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Una bahía del siglo XIX

una quincena de embarcaciones tradicionales navegaron ayer por aguas donostiarras para sorpresa de vecinos y visitantes

Una bahía del siglo XIXIker Azurmendi

más de un donostiarra y muchos turistas se sorprendieron ayer al encontrarse en aguas de la bahía de La Concha con una quincena de embarcaciones de madera que olían a tradición.

El Aquarium y el Museo Naval, junto con las asociaciones Euskal Bateleroak, Albaola, Ondartxo e Itsas egurra, entre otras, organizaron a medio día la primera concentración de embarcaciones tradicionales del País Vasco en aguas de Donostia. El objetivo es sencillo: dar a conocer la manera de navegar de nuestros antepasados.

La idea surgió en Bretaña, cuando en una concentración de embarcaciones tradicionales, un grupo de euskaldunes decidió hacer lo propio con la flota vasca. "Había personas que estábamos trabajando por nuestra cuenta restaurando bateles y navegando con ellos, y decidimos juntarnos para trabajar juntos", explica Beñat Ibaieta, secretario de la asociación Euskal Bateleroak, que actualmente cuenta con alrededor de 30 socios y unos 20 botes.

"Nuestro objetivo es que no se pierda la forma de entender la navegación que tenían nuestros abuelos y bisabuelos, esas personas que salían todos los días a pescar y que, al fin y al cabo, daban de comer a pueblos enteros. Eran los mejores navegantes del mundo y estamos trabajando para que no se pierda", indica Ibaieta.

La afición por la navegación tradicional es sacrificada, ya que hay que invertir mucho tiempo y dinero en preparar los botes. "Hay patrones que han construido sus propias embarcaciones, otros botes han sido comprados y algunos hasta regalados por gente que los tenía en un garaje y que no sabía qué hacer con ellos. Yo mismo, estoy restaurando uno", describe, dando valor a la esencia del trabajo artesanal de antaño. "En aquella época, el carpintero hacía el bote, otra persona se encargaba de la vela, otro lo calafateaba, luego llegaba el pintor... Queremos recuperar todos aquellos diferentes oficios", señala.

El trabajo de los últimos años, pudo disfrutarse ayer en Donostia. "Hemos traído una quincena de botes, desde bateles que se utilizaban en el ámbito familias hasta batelhaundis que superaban los quince metros de eslora y tenían una tripulación de más de veinte hombres, pasando por las traineras, que permitían rápidos movimientos muy útiles para la pesca de la anchoa o la sardina", describe.

Donostia tendrá la oportunidad de volver a disfrutar de estas embarcaciones durante las regatas de La Concha. Previamente, el 31 de julio, se celebrará el Batel Eguna en Ondarroa y el 14 de septiembre, los botes viajarán a Zumaia donde participarán en los festejos del Día del Pulpo.