donostia - Lo han soñado muchas veces. Le han dado vueltas y vueltas, y esta semana es el tema más recurrente en la ciudad. Nadie habla de otra cosa, y solo así se entiende que todo Eibar esté engalanada de azulgrana a la espera del gran día. Hace nueve años vivieron algo similar, pero ahora todos son más optimistas. No es para menos, y es que los armeros están a un paso de Primera y dependen de ellos mismos. Era complicado de imaginar, sobre todo para unos aficionados que las han vivido de todos los colores y que han sufrido de la mano del equipo de sus amores.

Hay dos personas que lo saben mejor que nadie. Muchos han compartido grada en Ipurua celebrando victorias y lamentando golpes muy duros, pero Joseba Combarro y Axel Riaño son dos de esos aficionados que por encima de todo tienen al Eibar en su corazón. Uno preside Eskozia la Brava, la peña más famosa y más colorida de Ipurua, y el otro forma parte de la afición pero al mismo tiempo compagina su pasión futbolera con su trabajo como speaker del estadio armero. Ambos tienen el mismo sueño, idéntico al de todos los aficionados azulgranas y esperan con ilusión y muchas ganas el momento.

Joseba estará detrás de la portería apoyando y "haciendo mi trabajo", como él mismo entiende su papel entre los aficionados. No puede esperar más, necesita que el balón eche a rodar: "La semana se nos está haciendo más que eterna. Jugarnos algo tan histórico, ver cómo el pueblo está engalanado con banderas en todos los balcones, la ilusión de la gente, la tensión... Se va a vivir un día muy bonito para el pueblo". Cerca, en su cabina desde donde canta los goles, Axel deberá estar más tranquilo: "Es mi sueño, pero ahí arriba hay que mantener la calma. Luego si se consigue el ascenso, alguna tendré que soltar, pero siempre muy calmado". Aun así, ya piensa en la celebración y "si subiésemos hoy diría cuatro cosas y pondría algo a reproducir para bajarme al ambiente que es donde se va a disfrutar de verdad", apunta entre risas.

Y es que ambos llevan la afición armera por dentro. Los dos estuvieron en Riazor en un viaje que fue "una auténtica pasada" y hoy mismo harán una previa de Primera. "Al mediodía se hará un poteo por la ciudad, luego tenemos comida oficial de la peña -Eskozia la Brava-, y luego haremos una concentración todas las peñas en Unzaga a las 18.15 horas para salir hacia Ipurua en una kalejira, aunque hay que hacer alguna parada de camino al campo para repostar, que el día es muy largo".

Ambos son muy optimistas, pero Axel tiene un presentimiento y cree que "el ascenso lo celebraremos contra el Lugo", aunque viendo lo largo que se está haciendo espera que sea cuanto antes. De lo que no cabe duda es que el ambiente va a ser espectacular: "De los últimos diez o quince años va a ser el mejor ambiente que se ha vivido en Ipurua. La ocasión lo merece". Por su parte, Joseba está convencido de que "nosotros vamos a ganar" y que lo vivido será histórico: "Es el día soñado por todos. Nadie podíamos casi ni imaginarlo. Cuando se hizo el sorteo y vi que jugábamos contra el Alavés en esta jornada pensé que sería al revés, nosotros intentando salvar la categoría y ellos luchando por arriba. Y ahora fíjate. La única pena que tengo es que en Ipurua solo caben 5.000, si hubiese capacidad para 8.000 se hubiese llenado igual".

Si el equipo ha llamado la atención a todos y se ha convertido en un ejemplo de cómo competir con humildad, la afición eibartarra no se queda atrás. 600 viajaron a Miranda, 300 a Riazor, Mallorca o Madrid y en cada partido se ha visto el azulgrana en las gradas. Joseba recuerda que Eskozia la Brava ha estado en 17 desplazamientos este mismo curso y por eso todos están orgullosos de la afición. Axel tienen claro que "hacía muchos años que no veía a la afición tan volcada y Ipurua no lo había visto así nunca".

Joseba, por su parte, ha querido mostrar su admiración por una plantilla que es "un orgullo para todos. Por que lucha, porque no hay diferencias entre unos y otros, no hay titulares y suplentes. Esa es la gran diferencia entre el equipo de 2005 y este".

Aquella plantilla de Mendilibar rozó el ascenso con jugadores de la talla de Llorente o Silva y con Garitano como hombre clave en el centro del campo. Entonces se vivió una noche parecida a la de hoy, aunque el escocés lo recuerda como un día duro: "Se vivió con mucha ilusión pero lo recuerdo como un chasco gordo. Ahora ya tengo la lección aprendida, voy mentalizado de que puede pasar de todo y con los pies en el suelo". Axel, por su parte, cree que hay muchas diferencias entre aquel día y el de hoy: "Yo estaba en el campo, pero fue diferente. Entonces tenías que ganar y que otros perdiesen para quitarles la posición. Ahora dependemos de nosotros, aunque la ilusión es la misma".

Será una noche extraña, porque además de vencer al Alavés, los resultados de Murcia y Las Palmas deben acompañar para que comience la gran fiesta. Por eso, si primero los murcianos no consiguen vencer su choque ante el Zaragoza y el Eibar consigue los tres puntos se vivirá una sensación particular. 45 minutos de espera mientras los canarios acaban su encuentro. Joseba cuenta la idea que trasladaron al club: "Se hizo la propuesta para que en el videomarcador se pudiese ver el partido, pero nos han confirmado que no puede ser. Parece que pondrán la radio por megafonía o igual hacemos una quedada para verlo en los bares cercanos al campo. Será improvisado".

Si se consigue el premio hay alguien que se convertirá, si ya no lo es, en héroe armero. Garitano tiene encandilada a la afición, y Axel tiene claro que "se merece un monumento en Unzaga". Joseba también tiene predilección por el técnico de Derio que "ya era un ídolo como jugador y ahora ha sido capaz de sacarnos del infierno y llevarnos a las puertas de Primera. Un tío humilde, currela y muy normal. Si ganamos, algo grande habrá que hacer con él".

Quizá hoy se consiga el ascenso deportivo, pero en el pueblo eibartarra todos saben que después habrá otra lucha muy dura; la ampliación de capital que Axel define como "una putada": "No es lógico que un equipo como el Eibar tenga que hacerla". Joseba cree que será "muy complicado por la crisis. La gente está haciendo un esfuerzo terrible, aportando su granito incluso gente que está sin trabajo. Confianza hay que tener hasta el final pero va a ser un batalla larga y muy complicada, y lo que tengo claro es que si no lo conseguimos no se puede decir nada a nadie porque la gente lo está dando todo".

Parece imposible que lo que se ha ganado en el campo se quede por el camino, pero ahí también hay un sueño y una esperanza: "En Eibar hace años convertimos cañones y escopetas en bicis y máquinas de coser, así que ahora algo haremos. Lo sacaremos, somos de Eibar".