Supercopa: Una nueva final para la Real Sociedad

De este modo, la Real, que accedía al torneo como subcampeón liguero, no se ha dejado sorprender por el subcampeón de la Copa y ha logrado, en esta final a cuatro que se está celebrando en la localidad extremeña de Mérida, su segunda clasificación para la final de la Supercopa. Ahora tratará de obtener un resultado bien diferente a aquella en la que fue goleada por el Barcelona (10-1) en Salamanca y a la que acudió como campeón de Copa. 

Natalia Arroyo volvió a tirar de sus habituales rotaciones y dio entrada en esta ocasión a cuatro jugadoras nuevas con respecto al partido que el domingo pasada las realistas disputaron en Valencia: Elene Lete, quien alterna la portería con Adriana Nanclares, Ana Tejada, Gemma Gili y Sanny Franssi. Mantuvo, por tanto, a Mirari Uria, quien dio profundidad al equipo en el choque anterior, y Nerea Eizagirre, quien lideró una vez más a las realistas.

Precisamente la tolosarra lanzó dos balones largos en los compases iniciales del duelo, a los que no pudieron llegar Mirari y Franssi por la rapidez de la portera contraria, la inglesa Chelsea. Gaby también lo intentó en esta fase del encuentro en el que predominó el dominio local, mediante un disparo.

En cualquier caso, la primera parte, en la que el conjunto txuri-urdin controló el juego, no contó con ocasiones claras. A las mencionadas hay que añadir sendos lanzamientos de Alejandra Bernabé e Iris Arnáiz; mientras que por el bando onubense lo intentaron Ágústsdóttir y Simonsson.

En el segundo periodo, el dominio realista se tradujo en asedio. La Real se volcó hacia el área del bloque andaluz hasta que consiguió marcar. En el primer cuarto de hora las de Natalia Arroyo arrinconaron a su oponente, pero no consiguieron protagonizar una oportunidad de gol a pesar de gozar de varios lanzamientos de esquina. Pero la salida de Synne Jensen al terreno de juego, en el minuto 59, en lugar de Mirari otorgó al cuadro guipuzcoano la mordiente que necesitaba. La noruega estuvo a punto de marcar cuando aún llevaba un minuto jugando, en la ocasión más clara hasta entonces, al rematar de volea sola dentro del área, pero el balón se marchó fuera.

A continuación, en el minuto siguiente, Gaby disfrutó de una doble oportunidad para marcar. En la primera, la venezolana disparó desde fuera del área un balón que la guardameta, empleándose a fondo, desvió a córner. Y, en su lanzamiento, el remate de cabeza de Gaby volvió a ser desviado por Chelsea. El acoso era total.

Producto de ello llegó el tanto txuri-urdin, obra de Bernabé. En una gran acción de Jensen, que puso un buen balón en el área, la lateral cedida por el Atlético de Madrid no perdonó tras llegar como una exhalación al remate. Un gol que hacía justicia a lo acontecido sobre el verde.

No obstante, la Real no se fiaba y siguió con el mismo plan. Control de la pelota y llegadas al área contraria en busca del tanto de la tranquilidad. Le Guilly, con un tiro desde la frontal del área, Jensen, por partida doble, en un remate que desvió una defensora cuando la portera estaba vencida y con un lanzamiento que rozó el larguero, en los instantes finales, y Amaiur, que entró por Nerea Eizagirre (m. 82), con un balón al poste, pudieron conseguirlo.

Pero no lo hicieron y la incertidumbre reinó en el tramo final, más por lo ajustado del marcador que por el peligro que ocasionó el Sporting de Huelva, al que la escuadra guipuzcoana maniató debidamente. La Real era consciente de lo mucho que se jugaba en este partido y, tras las dudas ofrecidas en los últimos partidos, se adjudicó con todo merecimiento el billete para la final.

La formación txuri-urdin, además, dispone de un día más de descanso que su adversario del domingo, circunstancia que no es baladí a tenor del cargado calendario que está afrontando. Una vez despojada de la presión que le ocasionaba la mala racha de resultados con el triunfo de ayer, la Real no tiene nada que perder.