“Ser acompañantes es mantenernos como referentes incluso cuando los procesos en Izangai han concluido, ofreciendo continuidad y confianza más allá del vínculo formal”. Acompañar no es una palabra más, ni mucho menos un concepto que utiliza al tuntún Aitziber Quintana (Bilbao, 47 años), coordinadora general de Izangai elkartea. Ella lleva inmersa en esta asociación, que presta su apoyo y ayuda a personas en situación o riesgo de exclusión social en Bizkaia, desde los años de su juventud como veinteañera comprometida. “Trabajamos para que cada persona conozca los recursos y servicios disponibles en el territorio, y para asegurar que sus necesidades básicas estén cubiertas, facilitando así un proceso de integración más estable y digno”, completa Aitziber.

Desde el nacimiento de la asociación en 1999, más de 7.000 personas han podido salir de situaciones de pobreza y exclusión social gracias a la labor que realizan. ¿Esta es su mejor carta de presentación? 

-Más que nuestra mejor carta de presentación, diría que es la prueba del trabajo realizado durante los 26 años de recorrido de Izangai. Los números validan el impacto de nuestro trabajo, pero creo que nuestra mejor carta de presentación tiene más que ver con la integración e inclusión social de esas 7.000 personas. Cada una de ellas con su historia de vida, con expectativas, con necesidades y también con sus fortalezas. Son personas que hacen un gran esfuerzo por integrarse en nuestra sociedad, que quieren aportar, trabajar, aprender, tener autonomía y que aprovechan al máximo los apoyos y la ayuda que les ofrecemos. 

Insisten en el uso de la palabra acompañar en todas sus comunicaciones. 

-Es algo que va más allá de una metodología, es algo esencial y una seña de nuestra identidad. Acompañar significa lograr que cada persona con la que intervenimos se sienta parte de Izangai, que sepa que estamos presentes y disponibles, y que pueda compartir con nosotras cualquier dificultad que atraviese. Implica ofrecer un espacio libre de juicios, donde pueda encontrar apoyo y acompañamiento en la búsqueda de soluciones. Acompañar también es respetar los tiempos de cada persona, esperar el momento en que esté preparada para realizar un cambio en su vida y favorecer nuevas oportunidades cuando surgen obstáculos.

Construir puentes


Primero ocupó diferentes puestos como educadora social en Izangai elkartea y, desde hace más de una década, Aitziber Quintana ejerce labores de coordinación “junto a un gran equipo de personas voluntarias y profesionales”. Aitziber recuerda que en Izangai cuentan con “tres vías fundamentales” de colaboración: las donaciones económicas, el voluntariado y una tercera pata que define como “colaboración social”. “Necesitamos que la ciudadanía actúe como una red de apoyo activa, ofreciendo oportunidades de integración social y desmontando los mitos y prejuicios que puedan detectar en sus propios entornos”. Izangai aspira a ser un puente para aquellas personas cuyo destino final pasa por formar parte de nuestra sociedad.

Además de proporcionar alojamiento y cubrir las necesidades básicas (alimentación, ropa y atención sanitaria) de estas personas, tienen un servicio de atención jurídica. ¿Desatascar las autorizaciones de residencia y trabajo es la parte más engorrosa de todas?  

"Una persona en situación irregular no puede acceder a un empleo digno”

-No se puede decir que siempre sea la parte más engorrosa, ya que cada proceso es diferente, pero sí es una parte crítica, frustrante y bastante complicada. La lentitud y la barrera burocrática que implica la regularización supone para muchas personas años de espera y estancamiento de sus procesos. Una persona en situación irregular no puede acceder a un empleo digno, lo que la condena a la economía sumergida y a malvivir y sobrevivir durante ese tiempo. 

Terminan pagando un precio muy alto. 

-El coste de esta lentitud no es solo económico: es un coste humano que genera una importante desesperanza. La gran mayoría de las personas que acompañamos quieren trabajar, aportar a esta sociedad y poder ser autónomas. Por eso, el servicio jurídico es una ayuda transversal y estratégica en todo el proceso de acompañamiento que realizamos. Es la llave que transforma la situación de exclusión de cada persona en una oportunidad real de incorporación social. 

Acuden a dar charlas a institutos y universidades. ¿Cómo se entiende que a los jóvenes les seduzcan las ideas xenófobas y reaccionarias de la extrema derecha? 

-Es un tema que preocupa, genera diferentes opiniones y que requeriría de un análisis muy profundo. Nosotras vamos a dar charlas a los institutos y universidades para que las personas jóvenes conozcan de primera mano la realidad de las personas que están en situaciones de exclusión, que conozcan sus historias y puedan entender lo que sucede. Intentamos que los jóvenes de Bizkaia puedan tener experiencias de primera mano, ver más allá de los posibles prejuicios y conocer que detrás de determinadas etiquetas hay personas con capacidades, ganas y fortalezas que quieren formar parte de nuestra sociedad. Nuestra experiencia es que acogen estas experiencias de forma muy positiva y que les gusta sentirse partícipes, conocer otras realidades, entender y escuchar. Buscamos generar un diálogo.

A veces se habla más de las medidas para evitar fraudes en las ayudas sociales que de la vulnerabilidad económica que sufren miles de familias. ¿Es este otro triunfo de las ideas neoliberales? 

-Es muy frecuente ver noticias y escuchar opiniones en las que se relacionan las prestaciones sociales con otros dos conceptos: el fraude y la inmigración. A pesar de lo que mucha gente piensa, hay muchas más personas autóctonas que inmigrantes cobrando ayudas y el fraude se da en un porcentaje muy pequeño (muchísimo menor que el fraude fiscal, por ejemplo). 

La RGI suele estar en la diana de ciertos sectores. 

-La RGI y las demás prestaciones del sistema vasco de garantía de ingresos son mejorables y dejan fuera de su cobertura a mucha gente, pero contribuyen a mejorar la vida de miles de personas y familias y son un elemento fundamental para la cohesión social. Nos gustaría que el foco no se pusiera en las prestaciones, sino en las situaciones de pobreza y vulnerabilidad que se dan en nuestra sociedad, en la gran cantidad de personas sin hogar que hay en nuestros barrios, y que se busquen y se apliquen soluciones efectivas para atajar estas problemáticas. 

¿En Euskadi nos cuesta reconocer que también existe un número nada desdeñable de personas (9,3%, según Save The Children) que viven en situación de pobreza laboral? 

-Es una realidad que debemos conocer y admitir para poderla cambiar. Durante mucho tiempo se nos ha dicho que tener un trabajo era la solución universal, pero la pobreza laboral ha roto esa afirmación. Cada vez son más familias y personas las que, aun trabajando, siguen en situación de pobreza. De hecho, nuestra experiencia nos confirma que, ahora mismo, acompañamos a personas que tienen un trabajo y no consiguen salir adelante sin apoyos sociales.