequeñas aletas y claro, poco podíamos hacer contra semejantes inventos", ríe el presidente. "Así que empezamos a comprarlas directamente de los contrincantes; los rusos aún eran parte de la Unión Soviética, así que estaban encantados", recuerda.

A Jáuregui lo conocían todos en las competiciones nacionales porque siempre fue abierto y generoso, y no dudaba en solucionar las dudas al adversario. "Nosotros le decíamos que si les ayudaba con todo nos iban a ganar", cuenta Patxi Monge, "y él nos respondía, que qué más daba, que entrenaríamos más y ya está".

Jáuregui defendió siempre que no había que dar medallas a los chavales, porque "el que gana se va por las nubes y el que pierde se va triste". Así es que los jóvenes se irán a casa con un obsequio y seguro un buen recuerdo de Tolosa.