La crítica ha reconocido la apuesta de Iñigo Lavado (Irun, 1975), que en 2024 cerró 20 años de éxito al frente del restaurante de Ficoba y apostó por llevar las riendas de los fogones del recién inaugurado Hotel Luze de Donostia. Pocos meses después de abrir, la Guía Michelin ha distinguido al cocinero irundarra con su primera estrella Michelin.
Aquel joven que empezó en los fogones de la Cofradía del Salmón del Bidasoa junto a su aita en su ciudad natal ha logrado este martes su primera estrella Michelin. Lo hace como reconocimiento a su última obra, pero que no se podría entender sin esa andadura que comenzó en la cocina de aquella sociedad popular y tras estudiar Secundaria, siguió en la Escuela de Luis Irizar, donde obtuvo diploma sobresaliente en 1995.
De la escuela de Irizar
Fue una suerte de billete para aprender en varias de las mejores cocinas del mundo, como la de Pedro Subijana (dos etapas en Akelarre), la de Alain Ducasse, la de Ferran Adriá o la de Martín Berasategui, entre otros, antes de tomar tierra de nuevo en Donostia.
Lo hizo al frente de la cocina del hotel NH Aránzazu, el Kukuarri, que le valió a su vez la distinción de Cocinero Revelación en Madridfusión en el año 2005. Con 30 años y diez después de diplomarse con Luis Irizar.
Su segunda gran obra, la primera en cuanto a duración, fue el restaurante de Ficoba. Hace pocos meses quedaron atrás quedan 20 años de reconocimiento al frente del restaurante del recinto ferial de Irun.
Fue momento de cerrar una etapa para abrir otra: el restaurante del Hotel Luze del monte Igeldo, donde se encontraba el antiguo Hotel Nicol’s.
Una apuesta de familia
Han transcurrido pocos meses desde la apertura de Itzuli, como se llama la aventura que Lavado ha enfocado con su familia, como los hermanos Roca como el célebre El Celler de Can Roca. Forman parte de esta apuesta hoy premiada su esposa Arantxa Martínez; y sus hijos Julen como sumiller; Iñigo como responsable de la gestión y, por último, María, que avanza en su formación como chef en el Basque Culinary Center.
En este nuevo enclave, en un “regreso a Donostia”, como anunció, la familia se propone ofrecer “una forma cercana de proyectar la gastronomía manteniendo siempre la esencia, la identidad de nuestras tradiciones y el contacto con nuestro territorio”. Un objetivo que, con la distinción de Michelin, ha logrado.