La actividad de la restauración en Gipuzkoa dispone, desde el pasado viernes, de un convenio tras 12 años sin regulación. El secretario general de la Asociación de Empresarios de la Hostelería de Gipuzkoa, Kino Martínez, incide en su relevancia.
¿Cómo cambia la situación la firma de este convenio?
Gipuzkoa era el único territorio del Estado sin convenio y el 80% de nuestros asociados quería regularizar esta situación. Además, hemos firmado un buen convenio que aporta estabilidad, se basa en un reconocimiento de la complicada situación que ha vivido el sector y refleja los cambios que se han producido en estos años. Ofrece seguridad jurídica, equipara las condiciones a todo el sector y establece el marco para que todos sepamos cómo trabajar. Es uno de los pilares de la estrategia que hemos diseñado para ganar en atractivo como destino de empleo porque tenemos problemas para completar nuestras plantillas en temporadas altas.
¿Qué aspectos destacaría del acuerdo?
En materia salarial, este año desde el 1 de marzo se establece un incremento del 12% lo que representa un importante esfuerzo para los empresarios, aunque hay que recordar que aquellos que han hecho los deberes y han anticipado subidas salariales con anterioridad no tendrán que llegar a este porcentaje, por lo que es esfuerzo es muchísimo menor. En la categoría 3, que corresponde a cocinero o camarero, el sueldo es de 1.499 euros brutos al mes en 14 pagas, lo que nos equipara a la media de otros sectores como el comercio o el transporte de kilómetro 0.
Se recoge también el control de jornada.
Forma parte de la digitalización del sector y se aplicará en empresas de seis o más trabajadores, que tienen un año para incorporar el registro horario electrónico con excepción de los propietarios con 61 o más años, que están exentos. También se mejoran aspectos importantes como la compensación de la incapacidad laboral transitoria, la manutención, o el plus de distancia.
"Los problemas que afectan al sector en estos momentos no son tanto de carácter comercial, de posicionamiento o de oferta, sino problemas relacionados con la necesidad de ser atractivos como destino de empleo"
Cita problemas para contratar.
Los problemas que afectan al sector en estos momentos no son tanto de carácter comercial, de posicionamiento o de oferta, sino problemas relacionados con la necesidad de ser atractivos como destino de empleo. El que ha sido durante años un destino refugio de trabajo ahora ha perdido ese carácter por la baja natalidad y una tasa de desempleo del 7% y queremos recuperar ese atractivo con una estrategia en la que el convenio es un pilar muy importante. Pero la asociación lleva año y medio trabajando en otras medidas y quiero destacar la apuesta por la formación, que también se refleja en este convenio al establecer un plus de formación de 20 euros en 14 pagas a abonar al empleado. Están exentos aquellos establecimientos que ofrecen formación o aquellos miembros de asociaciones empresariales como la nuestra.
¿Qué iniciativas impulsa la Asociación de Empresarios de Hostelería de Gipuzkoa?
Hace unos meses hicimos un planteamiento a Jorge Arévalo, viceconsejero de Formación Profesional del Gobierno Vasco, para crear en Donostia una escuela de estudios turísticos de carácter público que forme a los operarios que se incorporen al sector, y que ya existe en Bizkaia y Álava. El viceconsejero entiende esta reclamación y se llegará a un acuerdo más pronto que tarde. Pedimos formaciones que se ajusten más a las nuevas demandas del sector y que se haga desde el sector público, porque ahora solo hay posibilidad de realizar estos estudios en centros privados. Parte de la tipología que alimentaría esa formación son personas con recursos escasos y es necesario una oferta pública en un territorio que ha demostrado ser la capitalidad turística de Euskadi.
También se ha trabajado con el colectivo inmigrante.
Dentro de la atracción del talento y la integración laboral hemos sido muy activos con el Ministerio de Extranjería, fuimos uno de los actores que provocaron la modificación de la Ley de Extranjería en junio del año pasado. Acogiéndonos a esa ley y a la figura de la formación para el arraigo hemos desarrollado un programa pionero en Euskadi de la mano de Lanbide y con el apoyo de Fomento de San Sebastián por el que 30 inmigrantes sin papeles inician un proceso integral para conseguir permiso de residencia y de trabajo.
"Estamos en conversaciones avanzadas para crear en Donostia una escuela de estudios turísticos de carácter público que forme a los operarios que se incorporen al sector"
¿En qué consiste?
