El Gobierno Vasco apuesta por rescatar al Puerto de Pasaia de su “estancamiento”Redaccion NdG
El Gobierno Vasco aspira a asumir la gestión del Puerto de Pasaia para rescatarlo del “estancamiento” en el que se encuentra, lo que atribuye a su administración bajo un modelo estatal que no ha sabido identificar las características específicas de la dársena guipuzcoana ni atender sus necesidades. Un gobierno más cercano, considera, daría un giro a este desapego y situaría al recinto portuario “entre los mejores del Estado” gracias a una toma de decisiones más rápida y su incorporación y alineamiento con una estrategia de país que impulsan las instituciones vascas.
Un análisis del Ejecutivo vasco al que ha tenido acceso este periódico razona los motivos por los que incluye en el conjunto de competencias que el Gobierno central debe transferir antes de finalizar el año para cumplir con el Estatuto de Gernika la gestión del Puerto de Pasaia y su desclasificación como puerto de interés general que, asegura, no es una pérdida, sino una oportunidad de la dársena guipuzcoana para adquirir ritmo en su modernización y aumentar su capacidad de generar empleo y dinamizar la economía del territorio.
Oportunidad
Dejar de encontrarse entre los puertos estatales de interés general no es una amenaza, sino una oportunidad, y argumenta esta afirmación con el ejemplo del Puerto de Garrucha en Almería, que tampoco pertenece a este grupo y está gestionado por la Junta de Andalucía. Según sus datos, sus 7,1 millones de toneladas tramitadas en 2024 duplican el tráfico del Puerto de Pasaia y mantiene una actividad comercial con más de 30 países, con una evolución al alza gracias a un modelo de gobierno mucho más cercano y adaptado a sus características, considera.
La desclasificación como puerto de interés general tampoco pondría en peligro su actividad internacional, y para confirmarlo el Ejecutivo vasco pone el ejemplo de los puertos de Ayamonte en Huelva y de Torrevieja en Alicante, que salieron de este grupo por perder tráfico de mercancías y que mantienen su comercio con el exterior. Los recintos portuarios de Ribadeo en Lugo y de Palamós en Girona, por su parte, nunca han tenido esta clasificación y en cambio realizan comercio internacional.
Gestión autonómica exitosa
La dársena guipuzcoana podría tener una evolución similar a la del Puerto de Garrucha y, bajo gestión vasca, “recuperar posiciones hasta situarse entre los principales puertos del Estado”. El Gobierno Vasco observa carencias en el modelo estatal actual y recuerda que Pasaia movió el año pasado 3,4 millones de toneladas, cuando en 1970 esta cifra era casi la misma, de 3,2 millones de toneladas.
Aporta otro dato para demostrar el, a su juicio, fracaso de la gestión del Estado como es que, de los 28 puertos de interés general, ha pasado de situarse de la anterior posición 12 a la 22. “La gestión estatal no ha sabido impulsar inversiones ni aprovechar el papel del Puerto de Pasaia como nodo industrial y logístico”, concluye.
Esta situación podría revertirse con la asunción de la competencia por parte del Gobierno Vasco, que se compromete a dinamizarlo e impulsar su desarrollo. Su propuesta para conseguirlo se basa en su integración en una estrategia más amplia que impulsa el Ejecutivo de la CAV y alinearlo con las políticas industrial, energética y de transporte. En lo que respecta a la logística, considera “clave” para fortalecer su competitividad y sostenibilidad el impulso a la intermodal de Lezo y la mejora de la conexión ferroviaria con Eusko Trenbide Sarea y Adif.
Entrada de un buque al Puerto de Pasaia.
Regeneración de la bahía
Del mismo modo, se acelerarán los planes de regeneración de la bahía pasaitarra porque se incentivará, según el análisis, la coordinación entre la actividad portuaria y las políticas de sostenibilidad, movilidad y empleo que lideran las instituciones vascas en Pasaialdea. El Gobierno Vasco califica al Puerto de Pasaia como “esencial” para el territorio al generar 1.300 empleos y contar con más de 123 empresas vinculadas a su actividad, además de albergar una de las lonjas pesqueras más importantes del Estado. Una gestión vasca conseguiría fortalecer esta infraestructura para crear más empleo directo e indirecto y aumentar de este modo su aportación al PIB tanto de Gipuzkoa como de Euskadi, según señala el análisis.
