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Kobate destapa en Arrasate su tesoro paleontológico

Xabier Murelaga y Pedro Castaños detallarán el hallazgo el martes en Kulturate

Kobate destapa en Arrasate su tesoro paleontológico

arrasate- “El hallazgo es muy importante por la cantidad y por la conservación de los restos”. Así define el paleontólogo y profesor de la UPV, Xabier Murelaga, el yacimiento descubierto en la cantera de Kobate de Arrasate. Una sima que ha permanecido cegada durante milenios salía el verano del pasado año a la luz durante las labores de extracción en las entrañas del monte Artazu. Gracias a la inmediata acción de los responsables de la explotación, especialistas de la sociedad de ciencias Aranzadi se dedicaron a rescatar en su integridad un auténtico tesoro paleontológico que será el eje central de la charla -hasta ahora no se ha contado al público el descubrimiento- que este próximo martes acogerá la sala principal de Kulturate (19.00 horas).

Artazu VIII: Una ventana al pasado abierta recientemente en Arrasate es el título de la conferencia que clausura el ciclo de ponencias organizado por Arrasate Zientzia Elkartea. Una cita en la que Murelaga y el también paleontólogo y miembro de Aranzadi, Pedro Castaños, revelarán los detalles de tan particular hallazgo en Artazu VIII, enclavada en el espacio que ocupa la cantera de Kobate.

“Se trata de una trampa paleontológica a la que iban cayendo los animales en la sima -en su origen de 18-20 metros de profundidad- y sus restos se enterraban sin sufrir la actuación de ningún depredador. Esto nos permite tener una colección de restos fósiles en los cuales no ha intervenido ningún agente biológico, como el hombre o algún depredador, y, por lo tanto, los huesos no han sufrido alteraciones en el momento de la caza y su consumo. El conjunto de especies representadas presentan valores cercanos a lo que sería el entorno del yacimiento en el momento de su formación”, asevera Murelaga.

Se han encontrado, sobre todo, restos de bisontes (el taxón más abundante), ciervo, caballo, rinoceronte, sarrio, oso? “En Gipuzkoa hay otro yacimiento similar en Mutriku, pero con un registro mucho más joven (29.000-14.000 años), y en toda la cornisa Cantábrica de este tipo son cerca de diez”, explica este experto.

El curioso y notorio hallazgo fue notificado por los responsables de Kobate al percatarse de los numerosos huesos de tamaño considerable -la cifra oscila entre 10.000 y 20.000- que, para sorpresa de todos, aparecieron entre la tierra del relleno de una sima tras realizar una voladura. Se pusieron en contacto con los miembros de Arrasate Zientzia Elkartea y estos a, su vez, con el arqueólogo de la UPV/EHU y director de las excavaciones que en la época estival se llevan a cabo en la cercana cueva de Lezetxiki, Álvaro Arrizabagala. Este último echó mano de Murelaga y Castaños.

rinoceronte lanudo “No tenemos una datación precisa ya que estamos en edades más antiguas que las que se pueden medir con el C14 (más antiguas que 50.000 años) y más modernas que 130.000 por la asociación fósil”, detalla Murelaga, al tiempo que hace hincapié en la importancia del yacimiento: “La cantidad y conservación de los restos permite acometer un estudio biométrico y estimar las variaciones de talla de las especies representadas”. Además, la destacada colección de restos de rinoceronte lanudo convierten a este yacimiento “en un importante punto de referencia para el estudio de esta especie en la Península Ibérica”, subraya.

Artazu se encuentra a unos escasos 350 metros de Lezetxiki, sin embargo, según puntualiza Murelaga, todavía tienen que afrontar diferentes analíticas para poder correlacionar los niveles de Artazu VIII con los del excepcional yacimiento de Lezetxiki.

El encuentro del martes servirá para desvelar los pormenores del hallazgo y la excavación realizada, además de interpretar los restos encontrados. Una oportunidad única de adentrarse por primera vez en esta ventana del pasado.