La decisión democrática adoptada por el conjunto de la plantilla de Mercedes-Benz de Gasteiz en el referéndum celebrado este lunes mediante el que se respalda de manera ampliamente mayoritaria el preacuerdo de convenio alcanzado entre la mayoría del comité de empresa y la dirección de la firma es sin duda una gran noticia tanto para los trabajadores como para la compañía, así como para todo el tejido productivo de Araba y Euskadi. No en vano, Mercedes es la mayor empresa de la CAV y da empleo directo a 5.500 personas, así como a cerca de 15.000 más de manera indirecta. La firma de un convenio acordado entre los representantes de los trabajadores y de la empresa es una de las claves que pueden garantizar la estabilidad, viabilidad y sostenibilidad de cualquier compañía y, por tanto, su continuidad y futuro. Máxime si el preacuerdo es respaldado por el voto de más del 57% de los empleados, con una altísima participación del 94,7% en la consulta, lo que refuerza e incrementa la legitimidad del pacto alcanzado. En medio de la tensión y un importante conflicto tras semanas de movilizaciones y huelgas, la plantilla ha realizado un ejercicio de responsabilidad, en contraste con algunas actitudes sindicales y de representantes políticos que parecen haber priorizado la confrontación, posturas que responden a estrategias más en clave de batalla sindical y electoral que a dar respuesta a las necesidades de los trabajadores y al interés general. La histórica decisión acaba con el conflicto –ayer la minoría sindical desconvocó las movilizaciones– y pone en evidencia que existía suficiente margen para un acuerdo satisfactorio para ambas partes mediante una negociación flexible y sin necesidad de recurrir a huelgas forzadas. Ha sido esta flexibilidad, tanto por parte de la empresa como de la plantilla, la que ha permitido aunar intereses conjugando y respetando los legítimos derechos y reivindicaciones de los trabajadores y también la realidad, necesidades, viabilidad y planes de futuro de la empresa. En este terreno, el acuerdo facilita sin duda la anunciada inversión por parte de Mercedes de 1.200 millones de euros para ampliar la planta y adaptarla a la fabricación de nuevos modelos, lo que garantizaría 30.000 empleos directos e indirectos para los próximos años y cuya materialización debe ser ahora la prioridad de la empresa y las instituciones.