Hemos trabajado con asociaciones del Tercer Sector como Cruz Roja, CEAR, Esperanza Latina, Fundación Ede y Fundación Sutargi y hemos contactado con 116 inmigrantes sin papeles de los que hemos seleccionado 47. Los miembros de la junta directiva han entrevistado a todos y han elegido a 30 para iniciar un proceso de formación, 15 en sala y 15 en cocina. En paralelo, un gabinete de abogados ha tramitado sus expedientes para que puedan tener cuando finalicen el curso su documentación en regla. Además, tienen un seguimiento psicológico para su adaptación y para ganar en empatía, en habilidades dialécticas, resolución de conflictos, etc. Les vamos a ayudar a redactar su currículos, les daremos un curso de portales de empleo, los presentaremos a selecciones y les vamos a grabar en vídeo para que sepan expresarse en una entrevista. La asociación lidera todo ese proceso integral y muy novedoso, que tendrá sus frutos en el mes de junio, cuando buena parte de las 27 personas (se nos han caído tres) firmen su contrato de trabajo.
Otros sectores acusan el problema del relevo generacional. ¿Existe en la restauración?
Sí. El relevo en los establecimientos hosteleros viene bien desde la inmigración, bien por la incorporación de grupos empresariales o de fuera de Euskadi o del crecimiento endógeno de empresas guipuzcoanas. A este respecto, defendemos la discriminación positiva por parte de las instituciones hacia el emprendedor local que abre con vocación innovadora y de arraigo. Se tiene que poner fácil la tarea de abrir un negocio a aquél que defienda nuestro patrimonio gastronómico, nuestra forma de ser, nuestros productos. Al empresario local que quiere abrir un negocio debemos darle calor y ponérselo mucho más fácil de lo que se lo estamos poniendo.
¿Cómo responde el sector a la implantación del TicketBAI?
El sector se está adaptando muy bien, aunque no ha llegado al 100% porque requiere de un proceso. Para muchos establecimientos ha supuesto un esfuerzo adicional, y ahora hay que sacarle partido y avanzar en digitalización, que no es solo TicketBAI. Si los establecimientos quieren subsistir, tienen que basarse en un conocimiento profundo de sus datos y eso pasa por la digitalización. Eso sí, se tiene que aplicar a todo lo que está tras la barra, como aprovisionamiento o control de costes, pero de la barra hacia fuera, hacia el cliente, la digitalización es secundaria. No podemos perder la identidad de nuestro negocio, que se basa fundamentalmente en la socialización, huimos de los robots.
"Al empresario local que quiere abrir un negocio debemos darle calor y ponérselo mucho más fácil de lo que se lo estamos poniendo"
¿Cuál es la actualidad del sector?
La situación de la restauración de Gipuzkoa, porque hay que decir que la hostelería engloba a dos subsectores, la restauración y el alojamiento, donde aproximadamente el 88% de la actividad es restauración y el 22% alojamiento, es buena respecto a etapas anteriores, aunque se está produciendo una reducción paulatina de la oferta pero con un incremento de empleo del 35%. Se cierran establecimientos pequeños y se abren establecimientos grandes de socialización.
¿Y cómo ve su futuro?
No estamos preocupados. En Euskadi el 35% de la renta familiar se destina a vivienda, el 15% a alimentación y entre el 11 y el 12% a la hostelería, con excepción de la época del covid. Este porcentaje podrá variar un punto arriba o abajo, pero el mercado se mantendrá. Es cierto que el consumo local se ha reducido en los últimos años por la crisis energética y el aumento de precios y está siendo sustituido por el que realiza el turismo, pero pensamos que es un problema coyuntural.
¿Qué rasgos definen al sector?
Yo destacaría tres características de la restauración de Gipuzkoa. La primera es que somos la ventana de nuestros productores y en el territorio son 4.100 ventanas abiertas. También somos el antídoto contra la enfermedad del siglo XXI que es la soledad no deseada porque nuestros bares son el centro de reunión de mucha gente que en su casa está sola, y somos la mejor y mayor palanca de integración laboral de quienes vienen a este país a buscarse la vida. Son tres elementos que no tienen nada que ver con datos cuantitativos de riqueza y empleo, sino que tienen un carácter social de una potencia bárbara.