Todo ello sin renunciar a su carácter industrial ni alterar las concesiones actuales, subraya el Ejecutivo vasco, para despejar cualquier duda sobre los usos que pretende adjudicarle. “Es una apuesta estratégica de país”, asegura, una decisión “política y económica” con la que Lakua quiere que el Puerto de Pasaia recupere su protagonismo en el eje atlántico europeo y contribuya en mayor medida al desarrollo económico de la CAV.
Suspicacias entre los socialistas
El PSE, socio de gobierno del PNV en el Ejecutivo vasco, no comparte la misma tesis sino que, muy al contrario, muestra su oposición al traspaso de esta competencia porque considera que restaría competitividad al Puerto de Pasaia e incluso traslada sus recelos acerca del uso definitivo al que se destinaría la dársena guipuzcoana.
El secretario general de los socialistas vascos, Eneko Andueza, aseguró estar “absolutamente en contra” de esta propuesta, de la que se desligó al señalar que no la conocía, por lo que matizó que su autoría es únicamente del PNV y no del Gobierno Vasco.
Andueza aseguró que este traspaso conllevaría la pérdida del tráfico internacional del Puerto de Pasaia, afirmación que fue desmentida más tarde por la consejera vasca de Gobernanza, Administración Digital y Autogobierno, María Ubarretxena, y que consta en el análisis al que ha accedido este diario.
Panorámica del Puerto de Pasaia.
Respuesta en Gipuzkoa
A nivel territorial también se ha producido un desencuentro entre los dos socios del gobierno foral. La diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, defendió esta idea al considerarla un revulsivo para impulsar la competitividad del Puerto de Pasaia, pero el teniente de diputada general y diputado de Sostenibilidad, el socialista José Ignacio Asensio, no opina lo mismo.
Según declaró, la gestión autonómica de la dársena guipuzcoana “tendrá consecuencias en su competitividad”, y mencionó un factor que genera dudas en el PSE de Gipuzkoa al señalar que el Gobierno Vasco sólo tiene competencia para gestionar puertos deportivos. “¿Es eso en lo que quiere convertir al Puerto de Pasaia?”, se preguntó.
Las fricciones entre ambos partidos a nivel autonómico y territorial vienen acompañadas por las reticencias del PSOE que la consejera vasca María Ubarretxena encuentra en Madrid para avanzar en este traspaso, incluido en un paquete más grande que contempla también el Puerto de Bilbao y los aeropuertos de Foronda, Loiu y Hondarribia.
Transferencia difícil
El ministro de Transportes, Óscar Puente, enfrió las expectativas al avanzar que estas infraestructuras forman parte del catálogo de interés general del Estado, y “la ley es la que es” y “no va a ser fácil” cambiarla.
El futuro del Puerto de Pasaia ya ha sido con anterioridad objeto de polémica cuando en 2018 la consultoría Pricewaterhouse PwC abogó por cerrar el Puerto de Pasaia y dejar al de Bilbao como “el puerto de Euskadi” bajo el argumento del pequeño tamaño del primero.
LAKUA ELIGE AL PRESIDENTE
El Puerto de Pasaia tiene una peculiaridad que no comparte con el resto de puertos estatales de interés general como es que la presidencia es nombrada por el Gobierno Vasco, lo que tiene relevancia puesto que su titular, que en la actualidad ostenta Izaskun Goñi, es quien selecciona los asuntos que se someten a votación en el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria. Sin embargo, la última palabra la tiene ese órgano que está integrado por representantes de muy diferentes instituciones. Además de la presidencia y la dirección, participan la Capitanía Marítima, Puertos del Estado, la subdelegación del Gobierno central en Gipuzkoa y la Abogacía del Estado por parte de la administración española. El Gobierno Vasco tiene tres representantes, a los que se une la Diputación de Gipuzkoa, la Cámara de Gipuzkoa y los ayuntamientos de Lezo y Errenteria. Completa este Consejo de Administración la representación sindical a través de un miembro de LAB.