Antes se creía que vivir muchos años era solo cosa de los genes, sin embargo, hoy día, sabemos que la genética es solo el 20% de nuestra longevidad. El 80% restante depende de cómo vivimos, cómo nos cuidamos, de cómo nos relacionamos... Nada de fórmulas secretas o extremadamente complejas, simplemente la aplicación de esos hábitos que todos sabemos que son beneficiosos para nuestro organismo.

Alimentación: menos calorías, para vivir mucho

La dieta es la base de la salud. Muchos científicos han estudiado los hábitos de vida que se dan en las Zonas Azules, cinco lugares del mundo, donde es frecuente que la gente viva más de 100 años y en buena salud —Okinawa (Japón), Nicoya (Costa Rica), Ikaria (Grecia), Loma Linda (California) y Cerdeña (Italia)—, y aunque todas tienen sus particularidades, en esas comunidades, moderación y calidad son las claves.

Los residentes de estos lugares eligen alimentos locales, integrales y vegetales

Caroline Thomason, nutricionista experta en las Zonas Azules, explica: “La longevidad va acompañada de menos enfermedades crónicas y mucha más vitalidad en la vejez”. Los residentes de estos lugares eligen alimentos locales, integrales y vegetales. Además, evitan las carnes rojas y azúcares agregados, prefiriendo cocinar en casa y compartir sus comidas con familiares y amigos, fortaleciendo las conexiones sociales. 

Movimiento

Otro gran amigo de la longevidad es el ejercicio físico, incluso en edades avanzadas. Un estudio de la Universidad de Zaragoza y el Departamento de Salud del Gobierno Vasco y Osakidetza con centenarios, ha evidenciado que personas mayores de 100 años lograron mejorar su autonomía y marcadores biológicos de fragilidad, después de un entrenamiento de fuerza dos veces por semana, durante tres meses.

La actividad tanto física como intelectual es una buena aliada contra el envejecimiento. Unsplash

El ejercicio mejora la calidad de vida y proporciona autonomía, seguridad y bienestar

Las investigadoras del estudio, Nuria Garatachea y Ander Matheu, señalaron que “nunca es tarde para comenzar a entrenar realmente. Aunque no podemos afirmar que les alargue de vida, sí se mejora la calidad de vida: autonomía, seguridad y bienestar. La actividad física fortalece los músculos, además de modular procesos biológicos vinculados al envejecimiento y a la fragilidad, incluso más allá de la edad adulta”.

El envejecimiento de la población supone un reto para el sistema socio-económico, sanitario y para la sociedad en general. La población envejecida aumenta de manera constante a nivel mundial, sobre todo en los países más avanzados; de ahí la importancia de realizar este tipo de estudios que faciliten la toma de decisiones en materia de envejecimiento poblacional.

Multilingüismo

Conservar la mente activa salvaguarda el cerebro. El centro de investigación Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) ha participado en una investigación, publicada en Nature Aging, que ha analizado datos de más de 86.000 personas de 27 países de Europa, que revela que el multilingüismo ayuda a mantenerse joven. El equipo de expertos, entre los que se encuentra Lucía Amoruso, investigadora del BCBL, llegó a la conclusión de que las personas multilingües "experimentan un envejecimiento bioconductual más lento en comparación con las monolingües. Nuestro trabajo aporta pruebas sólidas de que el multilingüismo funciona como un factor protector para un envejecimiento saludable", destaca Amoruso.

Aprender y usar idiomas activa redes cerebrales fundamentales para la memoria, la atención, y la interacción social, fortaleciendo la resiliencia en la vida

Los resultados del estudio concluyen que las personas de países donde se habla más de un idioma tienen la mitad de probabilidades de mostrar signos de envejecimiento acelerado. En cambio, quienes solo hablan un idioma presentan el doble de riesgo de envejecer antes. Aprender y usar idiomas activa redes cerebrales fundamentales para la memoria, la atención, y la interacción social, fortaleciendo la resiliencia en la vida

Rutina 

El doctor Manuel de la Peña, reconocido internacionalmente por su teoría sobre la resistencia al envejecimiento y autor del éxito editorial "Guía para vivir sanos 120 años" defiende que un puñado de pequeños cambios consiguen grandes logros: dar un paseo de 20 minutos diarios, preparar la comida en casa, darle prioridad a las frutas y verduras, escuchar música, aprender una lengua extranjera o sostener relaciones sociales sólidas... Son herramientas disponibles que extienden la vida y mejoran su calidad. También, evitar el tabaco y alcohol, cuidar la microbiota y gestionar el estrés de forma consciente fortalecen la salud en todos los sentidos.

Tips rápidos para empezar hoy

  1. Camina al menos 20 minutos diarios.
  2. Cocina en casa y comparte la comida con alguien.
  3. Añade más verduras y frutas a tu dieta.
  4. Aprende algo nuevo cada semana: un idioma, un instrumento, un juego mental.
  5. Medita o respira profundamente 10 minutos al día.
  6. Escucha música que te guste y baila cuando puedas.


La mezcla de buena alimentación, ejercicio, estimulación mental, resiliencia emocional y un entorno que te favorezca... Vivir muchísimos años no solo depende de los genes o el destino. Como afirma De la Peña, "la longevidad extrema es posible a través de hábitos conscientes, ejercicio, una alimentación correcta, música y el cuidado emocional"