Koldo Monreal no es hombre de pocas palabras. De esas personas que, como él mismo dice, prefiere crear tendencias a seguirlas. ONHAUS, empresa de la que es director general, aporta soluciones constructivas para edificios eficientes en forma de productos, pero también consultoría. Hace unos días, participó en una de las mesas redondas del Foro de Construcción Industrializada, organizado por Grupo Noticias.

¿Cuál es la fotografía de la construcción industrializada hoy en día?

La respuesta es sencilla, vamos 20 años tarde. Esto tiene una ventaja, que podemos copiar, con lo cual podemos acelerar el proceso de implantación o de mejora. Dependerá de la necesidad y presión que ejerza el mercado a ese cambio de tendencia y de una decisión política que facilite toda esa transformación. Va a ocurrir sí o sí. Los motivos los tenemos claros. Principalmente la falta de mano de obra, el encarecimiento de la construcción y, por tanto, la necesidad de una mejora importante en el resultado final. Europa lo hizo hace 30 años. Pero una industrialización no significa un edificio de peor calidad o que todos sean iguales. Eso es un error conceptual. La industria ya ha empezado y esto va acompañado de unos perfiles de trabajadores que requieren de un conocimiento diferente. En la obra física lo que va a haber son ensambladores, personas encargadas de unir pieza con pieza. Será un robot o será una persona. Esta va a ser la segunda transformación. Ya tenemos baños industrializados. Llega totalmente montado de fábrica y se instala.

“Una industrialización no significa un edificio de peor calidad o que todos sean iguales. Eso es un error conceptual”

¿Estamos hablando de un modelo Ikea aplicado a la construcción?

Es un buen ejemplo. Evidentemente, el tornillo que te suministra Ikea tiene un proceso industrial en una fábrica de tornillos. En la construcción, la ventana tiene una industria, que es la del vidrio, otra del perfil, el transformador del perfil que coloca, otra que es la del intercalario. Pero viene una dificultad importante: Para que esa ventana sea eficiente y esté acorde con ese proceso industrial, debe tener continuidad en el aislamiento, ausencia de puentes térmicos, que sea totalmente hermética. Y aquí viene una transformación que llega ya. Los edificios se van a convertir en un gran generador de datos. ¿Y esto qué significa? Que nadie se asuste, ya lo tenemos en el coche. Van a estar conectados a un ordenador que nos permitirá mejorar muchísimo e interconectarnos, pasando a un edificio que nos cuida en lugar de un edificio que cuidamos. Pronto no vamos a tener ni que abrir la puerta de nuestra casa, una tableta nos dirá que ha estado todo el día a 22 grados, que el frigorífico ha tenido un sobrecalentamiento o que es posible que vayamos a tener una avería, que hay tal calidad de aire interior, etc.

 

Entramos en la protección de datos y su uso...

Eso también lo tenemos ahora. ¿Internet es bueno o es malo? Depende. ¿Los datos que nos da una vivienda son buenos o son malos? A priori son buenos, como todo lo que se ha inventado. Otra cosa es lo que luego hagas con ellos y ahí entrarán las leyes. Lo que vamos a hacer es que haya edificios mucho más saludables, que trabajan para nuestro bienestar. Nos van a alargar la vida, nos van a hacer más felices.

 

“La vivienda del futuro será un auténtico generador de datos”

“La vivienda del futuro será un auténtico generador de datos”

Las políticas que están en vigor o las que se están planteando ¿van en la dirección correcta?

Me alegra mucho que me hagas esta pregunta. Generalizar es injusto, pero acabamos de renovar el Código Técnico de la Edificación. Tenemos unos niveles de exigencia de hermeticidad para el edificio ridículos. Ahora resulta que las viviendas que no llegan a 120 m², no hace falta hacerles una prueba de Blower Door, que es como se miden las infiltraciones. Entonces, quien pueda comprarse solo 50 m², ¿no tiene derecho a tener un edificio eficiente? Tenemos miedo a que el sector de la construcción se sienta dolido o no le dé tiempo a actuar. Otro ejemplo. El precio del inmueble viene marcado principalmente por el valor del suelo. Y el mayor propietario del suelo es el estado. Si queremos abaratar los edificios, es fácil, saquemos suelo mucho más económico. Por no hablar de la burocracia española. Es muy lenta porque tenemos que poner niveles de control bastante más rigurosos que en otros países porque aquí todo el mundo trabaja con la picaresca.

En Euskadi, casi el 90% de las licencias de obras en 2023 han sido para rehabilitación

Yo quiero ir del punto A al punto B. Tengo que hacer un análisis profundo de la situación del punto A y saber que mi edificio consume tanto, un aislamiento, unas ventanas. Cuando llego al punto B, volver a hacer el mismo cálculo y ver cuál ha sido esa transformación. La figura del arquitecto y del ingeniero tiene una importancia tremenda, sube su valor. Un cambio de ventanas no se puede hacer sin un estudio previo. Y esto es rehabilitación. Como ir al médico. Necesitas un buen diagnóstico. Aquí se rehabilita en función del comercial que pasa por debajo de tu casa.

 

“Aquí se rehabilita en función del comercial que pasa por debajo de tu casa”

¿Como ves el futuro del sector?

Hay una frase que siempre digo: somos lo que hacemos, no lo que decimos. ¿Qué es lo que le falta al sector? Números. Todos dicen que hacen eficiencia, sostenibilidad, pero sin datos, no vaya a ser que no lleguen y les denuncies. Si yo digo “mi casa es eficiente”, ¿qué es eficiente? ¿Cómo se mide eso? ¿Cuándo? Por eso existe la necesidad del número. Y el que quiera destacarse en el mercado ofrecerá números.