A partir de los 50 años, el cuerpo empieza a experimentar cambios naturales que pueden afectar al metabolismo, la vista, el corazón o los huesos. Aunque muchas de estas transformaciones forman parte del proceso de envejecimiento, los especialistas coinciden en que una buena prevención puede marcar la diferencia entre una vida saludable y una plagada de complicaciones. Por eso, los médicos recomiendan no dejar pasar ciertas revisiones periódicas que ayudan a detectar a tiempo enfermedades silenciosas.
El primer paso es realizar un chequeo médico completo al menos una vez al año. Incluye una exploración general, control de peso, tensión arterial y análisis de sangre. Este último es fundamental para revisar los niveles de glucosa, colesterol, función hepática y renal, así como la inflamación o la anemia. A partir de esta edad, controlar estos valores puede prevenir enfermedades cardiovasculares o metabólicas, como la diabetes tipo 2.
Revisiones a tener en cuenta
La presión arterial tiende a subir con la edad, y la hipertensión es uno de los factores de riesgo más comunes. Por eso, los especialistas recomiendan un control regular del corazón mediante electrocardiogramas o pruebas de esfuerzo, especialmente si existen antecedentes familiares de enfermedades cardíacas.
El cáncer de colon es uno de los más frecuentes a partir de los 50 años, tanto en hombres como en mujeres. Los expertos aconsejan realizar una colonoscopia o test de sangre oculta en heces cada 10 años, o con mayor frecuencia si existen antecedentes familiares. La detección precoz permite eliminar pólipos antes de que se conviertan en tumores malignos, con un porcentaje de curación cercano al 90 % cuando se diagnostican a tiempo.
También es recomendable acudir al oftalmólogo cada dos años para detectar problemas como la presbicia, el glaucoma o la degeneración macular, enfermedades que pueden desarrollarse sin síntomas iniciales muy notables. En cuanto a la audición, un audiograma ayuda a identificar pérdidas auditivas y a tratarlas antes de que afecten a la calidad de vida.
A partir de los 50, la masa ósea comienza a reducirse, sobre todo en las mujeres tras la menopausia. Una densitometría ósea es esencial para diagnosticar osteopenia u osteoporosis, y prevenir fracturas o dolencias articulares.
Los médicos recomiendan además incluir ejercicio regular y dieta rica en calcio y vitamina D para mantener los huesos fuertes.
Revisiones específicas
En las mujeres, los ginecólogos insisten en mantener los controles de mamografía cada uno o dos años, así como citologías periódicas para prevenir el cáncer de cuello de útero. En los hombres, se aconseja una revisión prostática anual, que puede incluir análisis de PSA y exploración.