Tolosa. Las diferentes opiniones sobre el soterramiento de la carretera de Larramendi, en la llamada zona residencial Voith-Gorostidi de Tolosa se dejaron ver el martes en la reunión mantenida por el Ayuntamiento y los vecinos del barrio, que acudieron en masa. El proyecto aprobado por el Pleno incluía el soterramiento de la carretera, actuación que no convence al actual equipo de Gobierno. El Ayuntamiento ha decidido abrir un proceso participativo en el que planteará un proyecto alternativo al soterramiento y los vecinos, en referéndum, serán los que tengan la última palabra.

Se había difundido el rumor sobre cambios en el plan inicial, los corrillos en el vecindario eran habituales y el foro del barrio echaba humo. Para calmar esta situación, el Ayuntamiento llamó a los vecinos a una reunión. El alcalde, Ibai Iriarte, expresó que están "en proceso de negociación con la junta de compensación para reducir los gastos de urbanización del proyecto, donde cabe la eliminación del soterramiento de la calle Larramendi, que se compensaría con un equipamiento comunitario para el barrio como puede ser un frontón, es decir, que el dinero revertiría en el barrio".

El primer edil reconoció que la propuesta del soterramiento no les gusta y mostró dos informes críticos con este planteamiento, uno de la Diputación y otro del Ayuntamiento, en el que se indica, entre otras cuestiones, que "el planteamiento es incomprensible e injustificable", se tacha como "un gran error" y se cuestiona que "no debe dar vía libre al tráfico, sino favorecer una convivencia con el peatón". En resumen, el Ayuntamiento entiende que el soterramiento convertirá esta vía urbana en interurbana, favoreciendo la velocidad de los coches.

Los vecinos que abarrotaron la sala quisieron exponer sus opiniones. Muchos de los que hablaron se mostraron favorables al soterramiento porque entienden que "han comprado una casa unida a ese proyecto". También hubo quien defendió que el Ayuntamiento está actuando "a toro pasado". No obstante, hubo voces partidarias de ver el proyecto alternativo y también asistieron vecinos de las viviendas de Arramele del otro lado de la carretera que manifestaron que "a ellos nadie les había preguntado su opinión sobre el tema".

Todos los asistentes querían ver el proyecto alternativo, que el Ayuntamiento no pudo presentar el martes. Iriarte expresó que las negociaciones con Amenabar "no están siendo nada fáciles", porque sus intereses y los de la constructora "no coinciden". Sin embargo, en el plazo de un mes se presentará la segunda opción y se realizarán exposiciones, foros y debates para estudiar el tema.

Asimismo, también se acordó formar una comisión con los vecinos para coordinar el proceso. Una de las cuestiones que se debe afrontar ahora es quién podrá votar en dicho referéndum. El alcalde manifestó que entre ellos también tienen "dudas" sobre esta cuestión, aunque adelantó que "el voto de un vecino de Larramendi tendrá siempre más valor".