zarautz. "Esta persona ha venido a visitarnos para ver si ficha a alguno y se lo lleva a América". Bromea Jesús Mari Silván, nada más entrar con esta periodista al aula de ensayo del coro Udaberri. "¡Pero tenías que habernos avisado para ir antes a la peluquería!", responden algunas alumnas. "Bueno no, mejor así. Saldremos más naturales en la foto", bromean entre risas. El buen ambiente rodea estas cuatro paredes del hogar del jubilado de Zarautz, algo que les sigue dando fuerzas para acudir a ensayar. Antes, con Manolo Urbieta al mando y al piano, y ahora con Silván, que cumplió el jueves 74 años. "No sé tocar el piano, pero mi familia me ha regalado uno por mi aniversario para que aprenda y buscaré a alguien que me enseñe", anuncia.
Acaba de tomar el testigo del músico Manolo Urbieta para dirigir la coral Udaberri. ¿Cómo se siente?
He estado desde que se creó hace siete años ayudando a Manolo y ahora lo haré yo solo. Tenemos guardadas un montón de sus piezas e incluso otras armonizadas por él. Es un artista y ha hecho una gran labor. Esta misma semana nos ha entregado un montón de canciones como herencia, animándonos a buscar una editorial que las publique y que el dinero logrado sea para nosotros. Estamos muy agradecidos. Hemos intentado que se animaran otros músicos para ejercer de directores de esta coral, pero nadie se ha prestado y por no perder esta iniciativa, al final seguiré yo.
¿Es difícil dirigir un coro de estas características?
Somos unas 30 personas en total, 22 de ellas mujeres y todas mayores de 70 años. Es mucho más difícil que hacerlo con niños, porque cuesta más. Pero bueno, los compañeros de Udaberri están aprendiendo poco a poco y mejorando con los años. Hay que pensar que la mayoría no sabía nada de música hasta empezar a cantar en esta coral. Pienso que tienen mucho mérito y está funcionando muy bien, a pesar de ser gente de avanzada edad. Aunque en esta época la gripe nos acecha y hay muchas bajas. Destaco sobre todo el buen ambiente que hay y por eso es agradable venir. Aunque admito que ser director da mucho trabajo. No es solo ensayar, hay que prepararlo todo antes. Nos reunimos los martes y los viernes, una hora cada día. Manolo nunca faltó a una cita. Ya me ha comentado que si antes yo era su secretario, ahora él será el mío (risas).
¿Había participado en alguna otra coral previamente?
No. En nuestra época de juventud cantábamos mucho entre amigos y en la calle. Teníamos tres aficiones: el fútbol, la pelota y cantar. Pero en mi caso me he dedicado a la música. Con siete años empecé a estudiar solfeo y luego a tocar el clarinete en la banda. Allí conocí a Manolo, que también tocaba este instrumento. Después, cuando comencé a acudir al hogar del jubilado Udaberri, nos dimos cuenta de que sería buena idea crear una coral. Él se animó a dirigirla y volvimos a coincidir.
¿Dónde suelen actuar?
Llevamos a cabo un intercambio con la coral de Oñati el año pasado, pero, por lo general, participamos en las fiestas del pueblo. También en Zarautz Kantuan, iniciativa que se realiza el segundo sábado de cada mes por las calles de la localidad y donde nos reunimos unas 40 personas. Además, todos los años acudimos al centro de día y a la residencia de ancianos Santa Ana para cantar. Asimismo, algunas ONG nos han pedido colaboraciones. Cantamos sobre todo obras en euskera como Maitia galde egin zautan, Triste bizi naiz eta, Ardo gorri naparra, Agure zaharra... algunas a dos o a tres voces como Maria Solt y también piezas en otros idiomas.
¿Han organizado algo para el Carnaval?
El coro en sí, no, pero el hogar del jubilado Udaberri ha organizado un baile de disfraces para esta tarde (20.30 horas), al que han invitado a acudir a todas las personas mayores de Zarautz, para que también se animen a disfrazarse. Supongo que varios miembros del coro no faltarán a la cita.
También es miembro del Consejo Asesor de Mayores de la comarca. ¿Qué trabajos han realizado hasta ahora?
Estudiamos la accesibilidad en Urola Kosta y detallamos las barreras arquitectónicas existentes en Zarautz. Pero ahora que en todas las instituciones hay gente nueva estamos esperando a arrancar con algunos trabajos. Somos voluntarios y nos reunimos con mayores de todos los pueblos de la comarca para conocer sus preocupaciones y necesidades.