Donostia. Los tilos no son los únicos árboles que perfuman la primavera en Gipuzkoa. Existen también otras especies que desprenden un olor característico, aunque no tan persistente ni frecuente. Las grandes flores de los magnolios, por ejemplo, pueden resultar muy olorosas, aunque no es habitual encontrarse con grandes grupos de esta especie. Lo más corriente es verlos solos o en compañía de pocos ejemplares.
A diferencia de los tilos, los magnolios no pierden la hoja en invierno, por lo que sus frondosas copas siempre dan sombra. Sus flores carnosas también aparecen entre mayo y julio y los más frecuentes entre nosotros presentan unas de color amarillo pálido. En los últimos tiempos, los mercados internacionales ofrecen retoños de numerosas clases de magnolios, que pueden verse en las calles de las localidades guipuzcoanas con flores de color rosa y otras tonalidades.
Otra especie, en este caso de arbusto, que crece con frecuencia en los distintos rincones urbanos de Gipuzkoa es el pittosporum, que suelta también un agradable olor resinoso y dulce. Este arbusto adorna habitualmente los jardines de viviendas y zonas de parques.
El uso de arbustos y árboles se desarrolló en Gipuzkoa en el siglo XIX y llevó a que algunas ciudades crearan sus propios viveros. El de Donostia, por ejemplo, se asentaba en Ulia, entre el paseo del mismo nombre y el alto de Miracruz, pero la parcela fue destinada a usos residenciales hace unos años y el vivero con invernaderos se trasladó al camino de Putzueta, en Altza, con 9.000 metros cuadrados de terreno.
En este lugar, los dos operarios que trabajan en la actualidad hacen crecer flores y arbustos, pero no árboles, que requieren cuidados mayores y se adquieren a empresas especializadas. Los vegetales son adquiridos en forma de bulbos o en semillas en Holanda y se crían en los viveros municipales para trasplantarse con posterioridad a los jardines y parques. Las flores, en este caso, no perfuman el ambiente pero sí alegran la vista con sus colores.
En el caso de la capital guipuzcoana, el carácter turístico de la ciudad hace que la plantación de flores sea muy cuidadosa, con el fin de mantener una buena imagen de cara a visitantes y ciudadanos.
Entre las especies que se han desarrollado en Putzueta se encuentran pensamientos, alhelíes, margaritas, myosotis, berzas ornamentales, primaveras, ranúnculos... También se desarrollan bulbos de tulipanes, jacintos, narcisos, ajos ornamentales e iris, entre otras especies.
En la actual época preveraniega surgen las alegrías, begoñas, tajetes, dalias, geranios, salvias, verbenas, ageratos, petunias, fucsias, gazanias y zinas.