La ciencia afirma que la primera persona que vivirá 150 años ya ha nacido. Es un caso extremo, pero, de todos modos, está claro que cada vez vivimos más tiempo y afrontamos una etapa de jubilación más prolongada, de hasta tres décadas.
Para hacernos una composición de lugar, unos datos: en Euskadi, la edad media de retiro laboral se produce a los 64,3 años y la esperanza de vida está situada hoy en 84 años, pero avanzará hasta los 93 en 2050. Gracias a la evolución positiva del empleo, la ratio entre el número de cotizantes por pensionista ha mejorado hasta los 2,44 a cierre del año pasado, según la Seguridad Social.
Sin embargo, ante la mayor longevidad, la llegada a la jubilación de la generación del baby boom y la baja tasa de natalidad, este indicador corre el riesgo de volver a disminuir y tensionar aún más el pago de las prestaciones. Porque no hay que olvidar que las pensiones se financian con las cotizaciones de los trabajadores. Actualmente, cubren 3 de cada 4 euros de las pensiones contributivas. El resto se obtiene con transferencias extraordinarias de Estado. De hecho, el año pasado, el agujero del sistema de pensiones alcanzó un déficit equivalente al 3,8 % del PIB.
Hay países que llevan años tomando medidas como retrasar la edad de jubilación y fomentar que las personas prolonguen su vida activa. Algunos, con medidas más que originales, como la propuesta de Alemania: ingresar, en una cuenta de inversión, 10 euros mensuales a los menores de entre 6 y 17 años para incentivar el ahorro de cara a su jubilación.
Es necesaria una corresponsabilidad por parte de los ciudadanos para que entiendan que deberán complementar de algún modo la pensión pública para mantener su nivel de vida durante esa larga etapa. Concienciarse de que deben ahorrar y poner a trabajar este dinero con inversión para la jubilación. Cuanto antes comencemos, menor será el esfuerzo económico y mayor el resultado final gracias a una formidable palanca, el interés compuesto, por el que las ganancias generan más ganancias.
Un ahorro periódico que, junto a una buena planificación, nos ayude a invertir de forma diversificada, será útil para conseguir esos ingresos extra que nos permitirán tener una jubilación ociosa y sin preocupaciones.
En este sentido, sería ideal que se interiorizara que ahorrar durante años de cara a la jubilación es primordial para garantizarse una vida adecuada como pensionistas, de la misma manera que se tiene asumido que hay que hipotecarse durante 30 años para tener una vivienda.