Las galletas son un alimento popular en muchos hogares, a menudo asociado con los desayunos y meriendas. Su sabor suave y textura crujiente las hacen muy atractivas, especialmente para acompañar con leche o café.

Aunque se consideran una opción cómoda y rápida, surge la pregunta de si realmente son saludables.

Estas galletas están hechas principalmente de harina de trigo, azúcar, aceite vegetal o margarina, y agentes leudantes. Este tipo de galleta, a diferencia de otras más elaboradas, tiene un contenido moderado de grasas y azúcares. Sin embargo, no se puede considerar que las galletas María sean saludables debido a sus ingredientes.

Las harinas refinadas que contienen estas galletas tienen un bajo contenido de fibra, lo que hace que se digieran rápidamente y puedan causar picos en los niveles de glucosa en sangre.

Además, muchas versiones comerciales de las galletas, como las galletas María, contienen aceites vegetales parcialmente hidrogenados, lo que implica la presencia de grasas trans, conocidas por su relación con enfermedades cardiovasculares.

Valor nutricional

Una porción de galletas normales (aproximadamente tres o cuatro unidades) contiene alrededor de 100 a 150 calorías, con un alto porcentaje de carbohidratos, especialmente azúcares.

Aunque no son excesivamente calóricas, no proporcionan un perfil nutricional adecuado para considerarlas un alimento completo o balanceado.

La mayoría de las galletas contienen cantidades mínimas de proteínas y grasas, y casi nada de fibra o vitaminas, lo que las convierte en una fuente pobre de nutrientes esenciales.

Además, debido a su bajo contenido de fibra, estas galletas no generan una gran sensación de saciedad. Esto puede llevar a un consumo excesivo, ya que es fácil comer varias galletas sin sentirse satisfecho, lo que podría contribuir a un consumo excesivo de calorías sin apenas beneficios nutritivos.

¿Cuándo y cómo se pueden consumir?

Aunque no sean el alimento más nutritivo, las galletas pueden formar parte de una dieta equilibrada si se consumen de manera moderada y ocasional.

Se pueden incluir como un complemento, pero no deberían reemplazar alimentos más nutritivos como frutas, yogures naturales o frutos secos.

Una forma de hacerlas más saludables es combinarlas con otros alimentos ricos en nutrientes. Por ejemplo, acompañarlas con un yogur natural, que añade proteínas y probióticos, o con un poco de fruta fresca, que aporta vitaminas, minerales y fibra. Este tipo de combinaciones puede mejorar el perfil nutricional del desayuno y hacerlo más equilibrada, aunque lo ideal es sustituirlo por alimentos saludables.

Alternativas más saludables

Existen opciones más saludables que las galletas para quienes buscan un snack nutritivo. Las frutas frescas o deshidratadas, los frutos secos sin sal y los yogures naturales son ejemplos de snacks que proporcionan nutrientes esenciales y contribuyen a la saciedad.

Además, si prefieres algo crujiente, las galletas integrales sin azúcares añadidos pueden ser una alternativa mejor, ya que aportan más fibra y menos azúcares refinados.

En resumen, las galletas ultraprocesadas no son particularmente saludables, ya que aportan principalmente calorías vacías provenientes de azúcares y harinas refinadas.

Aunque no contienen grandes cantidades de grasas saturadas, tampoco proporcionan nutrientes significativos.

Por ello, es mejor consumirlas de manera ocasional y acompañarlas con alimentos más nutritivos para mejorar su perfil nutricional. Si buscas una opción de snack más saludable, considera alternativas que incluyan frutas, proteínas y grasas saludables, que contribuyan a una dieta más equilibrada y beneficiosa para la salud.