Una de cal y una de arena. Tras imponerse al Cádiz en Ipurua en la pasada jornada, la intersemanal que tuvo lugar el miércoles, el Eibar ha vuelto a perder este domingo, en esta ocasión a domicilio. Lo ha hecho por la mínima, 1-0, en el campo del Málaga debido a su falta de puntería ante la portería contraria.
El equipo armero disfrutó de ocasiones para marcar, pero no acertó ante la meta defendida por Alfonso Herrero.
Sin embargo, el equipo malagueño, que llevaba seis jornadas sin vencer y ayer lo hizo con un gol en el minuto 15 de la primera parte del centrocampista David Larrubia, sí estuvo atinado ante el marco rival. Justo lo que le faltó al conjunto guipuzcoano.
Salvo en los compases iniciales, en los que el Málaga aprovechó para marcar el que a la postre fue el único tanto, el control del partido fue del cuadro dirigido por Joseba Etxeberria. El Eibar se sintió a gusto en el campo y merodeó el área malaguista desde el inicio del choque, incluso con una primera ocasión clara del lateral derecho Corpas.
No obstante, recibió un duro golpe al cuarto de hora con un centro por la izquierda del extremo Kevin Medina y el despeje del guardameta Fuzato le llegó al centrocampista David Larrubia, cuyo remate en el área pequeña lo desvió el central Arbilla para que se convirtiera en el 1-0.
Un partido alocado
El encuentro se volvió loco, con el Eibar volcado buscando el empate y el Málaga aprovechando los huecos de la zaga y del centro del campo de su rival para crear peligro, que llegó sobre todo por la banda izquierda.
El entrenador armero realizó dos cambios en el descanso para dar más poder ofensivo y reforzar algo más la zaga con la entrada de Peru Nolaskoain y el exmalaguista Cristian Gutiérrez en detrimento de un renqueante Matheus y Arrillaga. Buscaba la reacción.
El decorado del encuentro, eso sí, no varió en exceso, con el Eibar motivado para llevar el ritmo del juego, aunque le faltó el último pase para conseguir el empate, que no llegó ante un Málaga sólido.
Así se entró en los últimos minutos, con cinco de añadido, con los dos equipos al ataque, uno en busca de la igualada y el otro a por un segundo gol que le diera la tranquilidad necesaria, aunque el resultado ya no se moviera. A los intentos del Eibar les faltaron acierto en los metros finales.