La reedición de la última final de la Liga de Campeones, en la que el Real Madrid conquistó su decimoquinta Copa de Europa y ensanchó su leyenda como el rey de la competición, llega para el equipo de Carlo Ancelotti con la obligación de reaccionar al batacazo de Lille y, de paso, mejorar su juego y sensaciones antes del clásico del fútbol español. Cinco meses después ha cambiado más el Borussia Dortmund que el Real Madrid pero sin embargo, la pérdida de Toni Kroos y la llegada de Kylian Mbappé no ha provocado el efecto esperado en la casa blanca. Pese a aumentar a 42 los partidos sin perder en LaLiga sus sensaciones no terminan de ser positivas.
Añadiendo la mala imagen dejada en la derrota ante el Lille, aparece una necesidad que paliar en una semana marcada en rojo en el calendario con la reedición de la última final de Champions y el siempre esperado clásico del fútbol español, al que llegan con papeles cambiados respecto a sus últimos capítulos Real Madrid y Barcelona. Lo hace con Ancelotti en pleno proceso de pruebas tácticas, buscando soluciones para encontrar un equilibrio que añora.
La última apostar por tres centrales, incrustando a Tchouaméni entre Militao y Rüdiger, en ciertas fases del juego, o tirar al costado derecho a Jude Bellingham para ayudar en una banda en la que ha perdido el liderazgo de Dani Carvajal. La semana marcará el camino a corto plazo de un Real Madrid que acostumbra a enchufarse en duelos de grandeza como los que afronta. Con Vinícius Jr recuperando su identidad letal en los últimos partidos y Kylian Mbappé su pegada. La duda por despejar es el papel de Rodrygo Goes, que aparece como víctima del cambio de sistema de Carletto que ha aumentado número de centrocampistas renunciando a un 4-3-3 que podría volver a escena.
Un centro del campo dañado
Pero donde mayores problemas sin solución sufre Ancelotti es en el centro del campo. Nadie da el paso al frente esperado para que se deje de añorar la figura de Kroos y solamente Luka Modric, a sus 39 años, pone claridad en el pase definitivo. Al Real Madrid le aguarda un equipo con sed de venganza. La derrota sufrida en la final de Wembley del pasado mes de junio dio paso a una verano caliente en Dortmund que se llevó por delante al anterior entrenador, Edin Terzic.