Esta semana se ha celebrado el Campeonato Nacional de Ensaladilla Rusa en Donostia, en el marco de San Sebastián Gastronomika, donde el Pampín Bar de Santiago de Compostela se ha alzado con la victoria con un plato centrado en la patata gallega.
Sin embargo, una de las ensaladillas rusas donostiarras ha conseguido llegar a la final. Se trata de la obra de Alfredo Escobar, del Bar Restaurante Kiki.
Frescura y versatilidad
La ensaladilla rusa es un plato muy popular en Gipuzkoa, caracterizado por su frescura y su versatilidad. A pesar de su nombre, la ensaladilla rusa no es originaria de Rusia, aunque se le atribuye a un chef francés de nombre Lucien Olivier, quien la creó en Moscú durante el siglo XIX.
Desde entonces, la receta ha evolucionado y ha sido adaptada a distintos gustos y tradiciones culinarias alrededor del mundo.
Origen e historia
La historia de la ensaladilla rusa se remonta a la década de 1860, cuando Lucien Olivier, un chef belga, la incluyó en el menú de su prestigioso restaurante Hermitage, en Moscú.
La receta original incluía ingredientes como carne de caza, cangrejo, patatas, pepinos encurtidos, y una mayonesa especial de Olivier, cuya receta exacta es un misterio hasta hoy. A lo largo de los años, la receta se simplificó y se adaptó a los ingredientes locales de cada región.
Ingredientes y preparación
La ensaladilla rusa, tal y como se consume hoy en día, suele llevar patatas cocidas, zanahorias, guisantes, huevo duro, atún y mayonesa.
En algunas versiones, se le añaden encurtidos, como pepinillos o aceitunas, e incluso mariscos como gambas o langostinos, dependiendo de la zona y el gusto personal. El aliño de la ensaladilla es fundamentalmente mayonesa, que puede ser casera o comprada, dependiendo de la preferencia del cocinero.
La preparación de la ensaladilla rusa es bastante sencilla. Los ingredientes principales, como las patatas y las zanahorias, se cuecen hasta que estén tiernos y se dejan enfriar antes de ser cortados en cubos pequeños. Después, se mezclan con los guisantes, el atún y los huevos duros picados. Finalmente, se incorpora la mayonesa, que debe cubrir todos los ingredientes de manera uniforme, y se adereza con sal y pimienta al gusto. Una vez lista, la ensaladilla se deja enfriar en el refrigerador antes de servir, lo que intensifica sus sabores.
Variantes y popularidad
Existen muchas variantes de la ensaladilla rusa. En Donostia, es común encontrarla en bares y restaurantes como pintxo o como guarnición en platos de pescado y carne.
En resumen, la ensaladilla rusa se ha convertido en un símbolo de la cocina. Este plato sencillo, pero delicioso, es un claro ejemplo de cómo las recetas viajan y se transforman, adaptándose a los paladares y costumbres locales.