Este pasado lunes 5 de mayo, tuvo lugar en el Hotel Jardines de Uleta de Gasteiz la XXXI Edición de la entrega de los Premios de la Academia Vasca de Gastronomía relativos a 2024.

El acto, que contó con una gran afluencia de público, fue conducido por el periodista Aitor Buendía que dejó muy claro en su alocución inicial que a pesar de ser los premios relativos al pasado año, lo que la Academia busca con ellos es “premiar una trayectoria” o una regularidad de las personas o entidades galardonadas. En esencia, la excelencia.

También tomó parte Amaia Barredo, Consejera de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco que felicitó a la Academia por “la perfecta selección de las personas y acciones premiadas en la edición de 2025”. Y es que si algo no puede negarse al equipo liderado por Mari Mar Churruca es la independencia, seriedad y, sobre todo, fino criterio gastronómico a la hora de elegir a sus premiados, que este año han sido los siguientes:

  • Premio “José María Busca Isusi” a la persona relacionada con la Gastronomía: Luis Javier Del Valle Vega, por su web www.dendecaguelu.com
  • Premio “Manuel Llano Gorostiza” a la Cultura del Vino: Compañía de Vinos Telmo Rodríguez.
  • Premio “Luis Irizar” a la Docencia: Revista “Sobremesa”.
  • Premio “Juan José Lapitz” al Producto: Cofradía de la Morcilla de Beasain.
  • Premio “Gastro Goxua” al mundo dulce: Pastel Arabatxo y su creador Luis López de Sosoaga, de la Asociación de Pastelerías y Confiterías Artesanales de Álava.
  • Premio Extraordinario de la Academia Vasca de Gastronomía: Fundación Azti.

 En conjunto y como es habitual en ellos, seis galardones que premian el esfuerzo realizado por las personas y entidades homenajeadas de cara a la preservación, la mejora, la difusión, la promoción… de la gastronomía como tal, potenciando y defendiendo su carácter local e incidiendo en claves como la salud, la calidad y la sostenibilidad. Un empeño que muchos de los premiados realizan incluso sin que medie ningún interés particular o económico y dedicando a ello su tiempo libre y sus vidas.

 ¿Y los “Premios Euskadi”?

Es ésta la tercera vez que estos premios se celebran “en solitario”, es decir, sin realizarse a lo largo de la ceremonia la entrega de los Premios Euskadi de Gastronomía que durante tres décadas habían sido concedidos por la Academia que actuaba como depositaria de esta labor por parte del Gobierno Vasco. El Ejecutivo de Lakua, empero, decidió retirar dicha potestad a la Academia en 2023 sin mediar explicación y sin que a día de hoy haya retomado aquellos premios que contaban con un gran prestigio y ponían en valor y de manera indiscutible e impecable el sector que promovían mediante su galardón: la Gastronomía con mayúsculas, esa que ha hecho que en este país saquemos pecho durante décadas diferenciándonos de otros lugares en los que la excelencia culinaria no pasa de ser un relato promovido por motivos turísticos u oportunistas.

El próximo día 19 serán concedidos también en Gasteiz y por primera vez los Premios Euskadi Gastronomika, cuya filosofía y candidaturas pueden ser consultadas en la web www.euskadigastronomika.eus y cuyo “slogan” los define como “El reconocimiento al buen hacer y la excelencia en el turismo y la gastronomía de Euskadi”.

El que esto firma quiere no pensar que estos premios vayan a ser considerados el sustituto de lo que ha supuesto para la gastronomía de este país los Premios Euskadi de Gastronomía. Porque cuando mezclamos gastronomía y turismo y consideramos la primera como una herramienta al servicio del segundo y al turismo como un santo grial cuya promoción debe ser el objetivo prioritario de nuestra “ars culinaria”, las cosas se empiezan a torcer. Solo hay que ver en qué se ha convertido la Parte Vieja donostiarra y la mayoría de sus bares de pintxos, o la degradación sufrida por nuestros mercados, por no hablar de la “Brecha Gastronómica”, concepto que se ha mencionado en no pocas ocasiones en esta sección y que ha convertido a los otrora populares restaurantes multiestrellados en espacios alejados de la ciudadanía local al servicio de los turistas ricos.

Y se da el caso de que en las bases de estos premios, en sus 6 categorías, los requisitos para la presentación de candidaturas relegan el hecho gastronómico a las exigencias del turismo utilizando expresiones en sus bases como “Adaptar las ofertas y experiencias a los diferentes perfiles de turistas teniendo en cuenta sus intereses, necesidades y preferencias” u “Ofrecer al turista la oportunidad de vivir experiencias únicas y memorables” por mencionar dos ejemplos. Es decir, que va a ser premiada la adecuación de nuestra gastronomía al público foráneo.

Estos nuevos premios, además, serán elegidos y otorgados solo entre quienes presenten sus propias candidaturas. Es decir, serán los propios restaurantes o establecimientos a los que van dirigidos los que tendrán que ofrecerse como locales “premiables” para ser elegidos. O dicho de otra forma, nadie será premiado por sorpresa y en base a sus méritos si no ha solicitado previamente serlo, además de que solo entrarán en el bombo los establecimientos que forman parte de la red Euskadi Gastronomika. Por otra parte, en ningún lugar de las bases se especifica si los premios serán decididos por los técnicos del departamento que los promueve o si habrá un jurado con criterio e independencia que garantice que estos premios serán justos y no un “reparto de cromos”.

Por supuesto, el Departamento de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco, que es el que organiza estos premios, tiene todo el derecho del mundo de crear y promover sus propios galardones para repartir prebendas entre los establecimientos, comunicadores, productores… que le doren la píldora y abracen su política, pero, insisto, espero que el Ejecutivo no considere a estos como los sustitutos de los Premios Euskadi de Gastronomía que durante tantos años han sido, como he subrayado al inicio, un ejemplo de independencia, sapiencia y criterio gastronómico.