Italia, la vieja Italia. La de siempre. La selección que mayores elogios había recibido en el torneo aparcó el fútbol preciosista, sus grandes actuaciones de la Eurocopa, para volver a sus viejas costumbres. Lo hizo en semifinales, en un momento señalado, y ante una España que firmó su mejor partido del torneo pero que cayó en su trampa. Mereció más el combinado español, que fue mejor que su rival en los 120 minutos de un partido intenso y vibrante, pero al que salió cara en la lotería de los penaltis. Agotó la suerte en cuartos, cuando apeó a Suiza desde los once metros. Entonces, Simón se erigió en el indiscutible protagonista gracias a dos grandes intervenciones; anoche solo realizó una, como Donnarumma, que en su carrera ha atajado el 35% de los penaltis que le han lanzado, pero la del guardameta transalpino fue decisiva. Le adivinó las intenciones a Morata, que salió desde el banquillo para rescatar a España a diez minutos del final, lo que unido al fallo inicial de Dani Olmo, sin duda el hombre del partido, enterró las aspiraciones de la selección española. Ahora, Italia espera rival en la final: Inglaterra o Dinamarca.

Sorprendió Luis Enrique con su once: prescindió de Morata, el único nueve puro con el que cuenta en el equipo, y apostó por una tripleta atacante formada por Dani Olmo, Ferran Torres y Oyarzabal. El futbolista de la Real Sociedad se estrenó así como titular en el torneo, donde hasta la fecha había actuado como revulsivo, por lo general con buen tino. Tampoco jugó de inicio Pau Torres y fue Eric García quien acompañó a Laporte en el eje de la zaga.

En Italia, la principal novedad fue la entrada de Emerson en el lateral izquierdo. El futbolista del Chelsea reemplazó al lesionado Spinazzola, una de las noticias más positivas en la azurra, pero que tuvo que decir adiós al torneo al romperse el tendón de Aquiles en el partido de octavos frente a Bélgica.

BUSQUETS Y PEDRI, SOBRESALIENTES

Echó de menos en la primera mitad Mancini a un futbolista de muchísima profundidad, más aún cuando el centro del campo de España se mostró muy superior al italiano. Sobresalientes se mostraron Busquets y Pedri. El primero ejerció de faro, cortó un buen número de balones y tiró de veteranía para cometer unas cuántas faltas tácticas y librarse de la amarilla. Cuestión de experiencia. La juventud y el desparpajo fueron cosa de Pedri. El canario crece en cada partido y ayer firmó una primera parte excelsa, sin error en el pase, con un pleno de 31 aciertos, que fueron 55 a la conclusión de los 90 minutos. El mejor de todos, un grandísimo balón filtrado al corazón del área, lo desperdició Oyarzabal, que no pudo controlar bien, lo que le habría dejado solo ante Donnarumma.

Italia asumió, sin rechistar, que anoche no tocaba ser brillante, que los buenos minutos de fútbol mostrados a lo largo del torneo eran cosa del pasado. Tocaba tirar de eficacia y contundencia. Volver sobre sus pasos. Con todo, creó dos muy buenas ocasiones en la primera mitad que pudieron ponerle por delante. En la primera, Busquets evitó males mayores tras una salida en falso de Simón. En la segunda, a las puertas del descanso, el larguero repelió el potente disparo de Emerson.

España estuvo más incisiva, con un Dani Olmo omnipresente en ataque, que ejerció de falso nueve y completó un partido que lo habría firmado el mejor de los delanteros centros. Le faltó el gol, eso sí, y en la mejor ocasión que dispuso se topó con un acertado Donnarumma, que le adivinó las intenciones y rechazó un balón que se colaba en el fondo de su portería.

LLEGAN LOS GOLES

La segunda mitad arrancó de manera similar a la que se desarrolló el primer tiempo. Si acaso Italia decidió esperar unos metros más atrás, renunció a presionar en campo rival e hizo del balón en largo casi su única vía de escape. Acumuló tres buenas llegadas España en el primer cuarto de hora, pero falló. Y ya saben, quien perdona... Chiesa culminó una buena contra que inició el portero italiano con un medido saque en largo a Insigne, mucho más gris que en el resto del torneo, pero que fue quien más inquietó a la zaga española. El atacante de la Juventus colocó el balón lejos del alcance de Simón tras recoger un rechace de Laporte y tener cierta permisividad de Eric García, que no le encimó.

Reaccionó bien la selección española. Oyarzabal, solo al borde del área pequeña, no pudo cabecear un gran centro de Koke y Olmo disparó fuera en la siguiente jugada. Los dos avisos despertaron a Italia, que durmió el partido durante un cuarto de hora. Hasta que conectaron Olmo y Morata para firmar la mejor jugada del partido y poner las tablas en el marcador con diez minutos aún por disputarse.

Los cambios de Mancini descolocaron a su equipo, que sin llegar a sufrir en exceso tras el empate de España y tampoco en la prórroga, se vio más cerca de la derrota. Los de Luis Enrique pudieron marcar tras varios rebotes en la primera parte de la prórroga, pero no acertaron y el choque se fue directamente a los penaltis. En ellos, Italia se mostró más eficaz. No es casualidad que lleven sin perder un partido desde septiembre de 2018. La vieja Italia espera rival para la final.

LA FICHA

LA FICHAItalia: Donnarumma; Di Lorenzo, Bonucci, Chiellini, Emerson (Min. 74, Tolói); Jorginho, Barella (Min. 85, Locateli), Verratti (Min. 74, Pessina); Chiesa (Min. 107, Bernardeschi), Inmobile (Min. 61, Berardi) e Insigne (Min. 85, Belotti).

España: Simón; Azpilicueta (Min. 85, Marcos Llorente), Eric García (Min. 109, Pau Torres), Laporte, Jordi Alba; Busquets (Min. 106, Thiago), Koke (Min. 70, Rodri), Pedri; Oyarzabal (Min. 70, Gerard Moreno), Dani Olmo y Ferran Torres (Min. 62, Morata).

Goles: 1-0: Min. 60; Chiesa. 1-1: Min. 80; Morata.

Penaltis: Locatelli: para Simón (0-0). Dani Olmo: falla (0-0). Belotti: marca (1-0). Gerard Moreno: marca (1-1). Bonucci: marca (2-1). Thiago: marca (2-2). Bernardeschi: marca (3-2). Morata: falla (3-2). Jorginho: marca (4-2).

Árbitro: Felix Brych (Alemania). Amonestó a Toloi y Bonucci, de Italia; y a Busquets, de España.

Incidencias: Partido correspondiente a la primera semifinal de la Eurocopa, disputado en el estadio de Wembley ante 57.811 espectadores.