Wayne Griffiths, número uno de Seat y presidente de la patronal de fabricantes y coches española, Anfac, urgió hace unas semanas al Gobierno español a revisar el Plan Moves, el programa de ayudas de estímulo de ventas del coche eléctrico, porque “no está funcionando” y “no se puede perder más tiempo” si se quiere cumplir con la exigente hoja de ruta de la descarbonización del parque móvil. Otro directivo de Anfac fue todavía más rotundo y a finales del año pasado dijo que el programa está siendo “un auténtico desastre” en el conjunto del Estado.

En un mercado lleno de dudas por parte de los consumidores y los diferentes vectores del sector de la automoción –fabricantes, concesionarios y petroleras–, el Moves está teniendo un mejor comportamiento en Euskadi que en otras comunidades. Así lo subrayan en declaraciones a este diario fuentes del Ente Vasco de la Energía, que lidera en el Estado los plazos de resolución con un tiempo medio de un mes para el abono de la ayuda.

De modo que más del 95% de las solicitudes de subvención cursadas cuentan ya con el visto bueno y la mayor parte de las que no lo tienen es por errores en la documentación. Ese dinamismo, unido al interés de los consumidores por el segmento de los motores alternativos a los tradicionales de combustión, llevó a la sociedad pública adscrita al Departamento de Desarrollo Económico a ampliar en diciembre por una plazo de siete meses el programa y el presupuesto, que, en principio, concluye el 31 de julio.

El caso es que entre enero y febrero se han formalizado ya algo más de 2.000 solicitudes de ayuda –en 2023 se superaron ligeramente los 10.000 expedientes– y solo quedan por asignar 7,3 millones de euros. Unos fondos que al ritmo actual, unos 3,3 millones al mes, pueden agotarse antes incluso antes de mayo, porque el arranque del año es tradicionalmente un periodo plano en las ventas de coches. El Moves III ha recibido 12.093 solicitudes y ha resuelto ayudas por valor de 39,8 millones, destinados principalmente (56%) a la compra de coches, pero también a la colocación de infraestructuras de recarga en garajes particulares.

El EVE estima que es pronto para valorar otra ampliación cuando la anterior apenas lleva en vigor dos meses y medio. Lo cierto es que el arranque de este año es muy positivo en el segmento de los turismos y todoterrenos englobados en el capítulo resto de energías, coches electrificados, híbridos enchufables y los propulsados con gas natural o hidrógeno, estos últimos con una penetración en el mercado muy residual.

Tras varios años de notables crecimientos en la venta de estos vehículos alternativos, en el balance final de 2023 coparon el 49,85% de las matriculaciones. Estuvieron a punto de superar la suma de los coches de gasolina y diésel y se quedaron a tan solo 72 unidades –aproximadamente las ventas dos días– de conseguir el sorpasso. Pues bien, en los dos primeros meses de este año se han vendido casi 2.200 coches de energías alternativas, mientras que los de combustión apenas superan los 1.700. El 56% de las operaciones en Euskadi son de automóviles eléctricos o de pila de combustible y el balance final de este ejercicio constatará previsiblemente el cambio de paso en el sector de la automoción.

“Referente” en el Estado

El Ente Vasco de la Energía destaca que Euskadi “es un referente a nivel estatal” en la gestión del plan y remarca su “compromiso por avanzar hacia un modelo de movilidad sustentado en principios medioambientales, económicos y sociales”. Todo ello sin olvidar que la estrategia vasca de movilidad eléctrica “contiene un importante impacto en valor añadido, empleo, competitividad empresarial e innovación”.

Tomando como referencia los datos de 2023, las ayudas gestionadas por el Gobierno Vasco a través del EVE estuvieron detrás del 46% de las matriculaciones de coches alternativos –el programa solo subvenciona los vehículos de menos de 45.000 euros o de 53.000 euros cuando tiene entre ocho y nueve plazas–.

Por ello, la sociedad pública no tiene duda del impacto que tendrá la ampliación hasta julio de los incentivos: “La llegada de nuevas solicitudes de ayuda, tanto para vehículos como para la instalación de puntos de recarga, y la información facilitada por el sector, apunta a que la ampliación del programa de ayudas impulsa las ventas de este tipo de vehículos”.

¿Se cumplirán los objetivos?

¿Es suficiente para cumplir con los objetivos de descarbonización del parque móvil de Euskadi? El brazo energético del Gobierno estima que se requiere además otros estímulos. “Actualmente, sigue siendo necesario dar a conocer las virtudes de la movilidad eléctrica, las posibilidades de instalación de infraestructura de recarga, así como el ahorro que se obtiene frente a los combustibles convencionales. Es por ello que cualquier medida que ayude a vencer la reticencia al cambio será palanca impulsora de una movilidad más sostenible”, asegura en referencia a la posibilidad de aprobación de incentivos fiscales, como reclama la patronal de fabricantes de coches, o de otra índole.

El enfoque del plan Moves es impulsar las ventas de motores alternativos y aumentar su cuota de mercado. Primar en definitiva los coches ecológicos frente a los de combustión. Sin embargo, hay una variable todavía sin despejar que condiciona esa revolución en el parque móvil.

En principio, las marcas no podrán vender en Europa más coches de gasolina o diésel a partir de 2035, si bien podrán seguir circulando los que ya estén en el mercado hasta el año 2050. Sin embargo, la Comisión Europea ha abierto recientemente la puerta a incluir los biocombustibles y el e-fuel (gasolinas sintéticas) entre las fuentes de energía verde por su balance neto de emisiones de CO2.

La decisión final se tomará dentro de dos años, pero si fuera así la tendencia del mercado podría cambiar. Los precios actuales de los coches eléctricos no son competitivos y si los consumidores tienen la certeza de que su coche va a poder seguir circulando a largo plazo, además con un combustible con sello verde, no sería sorprendente que volvieran a los motores tradicionales.